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Piotr Ilich Chaikovski (en ruso: Пётр Ильич Чайковский) (Vótkinsk, 25 de abriljul./ 7 de mayo de 1840greg.-San Petersburgo, 25 de octubrejul./ 6 de noviembre de 1893greg.) fue un compositor ruso del período del Romanticismo. Es autor de algunas de las obras de música clásica más famosas del repertorio actual, como los ballets El lago de los cisnes, La bella durmiente y El cascanueces, la Obertura 1812, la obertura-fantasía Romeo y Julieta, el Primer concierto para piano, el Concierto para violín, sus sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta y la ópera Eugenio Oneguin.
Nacido en una familia de clase media, la educación que recibió Chaikovski estaba dirigida a prepararle como funcionario, a pesar del interés musical que mostró. En contra de los deseos de su familia, decidió seguir una carrera musical y en 1862 accedió al Conservatorio de San Petersburgo, graduándose en 1865. La formación que recibió, formal y orientada al estilo musical occidental, lo apartó del movimiento contemporáneo nacionalista conocido como el «Grupo de los Cinco» conformado por un grupo de jóvenes compositores rusos, con los cuales Chaikovski mantuvo una relación profesional y de amistad a lo largo de su carrera.
Mientras desarrollaba su estilo, Chaikovski escribió música en varios géneros y formas, incluyendo la sinfonía, ópera, ballet, música instrumental, de cámara y la canción. A pesar de contar con varios éxitos, nunca tuvo mucha confianza o seguridad en sí mismo y su vida estuvo salpicada por crisis personales y periodos de depresión. Como factores que quizá contribuyeron a esto, pueden mencionarse su homosexualidad reprimida y el miedo a que se revelara su condición, su desastroso matrimonio y el repentino colapso de la única relación duradera que mantuvo en su vida adulta: su asociación de trece años con la rica viuda Nadezhda von Meck. En medio de esta agitada vida personal, la reputación de Chaikovski aumentó; recibió honores por parte del zar, obtuvo una pensión vitalicia y fue alabado en las salas de conciertos de todo el mundo. Su repentina muerte a los cincuenta y tres años suele atribuirse generalmente al cólera, pero algunos lo atribuyen a un suicidio.
A pesar de ser popular en todo el mundo, Chaikovski recibió a veces duras críticas por parte de críticos y compositores. Sin embargo, su reputación como compositor es hoy en día segura,2 y ha desaparecido por completo el desdén con el que los críticos occidentales a principios y mediados del siglo XX catalogaban su música como vulgar y falta de pensamiento.
De hecho, Chaikovski está considerado actualmente como el más destacado músico de Rusia y una de las figuras más importantes de la cultura de ese país a lo largo de su historia.
Piotr Chaikovski nació en Vótkinsk, un pequeño pueblo en la actual Udmurtia, que anteriormente fue parte de la provincia de Vyatka del Imperio ruso. Su padre, Iliá Petróvich Chaikovski, era el hijo de Piotr Fiódorovich Chaika (conocido posteriormente como Piotr Fiódorovich Chaikovski quien obtuviera un título nobiliario por sus servicios como médico militar para la zarina Catalina II de Rusia). Su padre fue un ingeniero de minas del Estado, de ascendencia ucraniana. Chaika (ucr. Чайка, significa gaviota) es un apellido tradicional de Ucrania. Nació en 1745 en Nikoláevka, cerca de Poltava, Ucrania, fue el segundo hijo de Fiódor Chaika (ca. 1695-1767) y su mujer Anna (1717-?), y estudió en un seminario en Kiev, pero más tarde recibió enseñanzas de medicina en San Petersburgo.5 La madre de Piotr, Aleksandra Andréyevna, de soltera d'Assier, provenía de raíces parcialmente francesas y fue la segunda de las tres esposas de Iliá. El dramaturgo, libretista y traductor Modest Ilich Chaikovski6 fue uno de los hermanos menores de Piotr.
En 1843, los padres de Chaikovski contrataron los servicios de una institutriz francesa llamada Fanny Dürbach. Su pasión y afecto por el cargo contrarrestaban la actitud de Aleksandra, descrita por un biógrafo como una madre fría, infeliz y distante, no dada a mostrar afecto físico.7 Sin embargo, otros autores afirman que Aleksandra adoraba a su hijo.
Piotr Chaikovski empezó las lecciones de piano a los cinco años. Fue un alumno precoz, en tres años fue capaz de leer música tan bien como su profesor. Sin embargo, la pasión de sus padres sobre su talento musical pronto se enfrió. En 1850, la familia decidió enviarlo a la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo. Esta institución atendía principalmente a la pequeña nobleza y prepararía a Chaikovski como funcionario. Dado que la edad mínima para acceder era de doce años, Chaikovski tuvo que pasar dos años en un internado de la escuela preparatoria de la Escuela Imperial de Jurisprudencia, a unos 1300 km de su familia. Una vez que estos dos años pasaron, Chaikovski fue trasladado a la Escuela Imperial de Jurisprudencia para empezar un curso de estudios que duraría siete años.
El 25 de junio de 1854, Chaikovski se vio profundamente afectado por la muerte de su madre Aleksandra a causa del cólera. Lo afectó tanto que se sintió incapaz de darle la noticia a Fanny Dürbach hasta transcurridos dos años. Sin embargo, unos meses después de la muerte de su madre, realizó el primer intento serio de composición, un vals en su memoria. Varios autores afirman que la pérdida de su madre contribuyó al desarrollo sexual de Chaikovski, así como su experiencia con las supuestamente extendidas prácticas homosexuales entre estudiantes de la Escuela Imperial de Jurisprudencia. Sea cual fuere la verdad de esto, algunas amistades con sus compañeros, como Alekséi Apujtin y Vladímir Gerard, fueron suficientemente intensas para durar el resto de su vida.
La música no era una prioridad alta en la Escuela, pero Chaikovski asistía regularmente al teatro y a la ópera con otros estudiantes. Se aficionó a las obras de Rossini, Bellini, Verdi y Mozart. El fabricante de pianos Franz Becker realizaba visitas de vez en cuando a la Escuela como profesor de música simbólico. Esta fue la única instrucción formal sobre música que recibió allí. Desde 1855, su padre, Iliá Chaikovski, le financió lecciones privadas con Rudolph Kündinger, un reconocido profesor de piano de Núremberg. Iliá además le preguntó a Kündinger sobre la posibilidad de una carrera musical para su hijo. Kündinger contestó que nada sugería que fuera un compositor potencial o incluso un buen intérprete. A Chaikovski se le dijo que acabara su curso y luego intentara acceder a un puesto en el Ministerio de Justicia.
Chaikovski se graduó el 25 de mayo de 1859 con el rango de consejero titular, el rango más bajo en la carrera de funcionario. El 15 de junio fue admitido en el Ministerio de Justicia. Seis meses más tarde alcanzó el puesto de asistente subalterno y dos meses después de esto, asistente superior. En ese cargo se quedó Chaikovski para el resto de su carrera de funcionario, que duraría tres años.
En 1861, asistió a las clases de teoría musical organizadas por la Sociedad Musical Rusa (SMR) impartidas por Nikolái Zaremba. Un año más tarde siguió a Zaremba para entrar en el nuevo Conservatorio de San Petersburgo. Chaikovski no dejaría su puesto en el Ministerio hasta «que no estuviera bastante seguro de que estaba destinado a ser músico en vez de funcionario». Desde 1862 hasta 1865 estudió armonía, contrapunto y fuga con Zaremba, y Antón Rubinstein, director y fundador del Conservatorio, le impartió instrumentación y composición. En 1863 abandonó su carrera de funcionario y se dedicó a estudiar música a tiempo completo, graduándose en diciembre de 1865. Rubinstein estaba impresionado por el talento musical de Chaikovski, pero esto no evitó tanto los conflictos con él como con Zaremba acerca de la Primera Sinfonía del joven compositor, escrita tras su graduación, cuando la envió para que le dieran una lectura concienzuda. La sinfonía recibió su primera interpretación completa en Moscú en febrero de 1868, donde fue bien recibida.
La orientación de Rubinstein hacia la música occidental le trajo la oposición del grupo nacionalista musical conocido como Grupo de los Cinco. Al ser el alumno más conocido de Rubinstein, Chaikovski fue tratado como un blanco fácil, especialmente como carne de cañón para las críticas de César Cui. Esta actitud cambió ligeramente cuando Rubinstein abandonó el panorama musical de San Petersburgo en 1867. En 1869 Chaikovski inició una relación laboral con el compositor Mili Balákirev, líder de Los Cinco; el resultado fue el reconocimiento de la primera obra maestra de Chaikovski, la fantasía-obertura Romeo y Julieta, una obra que Los Cinco adoptaron incondicionalmente. Permaneció cordial con ellos, pero nunca intimó con la mayoría del grupo de Los Cinco, dado que su música le parecía ambivalente; sus metas y estilo estético no iban con él. Se aseguró de mantener una independencia musical de ellos así como de la facción conservadora del Conservatorio de San Petersburgo, una actitud que facilitó su aceptación como profesor del Conservatorio de Moscú, puesto que le fue ofrecido por Nikolái Rubinstein.
Chaikovski compaginó sus quehaceres profesionales con la realización de críticas musicales mientras seguía componiendo. Algunas de sus obras más conocidas de este periodo son Primer concierto para piano, las Variaciones sobre un tema rococó para violonchelo y orquesta, la Sinfonía «Pequeña Rusia» y el ballet El lago de los cisnes. El Primer concierto para piano recibió un rechazo inicial por parte de Nikolái Rubinstein, persona a la cual el concierto iba dedicado, tal y como contó Chaikovski tres años después. La obra fue entonces ofrecida al pianista Hans von Bülow, cuya manera de interpretar había impresionado a Chaikovski durante una aparición en Moscú en marzo de 1874. Bülow estrenó la obra en Boston en octubre de 1875; Rubinstein finalmente acabó apoyando la obra.
El escritor Aleksandr Poznanski mostró a través de su investigación que Chaikovski tuvo sentimientos homosexuales y que algunas de las relaciones más cercanas que mantuvo fueron con personas del mismo sexo. El criado de Chaikovski, Alekséi Sofrónov y el sobrino del compositor, Vladímir "Bob" Davýdov, han sido citados como intereses románticos.
Más dudas plantea la conformidad que tenía Chaikovski de su propia naturaleza sexual. Tras leer toda la correspondencia de Chaikovski, incluyendo la no publicada, Poznanski concluye que el compositor «finalmente empezó a ver sus peculiaridades sexuales como algo inevitable e incluso como una parte natural de su personalidad... sin haber sufrido ningún daño psicológico grave». También han sido publicadas secciones importantes de la autobiografía de su hermano Modest, en las cuales se refiere a esta orientación sexual de su hermano, que comprendía por ser similar a la suya. Algunas cartas que fueron suprimidas por los censores soviéticos, en las cuales Chaikovski habla abiertamente sobre su homosexualidad, han sido publicadas en ruso, así como traducidas al inglés por Poznanski. Sin embargo, el biógrafo Anthony Holden afirma que la búsqueda del musicólogo y erudito británico Henry Zajaczkowski «mediante líneas psicoanalíticas» tiende en cambio a «una inhibición severa inconsciente por parte del compositor acerca de sus sentimientos sexuales»:
"Una consecuencia de esto podría ser una indulgencia sexual excesiva como una especie de solución falsa: el individuo de ese modo se engaña a sí mismo diciéndose que acepta sus impulsos sexuales. Complementando esto y, además, como sistema de defensa psicológica, sería precisamente la idealización por Chaikovski de algunos jóvenes de su círculo [el así denominado «Cuarta Suite»], en la cual Poznanski centra su atención. Si la respuesta del compositor a posibles objetivos sexuales era o usarlos y rechazarlos o idealizarlos, aquello muestra que era incapaz de iniciar una relación íntegra y segura con otro hombre. Esto era, sin lugar a duda, la tragedia [de Chaikovski]."
El musicólogo e historiador Roland John Wiley sugiere una tercera alternativa, basada en las cartas de Chaikovski. Sugiere que a pesar de que Chaikovski no sufría «ningún sentimiento insoportable de culpabilidad» sobre su homosexualidad, permaneció temeroso de las consecuencias negativas de que eso saliera a la luz, especialmente en las ramas de su familia. Su decisión de casarse e intentar llevar una doble vida fue propiciada por varios factores: la posibilidad de que se revelara su situación, la voluntad de agradar a su padre, su propio deseo de una casa permanente y su amor por los niños y la familia. A pesar de que Chaikovski pudiera haber tenido una vida activa en cuanto a romances, las pruebas sobre emplear «argot sexual y tener encuentros apasionados» son limitadas. Buscó la compañía de homosexuales en su círculo durante largos periodos, «asociándose abiertamente y estableciendo conexiones profesionales con ellos». Wiley añade, «las críticas de inexpertos en la materia sobre lo contrario, que no justifican su asunción, salvo por el periodo de [corta vida matrimonial], afirman que la sexualidad de Chaikovski incluso afectó a su inspiración profundamente, o hizo de su música una confesión idiosincrática o incapaz de comunicar contenido filosófico». Lo cierto es que el último movimiento de la Sexta Sinfonía de Chaikovski, más conocida como la Patética, refleja la progresiva desesperación del autor ante la hostilidad de su entorno social y anuncia acaso su suicidio, camuflado bajo el manto de una enfermedad autoinducida, nueve días después de su estren
En 1868, Chaikovski conoció a la soprano belga Désirée Artôt, que por aquel entonces se encontraba en una gira por Rusia. Se encapricharon el uno del otro y se comprometieron al matrimonio. Chaikovski le dedicó su Romance en fa menor para piano, Op. 5. Sin embargo, el 15 de septiembre de 1869, sin decirle nada a Chaikovski, Artôt se casó con un miembro de su grupo, el barítono español Mariano Padilla y Ramos. La opinión generalizada es que Chaikovski superó el asunto bastante pronto. Sin embargo, se ha postulado que codificó su nombre en el Concierto para piano n.º 1 en si bemol menor y el poema sinfónico Fatum. Se volvieron a ver, más tarde, en varias ocasiones y en octubre de 1888 Chaikovski escribió Seis canciones francesas, Op. 65, para ella, como respuesta a su simple petición de una única canción. Chaikovski más tarde llegó a decir que fue la única mujer que jamás amó.
En abril de 1877, el alumno favorito de Chaikovski, Vladímir Shilovski, se casó de repente con la aristócrata Anna Vasílieva, hija del conde Alekséi Vasíliev. La boda de Shilovski pudo incitarlo en cambio a plantearse tomar también tal paso. Declaró su intención de casarse en una carta a su hermano. A esto le siguió el desdichado matrimonio de Chaikovski con una de sus antiguas estudiantes de composición, Antonina Miliukova. El poco tiempo que duró con su mujer lo llevó a una crisis emocional, seguida de una estancia en Clarens (Suiza) para descansar y recuperarse. Permanecieron casados legalmente pero nunca volvieron a vivir juntos ni tuvieron ningún hijo, aunque ella más tarde tendría tres hijos con otro hombre.
La debacle marital de Chaikovski pudo haberlo obligado a enfrentarse a la verdad en lo concerniente a su sexualidad. Aparentemente, nunca más consideró el matrimonio como camuflaje o vía de escape, ni se consideró capaz de amar a una mujer de la misma forma que a un hombre. Le escribió una carta a su hermano Anatoli desde Florencia (Italia) el 19 de febrero de 1878:
"Gracias a la rutina de mi vida ahora, a la algunas veces tediosa pero siempre inviolable tranquilidad, y por encima de todo, al tiempo que cura todas las heridas, me he recuperado totalmente de mi locura. No hay ninguna duda de que durante algunos meses he estado un poco loco, y sólo ahora, al estar completamente recuperado, he aprendido a relacionar objetivamente con todo lo que hice durante mi breve periodo de locura. El hombre que en mayo se le ocurrió casarse con Antonina Ivánovna, quien durante junio escribió una ópera entera como si nada hubiera pasado, quien en septiembre huyó de su mujer, quien en noviembre se embarcó destino a Roma y otras cosas por el estilo; ese hombre no era yo, sino otro Piotr Ilich."
Unos días más tarde, en otras cartas dirigidas a Anatoli, añadió que no había «nada más en vano que intentar ser alguien distinto al que soy por naturaleza».
Se suele afirmar que la tensión del matrimonio y el estado emocional de Chaikovski justo antes, en realidad, pudieron haber mejorado la creatividad del compositor. Hasta cierto punto, pudo darse este caso. Mientras la Cuarta Sinfonía se inició algunos meses antes de que Chaikovski se casara con Antonina, tanto la sinfonía como la ópera Eugenio Oneguin, que podría decirse que son dos de sus mejores composiciones, se sostienen como una prueba de esta mejoría en su creatividad. Acabó ambas obras en los seis meses que pasaron desde su compromiso hasta el fin de la cura de reposo tras su crisis matrimonial. Cuando estuvo en Clarens además compuso su Concierto para violín, recibiendo para ello ayuda técnica de uno de sus antiguos estudiantes, el violinista Iósif Kotek. Kotek posteriormente le ayudaría a establecer contacto con Nadezhda von Meck, la viuda de un magnate de los ferrocarriles, que se convirtió en su mecenas y confidente.
Como el Primer concierto para piano, el Concierto para violín fue rechazado inicialmente por la persona a la cual el concierto iba dedicado, en este caso el notable virtuoso y pedagogo Leopold Auer. Recibió el estreno en manos de otro solista (Adolph Brodsky), y a pesar de que finalmente contaría con el favor del público, la audiencia silbó durante su estreno en Viena, y fue denigrado por el crítico musical Eduard Hanslick:
"El compositor ruso Chaikovski seguramente posea un talento no ordinario, pero más bien, uno exagerado, obsesionado con actuar como un hombre de letras, pero careciendo de criterio y gusto... lo mismo puede decirse de su nuevo, largo y ambicioso Concierto para violín. Durante un rato avanza discretamente, con sobriedad, con musicalidad y sin ser irreflexivo, pero pronto la vulgaridad toma la mano superior y sigue así hasta el final del primer movimiento. El violín a partir de entonces no se toca: es zarandeado, rasgado, maltrecho... El Adagio intentaba en un principio reconciliarnos y convencernos cuando, demasiado pronto, se interrumpe para dirigirse a un final que nos transporta a la brutal y espantosa jovialidad de una celebración de iglesia rusa. Vemos una gran cantidad de caras burdas y soeces, escuchar insultos groseros y oler el aliento a alcohol. Durante una discusión sobre ilustraciones obscenas, Friedrich Vischer una vez sostuvo que había pinturas cuyo hedor uno podía incluso ver. El Concierto para violín de Chaikovski nos enfrenta por primera vez con la espantosa idea de que puede haber composiciones musicales cuyo tufo hediondo uno puede escuchar."
uer tardíamente aceptaría el concierto y finalmente lo tocaría con gran éxito entre el público. En el futuro enseñó la obra a sus alumnos, incluyendo Jascha Heifetz y Nathan Milstein. Auer más tarde diría sobre el comentario de Hanslick que «el hecho de que el último movimiento tuviera un ligero aroma a vodka [...] no iba acorde con su buen juicio ni con su reputación como crítico».
La intensidad de la emoción personal fluyendo ahora a través de las obras de Chaikovski era totalmente nueva en la música rusa. Esto instó a algunos comentaristas rusos a colocar su nombre junto con el del novelista Fiódor Dostoyevski. Como los personajes de Dostoyevski, sentían que el héroe musical de Chaikovski persistía al explorar el significado de la vida mientras se está atrapado en un triángulo fatal de amor, muerte y destino. El crítico Ossovski escribió sobre Chaikovski y Dostoyevski: «Con una pasión oculta ambos se detienen ante los momentos de horror, ante el sentimiento total de derrumbe y encuentran aguda dulzura en la fría trepidación del corazón ante el abismo, ambos obligan al lector a experimentar estos sentimientos también».
La fama de Chaikovski entre las audiencias de conciertos empezó a expandirse fuera de Rusia y continuó creciendo. Hans von Bülow se convirtió en un ferviente defensor de la música del compositor tras escuchar algunas de sus obras en un concierto en Moscú durante la cuaresma de 1874. En un periódico alemán a finales de ese año, alabó el Primer cuarteto de cuerda, Romeo y Julieta y otras obras, e interpretaría algunas otras obras de Chaikovski tanto como pianista y como director. En Francia, Camille Benoit empezó a introducir la música de Chaikovski a los lectores de la Revue et gazette musicale de Paris. La música también recibió bastante publicidad durante la Exhibición Internacional de 1878 en París. Mientras, la reputación de Chaikovski crecía, el aumento correspondiente de interpretaciones de sus obras no tuvo lugar hasta que empezó a dirigirlas él mismo, empezando a mediados de la década de 1880. Sin embargo, en el año 1880 todas las óperas que Chaikovski había completado hasta la fecha ya habían contado con una puesta en escena y todas sus obras orquestales habían tenido interpretaciones recibidas con comprensión.
Nadezhda von Meck era la viuda de un rico empresario de ferrocarriles ruso y una mecenas influyente en las artes. Tras oír alguna obra de Chaikovski, fue animada por el violinista Kotek para que le encargara algunas piezas de música de cámara. Su apoyo llegó a significar un elemento importante en la vida de Chaikovski; finalmente von Meck le acabaría pagando un subsidio anual de 6000 rublos, lo que le permitió dejar el puesto en el Conservatorio de Moscú en octubre de 1878 y concentrarse en la composición. Con el mecenazgo de von Meck se inició una relación que, debido a la insistencia de ella, fue principalmente epistolar: ella estipuló desde un principio que nunca se conocieran cara a cara. Intercambiaron unas 1000 cartas desde 1877 hasta 1890. En estas cartas Chaikovski fue mucho más abierto sobre su vida y proceso creativo que con ninguna otra persona.
Además de ser una adepta entregada a las obras musicales de Chaikovski, von Meck se convirtió en una parte vital para su existencia en el día a día. Tal y como le explicó a ella,
"Hay algo tan especial sobre nuestra relación que a veces me deja atónito. Te he contado más de una vez, creo que tú eres para mí la misma mano del Destino, vigilándome y protegiéndome. El mismo hecho de que no te conozco personalmente, junto con el hecho de sentirme tan cerca de ti, hace que te imagine como una presencia oculta pero benevolente, como una Providencia divina."
En 1884 Chaikovski y von Meck quedaron emparentados por el matrimonio de uno de sus hijos, Nikolái, y la sobrina de Chaikovski, Anna Davýdova. Sin embargo, en 1890 von Meck de repente dio por terminada la relación. Padecía problemas de salud que dificultaban su escritura; también había presiones por parte de la familia además de dificultades financieras debido a la mala gestión de sus propiedades por parte de su hijo Vladímir. La ruptura con Chaikovski fue anunciada en una carta entregada por un criado de confianza, en lugar del servicio postal habitual. Contenía la petición de que nunca la olvidara y venía con el adelanto del subsidio de un año. Justificaba esto al estar en bancarrota, lo cual, si no literalmente cierto, era evidentemente una amenaza real por aquel entonces.
Chaikovski se enteró casi un año más tarde de los problemas financieros de su benefactora.63 Esto no le impidió continuar dando por sentado el subsidio (con frecuentes expresiones efusivas sobre su gratitud eterna), ni se ofreció a devolver el anticipo que recibió con la carta de despedida. A pesar de su creciente popularidad por toda Europa, la asignación de von Meck seguía siendo una tercera parte de los ingresos del compositor. Aunque ya no necesitara su dinero tanto como en el pasado, la pérdida de su amistad, apoyo y ánimo fue devastadora; permaneció confundido y resentido sobre su abrupta desaparición durante los restantes tres años de su vida.
Chaikovski volvió al Conservatorio de Moscú en otoño de 1879, tras haber abandonado Rusia durante un año al desintegrarse su matrimonio. Sin embargo, rápidamente dimitió, estableciéndose en Kámenka aunque viajando sin cesar. Durante estos años, contando con la seguridad de los ingresos regulares de von Meck, erró por Europa y la Rusia rural, sin permanecer mucho tiempo en un sitio y viviendo principalmente solo, evitando el contacto social siempre que le fuera posible. Esto pudo haberse debido en parte a problemas con Antonina, quien accedería o rechazaría alternativamente la opción de divorciarse, llegando hasta un punto en el que se trasladó a un apartamento justo debajo del de su marido. Chaikovski enumera las acusaciones de Antonina hacia él en detalle a Modest: «Soy un impostor que se casó con ella para ocultar mi verdadera naturaleza... La insultaba cada día, sus padecimientos por mi culpa eran grandes... a ella le horroriza mi vergonzosa voz, etc., etc.». Es posible que viviera durante el resto de su vida con el miedo de que Antonina pudiera revelar públicamente su inclinación sexual. Estos factores pueden explicar el por qué, excepto por el Trío para piano que escribió tras la muerte de Nikolái Rubinstein, sus mejores trabajos durante este periodo sean en géneros que no dependen mucho de la expresión personal.
Conforme la reputación de Chaikovski crecía rápidamente fuera de Rusia, se consideró, tal y como Alexandre Benois lo escribió en sus memorias, «obligatorio [en los círculos progresistas musicales en Rusia] tratar a Chaikovski como un renegado, un maestro dependiente principalmente de Occidente». En 1880 esta opinión cambió, prácticamente de la noche a la mañana. Durante las ceremonias de conmemoración para el monumento dedicado a Pushkin en Moscú, Fiódor Dostoyevski dijo que el poeta había recibido un aviso profético de que Rusia conformaría una «unión universal» con Occidente. Un clamor sin precedentes a raíz del mensaje de Dostoyevski se extendió por toda Rusia y el desdén por la música de Chaikovski se disipó. Incluso creó un culto siguiendo a varios jóvenes intelectuales de San Petersburgo, incluyendo Benois, Léon Bakst y Serguéi Diáguilev.
En 1880 la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, encargo del zar Alejandro I para conmemorar la derrota de Napoleón Bonaparte en 1812, estaba a punto de finalizarse; el 25 aniversario de la coronación de Alejandro II tendría lugar en 1881 y la Exhibición de Artes e Industria de Moscú de 1882 estaba en los preparativos. Nikolái Rubinstein sugirió una pieza conmemorativa grandiosa para emplearse en las festividades relacionadas. Chaikovski empezó el proyecto en octubre de 1880, acabándolo en seis semanas. Le escribió a von Meck que la obra resultante, la Obertura 1812, sería «demasiado fuerte y ruidosa, pero la escribí sin un cálido sentimiento de amor, por tanto no tendrá ningún mérito artístico». También le advirtió al director Eduard Nápravník que «no me sorprenderé ni ofenderé si encuentras que la obra está escrita en un estilo inapropiado para conciertos sinfónicos». Sin embargo, esta obra se ha convertido para muchos, tal y como la autoridad en Chaikovski, David Brown lo expresa, en «la pieza de Chaikovski que mejor conocen».
El 23 de marzo de 1881, Nikolái Rubinstein murió en París. Chaikovski estaba de vacaciones en Roma y acudió inmediatamente para asistir al funeral en París de su respetado mentor, pero llegó demasiado tarde (aunque formaría parte del grupo de gente que vio el féretro de Rubinstein al volver a Rusia). En diciembre, empezó a trabajar en un Trío para piano en la menor, «dedicado a la memoria de un gran artista». El trío fue estrenado de forma privada en el Conservatorio de Moscú, en el cual Rubinstein había sido director, durante el primer aniversario de su muerte por tres de sus profesores: el pianista Serguéi Tanéyev, el violinista Jan Hřímalý y el violonchelista Wilhelm Fitzenhagen. La pieza se hizo extremadamente popular en vida del compositor y, como un irónico giro del destino, sería la elegía del propio compositor cuando se interpretó en los conciertos memoriales que tuvieron lugar en Moscú y San Petersburgo en noviembre de 1893.
Durante 1884 Chaikovski empezó a deshacerse de su insociabilidad y preocupaciones. En marzo de ese año, el zar Alejandro III le otorgó la Orden de San Vladimiro (de cuarta clase), llevada por la nobleza hereditaria. La condecoración del zar fue una muestra visible del apoyo oficial, que ayudó a la rehabilitación social del compositor. Esta recuperación se sustentó en la confianza ganada tras el tremendo éxito de su Tercera Suite orquestal en su estreno de enero de 1885 en San Petersburgo, bajo la dirección de Hans von Bülow. Chaikovski le escribió a Nadezhda von Meck: «No había visto nunca tal triunfo. Vi como toda la audiencia se conmovía y me daba las gracias. Estos momentos suponen el mejor reconocimiento de toda la vida de un artista. Hacen que toda la vida empleada y todo el trabajo valgan la pena». La prensa al igual se mostró unánimemente favorable.
En 1885, Chaikovski se estableció de nuevo en Rusia. El zar le pidió personalmente una nueva producción de Eugenio Oneguin para que se representara en San Petersburgo. La ópera se había visto previamente solo en Moscú de la mano de un conjunto de estudiantes del Conservatorio. Aunque la recepción de la crítica de la producción de Oneguin que tuvo lugar en San Petersburgo fue negativa, la ópera llenaba cada noche; 15 años más tarde el hermano del compositor Modest identificó este momento como el momento en el que Chaikovski empezó a ser conocido y apreciado por las masas, alcanzando el mayor grado de popularidad que jamás contara un compositor ruso. Las noticias sobre el éxito de la ópera se extendieron y la obra se interpretó en los teatros de ópera de toda Rusia y el extranjero.
Una peculiaridad de la producción de Oneguin que tuvo lugar en San Petersburgo fue que Alejandro III solicitó que la ópera se representara no en el Teatro Mariinski sino en el Teatro Bolshói Kámenny. Esto supuso que la música de Chaikovski estaba reemplazando la ópera italiana como el arte imperial oficial. Además, gracias a Iván Vsévolozhski, director de los Teatros Imperiales y mecenas del compositor, Chaikovski fue recompensado con una pensión vitalicia de 3000 rublos al año por parte del zar. En esencia este hecho hizo que se convirtiera en el compositor principal de la corte en la práctica, no siendo un título en realidad.
En enero de 1887 se produjo el debut de Chaikovski como director invitado, realizando una sustitución de última hora en el Teatro Bolshói de Moscú para las primeras tres interpretaciones de su ópera Cherevichki.81 Dirigir era una actividad que el compositor quería conquistar desde hace una década, dado que se dio cuenta de que obtener éxito fuera de Rusia dependía hasta cierto punto de dirigir uno mismo sus propias obras. En un año de interpretaciones de la obra Cherevichki, Chaikovski contaba con considerable demanda por toda Europa y Rusia, que le ayudaron a superar el miedo escénico que tenía desde siempre y potenciar su confianza en sí mismo. Le escribió a von Meck, «¿¡Reconocerías ahora en este músico ruso que viaja por toda Europa a aquel hombre que, solo unos años atrás, huyó de la vida en sociedad y vivió recluido en el extranjero o en el país!?» En 1888 dirigió el estreno de su Quinta Sinfonía en San Petersburgo, repitiendo la obra una semana más tarde con el estreno de su poema sinfónico Hamlet. A pesar de que ambas obras fueron recibidas con gran entusiasmo por la audiencia, los críticos se mostraron hostiles, con César Cui tildando la sinfonía de «rutinaria» y «rimbombante». No obstante, Chaikovski continuó dirigiendo la sinfonía en Rusia y Europa. Esta etapa como director lo llevó a Norteamérica en 1891, donde dirigió la orquesta de la Sociedad de la Orquesta Sinfónica de Nueva York en su Marcha Eslava en el concierto inaugural de la sala de conciertos Carnegie Hall de Nueva York. En 1893, la Universidad de Cambridge en Reino Unido le otorgó a Chaikovski un grado honorario como Doctor of Music.
Chaikovski murió en San Petersburgo el 6 de noviembre de 1893, nueve días después del estreno de su Sexta Sinfonía, la Patética. Fue enterrado en el Cementerio Tíjvinskoye en el Monasterio de Alejandro Nevski, cerca de las tumbas de sus compañeros compositores Aleksandr Borodín, Mijaíl Glinka, Nikolái Rimski-Kórsakov, Mili Balákirev y Modest Músorgski. Debido a la innovación formal de la Patética y el contenido emocionalmente incontenible en sus movimientos centrales, la obra fue recibida por el público con silenciosa incomprensión durante su primera interpretación. La segunda interpretación, dirigida por Nápravník, tuvo lugar veinte días después en un concierto memorial y fue aceptada de manera más favorable. La Patética desde entonces se ha convertido en una de las obras más conocidas de Chaikovski.
La muerte de Chaikovski ha sido atribuida tradicionalmente al cólera, contraído con mayor probabilidad al beber agua contaminada durante varios días antes. Sin embargo, algunos han elaborado teorías sobre la base de un supuesto suicidio. De acuerdo con una variación de esta teoría, se le impuso una sentencia de muerte en un «tribunal de honor» por un compañero de la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo, como reprobación por la homosexualidad del compositor. Esta teoría no demostrada salió a la luz por la musicóloga rusa Aleksandra Orlova en 1979, cuando emigró a Occidente. Wiley afirma en el New Grove (2001), «La polémica acerca de la muerte [de Chaikovski] puede que haya llegado a un punto muerto... Estos rumores, por culpa de su fama, tardaron en extinguirse... Con respecto a la enfermedad, existen problemas con las pruebas que no ofrecen ninguna esperanza de hallar un resultado satisfactorio; la confusión de los testigos; sin tener en cuenta los efectos a largo plazo del tabaco y el alcohol. No sabemos cómo murió Chaikovski. Puede que jamás lo descubramos...»
Chaikovski escribió varias obras que son populares entre el público aficionado a la música clásica, entre las que se encuentran Romeo y Julieta, la Obertura 1812, sus tres ballets (El cascanueces, El lago de los cisnes y La bella durmiente) y la Marcha Eslava. Estas, junto con dos de sus cuatro conciertos, tres de sus seis sinfonías numeradas y, de sus diez óperas, La dama de picas y Eugenio Oneguin, son probablemente sus obras más familiares. Casi tan populares son la Sinfonía Manfredo, Francesca da Rimini, el Capricho italiano y la Serenata para cuerdas. Sus tres cuartetos de cuerdas y tríos para piano contienen bellos pasajes, así como sus ciento seis canciones siguen siendo interpretadas en recitales. Chaikovski también escribió unas cien obras para piano, a lo largo de su vida. Brown afirma que «aunque algunas de ellas pueden ser exigentes técnicamente, la mayoría son composiciones encantadoras, no pretenciosas, dirigidas a pianistas aficionados». Añade, no obstante, que «hay más atractivo e ingenio en estas piezas de las que cabría esperar».
La educación formal que recibió Chaikovski en el conservatorio le permitió escribir obras con tendencias y técnicas orientadas al estilo occidental. Su música es una muestra de un amplio ámbito y amplitud de técnicas, desde una forma «clásica» equilibrada simulando la elegancia rococó del siglo XVIII, hasta un estilo más característico de los nacionalistas rusos, o (según Brown) un idioma musical expreso para canalizar sus propias emociones trastornadas. A pesar de su reputación como «máquina de hacer llorar», la auto-expresión no era un principio central para Chaikovski. En una carta a von Meck del 5 de diciembre de 1878, le explicó que hay dos tipos de inspiración para un compositor sinfónico, una subjetiva y otra objetiva, y que la música programática puede y debe existir, al igual que es imposible exigir que la literatura se las arregle sin el elemento épico y se limite únicamente al lirismo. Igualmente, las grandes obras orquestales que Chaikovski compuso pueden dividirse en sendas categorías: las sinfonías en una y otras obras, como los poemas sinfónicos, en otra. De acuerdo con el musicólogo Francis Maes, la música programática como Francesca da Rimini o la Sinfonía Manfredo eran en su mayor parte el credo artístico del compositor como una expresión de su «ego lírico». Maes también identifica un grupo de composiciones que están fuera de la dicotomía de la música programática contra el «ego lírico», donde Chaikovski tiende a la estética pre-romántica. Entre las obras de este grupo se encuentran las cuatro suites orquestales, el Capricho italiano, el Concierto para violín y la Serenata para cuerdas.
Aunque la música de Chaikovski ha sido siempre popular entre el público, frecuentemente fue juzgada duramente por músicos y compositores. Sin embargo, su reputación como compositor de importancia está hoy en día aceptada. Su música ha ganado seguidores en las salas de conciertos de todo el mundo, en segundo lugar justo por detrás de Beethoven, gracias en gran parte a lo que Harold C. Schonberg califica de «una dulce, inagotable y supersensual fuente de melodía... con un toque de neurosis, tan emotivo como un grito desde una ventana en una noche oscura». Según Wiley, esta combinación de melodía sobrecargada y emoción recargada polariza a los oyentes, con un popular ruego de la música de Chaikovski compensada con el desdén crítico hacia ella entendida como vulgar y carente de pensamiento elevado o filosofía. Recientemente, la música de Chaikovski ha recibido una revaluación profesional, en la que los músicos reaccionan favorablemente a la música llena de melodías y su artesanía.
Chaikovski creía que su profesionalidad en combinar su talento y altos niveles de calidad en sus obras le distanciaban de sus contemporáneos del «Grupo de los Cinco». Compartía varios ideales suyos, incluyendo un énfasis en el carácter nacionalista en su música. Su intención era, no obstante, unir esos ideales con un estándar lo suficientemente alto para satisfacer los criterios de Europa Oriental. Su perfeccionismo, además, impulsó su deseo de alcanzar un público mayor, no sólo nacional sino internacional, que fue lo que finalmente logró.
Chaikovski pudo haber recibido influencias para sus composiciones del mecenazgo mayoritario denominado «del siglo XVIII» prevalente en la Rusia de aquella época, que todavía estaba profundamente influido por su aristocracia. En este estilo de mecenazgo, el mecenas y el artista a menudo estarían en igualdad de condiciones. Las dedicatorias dirigidas a los benefactores no eran un acto de humilde gratitud sino expresiones de su asociación artística. La dedicatoria de la Cuarta Sinfonía a von Meck se sabe que significó un sello sobre su amistad. La relación de Chaikovski con el duque Konstantín Konstantínovich nació a partir del fruto creativo de las Seis canciones, Op. 63, para las cuales el gran duque escribió la letra. Chaikovski no tuvo conflictos de estilo en tocar para los gustos del público, aunque nunca se demostró que satisficiera otros gustos aparte del suyo propio. Los temas patrióticos y el estilismo de las melodías del siglo XVIII en sus obras concordaban con los valores de la aristocracia rusa.
Según Brown en el New Grove (1980), las melodías de Chaikovski van del «estilo occidental al estilismo de canciones populares y en ocasiones las mismas canciones populares». Su empleo de repeticiones con estas melodías generalmente reflejan el estilo secuencial de las prácticas occidentales, las cuales Chaikovski extendía en una inmensa longitud, construyendo «una emocionante experiencia de intensidad casi insostenible». Experimentó en ocasiones con métricas inusuales, aunque usualmente, como en sus melodías de danza, empleaba una firma, en esencia un compás regular que «a veces se convertía en el agente más expresivo en algunos movimientos debido a su enérgico uso». Chaikovski además practicó con un amplio rango de armonías, desde las prácticas de las armonías y texturas occidentales de sus primeros dos cuartetos de cuerda al empleo de la escala de tonos enteros en el centro del final de su Segunda Sinfonía; esta última era una práctica que solían usar el Grupo de los Cinco.
Debido a que Chaikovski escribió la mayoría de su música para orquesta, sus texturas musicales estaban condicionadas cada vez más con los colores orquestales que empleaba, especialmente tras la Segunda suite orquestal. Brown mantiene que mientras que el compositor estaba habituado a las prácticas orquestales de Occidente, él «prefería diferenciar los colores orquestales haciéndolos más brillantes y definidos según la tradición establecida por Glinka». Tendía a emplear más los instrumentos agudos por su «veloz delicadeza», aunque equilibra esta tendencia con «una certera exploración de los sonidos oscuros e incluso lúgubres de los instrumentos de metal».
Wiley cita a Chaikovski como «el primer compositor ruso de un nuevo tipo, totalmente profesional, que asimiló con firmeza la maestría sinfónica de la tradición de Europa Occidental; en un estilo profundamente original, personal y nacional en el cual unificó el saber hacer de Beethoven y Schumann con las obras Glinka y transformó los logros de Liszt y Berlioz en la música programática en materias de elevación shakesperiana y de importancia psicológica».
Chaikovski creía que su profesionalidad en combinar su talento y altos niveles de calidad en sus obras le distanciaban de sus contemporáneos del Grupo de los Cinco. Compartía varios ideales suyos, incluyendo un énfasis en el carácter nacionalista en su música. Su intención era, no obstante, unir esos ideales con un estándar lo suficientemente alto para satisfacer los criterios de Europa Oriental. Holden sostiene que Chaikovski fue el primer compositor ruso profesional legitimado, afirmando que sólo las tradiciones de música popular y la música de la Iglesia ortodoxa rusa existían antes de nacer él. Holden continúa, «Veinte años después de la muerte de Chaikovski, en 1913, La consagración de la primavera de Ígor Stravinski estalló en la escena musical, marcando la llegada de Rusia en la música del siglo XX. Entre estos dos mundos, la música de Chaikovski se convirtió en el único puente».
Su perfeccionismo, además, impulsó su deseo de alcanzar un público mayor, no sólo nacional sino internacional, que fue lo que finalmente logró. El musicólogo ruso Solomón Vólkov sostiene que Chaikovski fue quizás el primer compositor ruso en pensar sobre el sitio de su país en la cultura musical europea." Como el compositor escribe a von Meck desde París,
"Qué agradable es estar convencido de antemano del éxito de nuestra literatura en Francia. Cada libro étalage contiene traducciones de Tolstói, Turguénev y Dostoyevski... Los periódicos están imprimiendo constantemente artículos muy entusiastas sobre uno u otro de estos escritores. ¡Quizás algún día esto también ocurra con la música rusa!
Chaikovski se convirtió en el primer compositor ruso en dar a conocer personalmente al público extranjero sus obras así como las de otros compositores rusos. Además mantuvo lazos cercanos de negocios y personales con muchos de los principales músicos de Europa y de los Estados Unidos. Para los rusos, según Vólkov, esto era algo totalmente nuevo e inusual.
Por último, el impacto de las propias obras de Chaikovski, especialmente en el ballet, no pueden subestimarse; su dominio de las danseuse (melodías que se ajustan a los movimientos físicos a la perfección), junto con su viva orquestación, temas efectivos y continuidad de ideas eran inauditas en el género, estableciendo nuevos estándares para el papel de la música en el ballet clásico. Noel Goodwin caracteriza El lago de los cisnes como «una obra maestra imperecedera [en el género del ballet]» y La bella durmiente como «el ejemplo supremo de ballet clásico del siglo XIX», mientras que Wiley calificó la última obra como «potente, variada y rítmicamente compleja».
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Pyotr Ilyich Tchaikovsky (Russian: Пётр Ильи́ч Чайко́вский; 7 May 1840 [O.S. 25 April] – 6 November [O.S. 25 October] 1893) was a Russian composer of the romantic period, whose works are among the most popular music in the classical repertoire. He was the first Russian composer whose music made a lasting impression internationally, bolstered by his appearances as a guest conductor in Europe and the United States. He was honored in 1884 by Emperor Alexander III, and awarded a lifetime pension.
Although musically precocious, Tchaikovsky was educated for a career as a civil servant. There was scant opportunity for a musical career in Russia at that time and no system of public music education. When an opportunity for such an education arose, he entered the nascent Saint Petersburg Conservatory, from which he graduated in 1865. The formal Western-oriented teaching he received there set him apart from composers of the contemporary nationalist movement embodied by the Russian composers of The Five, with whom his professional relationship was mixed. Tchaikovsky's training set him on a path to reconcile what he had learned with the native musical practices to which he had been exposed from childhood. From this reconciliation he forged a personal but unmistakably Russian style—a task that did not prove easy. The principles that governed melody, harmony and other fundamentals of Russian music ran completely counter to those that governed Western European music; this seemed to defeat the potential for using Russian music in large-scale Western composition or for forming a composite style, and it caused personal antipathies that dented Tchaikovsky's self-confidence. Russian culture exhibited a split personality, with its native and adopted elements having drifted apart increasingly since the time of Peter the Great. This resulted in uncertainty among the intelligentsia about the country's national identity—an ambiguity mirrored in Tchaikovsky's career.
Despite his many popular successes, Tchaikovsky's life was punctuated by personal crises and depression. Contributory factors included his early separation from his mother for boarding school followed by his mother's early death, the death of his close friend and colleague Nikolai Rubinstein, and the collapse of the one enduring relationship of his adult life, which was his 13-year association with the wealthy widow Nadezhda von Meck who was his patron even though they never actually met each other. His homosexuality, which he kept private, has traditionally also been considered a major factor, though some musicologists now downplay its importance. Tchaikovsky's sudden death at the age of 53 is generally ascribed to cholera; there is an ongoing debate as to whether cholera was indeed the cause of death, and whether his death was accidental or self-inflicted.
While his music has remained popular among audiences, critical opinions were initially mixed. Some Russians did not feel it was sufficiently representative of native musical values and expressed suspicion that Europeans accepted the music for its Western elements. In an apparent reinforcement of the latter claim, some Europeans lauded Tchaikovsky for offering music more substantive than base exoticism and said he transcended stereotypes of Russian classical music. Others dismissed Tchaikovsky's music as "lacking in elevated thought," according to longtime New York Times music critic Harold C. Schonberg, and derided its formal workings as deficient because they did not stringently follow Western principles.
Pyotr Ilyich Tchaikovsky was born in Votkinsk, a small town in Vyatka Governorate (present-day Udmurtia) in the Russian Empire, into a family with a long line of military service. His father, Ilya Petrovich Tchaikovsky, had served as a lieutenant colonel and engineer in the Department of Mines, and would manage the Kamsko-Votkinsk Ironworks. His grandfather, Pyotr Fedorovich Tchaikovsky (né Petro Fedorovych Chaika), was born in the village of Mikolayivka, Poltava Gubernia, Russian Empire (present day Ukraine), and served first as a physician's assistant in the army and later as city governor of Glazov in Vyatka. His great-grandfather, a Ukrainian Cossack named Fyodor Chaika, distinguished himself under Peter the Great at the Battle of Poltava in 1709. Tchaikovsky's mother, Alexandra Andreyevna was the second of Ilya's three wives, 18 years her husband's junior and French on her father's side. Both Ilya and Alexandra were trained in the arts, including music—a necessity as a posting to a remote area of Russia also meant a need for entertainment, whether in private or at social gatherings. Of his six siblings, Tchaikovsky was close to his sister Alexandra and twin brothers Anatoly and Modest. Alexandra's marriage to Lev Davydov would produce seven children and lend Tchaikovsky the only real family life he would know as an adult, especially during his years of wandering. One of those children, Vladimir Davydov, whom the composer would nickname 'Bob', would become very close to him.
In 1844, the family hired Fanny Dürbach, a 22-year-old French governess. Four-and-a-half-year-old Tchaikovsky was initially thought too young to study alongside his older brother Nikolai and a niece of the family. His insistence convinced Dürbach otherwise. By the age of six, he had become fluent in French and German. Tchaikovsky also became attached to the young woman; her affection for him was reportedly a counter to his mother's coldness and emotional distance from him, though others assert that the mother doted on her son. Dürbach saved much of Tchaikovsky's work from this period, including his earliest known compositions, and became a source of several childhood anecdotes.
Tchaikovsky began piano lessons at age five. Precocious, within three years he had become as adept at reading sheet music as his teacher. His parents, initially supportive, hired a tutor, bought an orchestrion (a form of barrel organ that could imitate elaborate orchestral effects), and encouraged his piano study for both aesthetic and practical reasons. However, they decided in 1850 to send Tchaikovsky to the Imperial School of Jurisprudence in Saint Petersburg. They had both graduated from institutes in Saint Petersburg and the School of Jurisprudence, which mainly served the lesser nobility, and thought that this education would prepare Tchaikovsky for a career as a civil servant. Regardless of talent, the only musical careers available in Russia at that time—except for the affluent aristocracy—were as a teacher in an academy or as an instrumentalist in one of the Imperial Theaters. Both were considered on the lowest rank of the social ladder, with individuals in them enjoying no more rights than peasants. His father's income was also growing increasingly uncertain, so both parents may have wanted Tchaikovsky to become independent as soon as possible. As the minimum age for acceptance was 12 and Tchaikovsky was only 10 at the time, he was required to spend two years boarding at the Imperial School of Jurisprudence's preparatory school, 1,300 kilometres (800 mi) from his family. Once those two years had passed, Tchaikovsky transferred to the Imperial School of Jurisprudence to begin a seven-year course of studies.
Tchaikovsky's early separation from his mother caused an emotional trauma that lasted the rest of his life and was intensified by her death from cholera in 1854, when he was fourteen. The loss of his mother also prompted Tchaikovsky to make his first serious attempt at composition, a waltz in her memory. Tchaikovsky's father, who had also contracted cholera but recovered fully, sent him back to school immediately in the hope that classwork would occupy the boy's mind. Isolated, Tchaikovsky compensated with friendships with fellow students that became lifelong; these included Aleksey Apukhtin and Vladimir Gerard. Music, while not an official priority at school, also bridged the gap between Tchaikovsky and his peers. They regularly attended the opera and Tchaikovsky would improvise at the school's harmonium on themes he and his friends had sung during choir practice. "We were amused," Vladimir Gerard later remembered, "but not imbued with any expectations of his future glory". Tchaikovsky also continued his piano studies through Franz Becker, an instrument manufacturer who made occasional visits to the school; however, the results, according to musicologist David Brown, were "negligible".
In 1855, Tchaikovsky's father funded private lessons with Rudolph Kündinger and questioned him about a musical career for his son. While impressed with the boy's talent, Kündinger said he saw nothing to suggest a future composer or performer. He later admitted that his assessment was also based on his own negative experiences as a musician in Russia and his unwillingness for Tchaikovsky to be treated likewise. Tchaikovsky was told to finish his course and then try for a post in the Ministry of Justice.
On 10 June 1859, the 19-year-old Tchaikovsky graduated as a titular counselor, a low rung on the civil service ladder. Appointed to the Ministry of Justice, he became a junior assistant within six months and a senior assistant two months after that. He remained a senior assistant for the rest of his three-year civil service career.
Meanwhile, the Russian Musical Society (RMS) was founded in 1859 by the Grand Duchess Elena Pavlovna (a German-born aunt of Tsar Alexander II) and her protégé, pianist and composer Anton Rubinstein. Previous tsars and the aristocracy had focused almost exclusively on importing European talent. The aim of the RMS was to fulfill Alexander II's wish to foster native talent. It hosted a regular season of public concerts (previously held only during the six weeks of Lent when the Imperial Theaters were closed) and provided basic professional training in music. In 1861, Tchaikovsky attended RMS classes in music theory taught by Nikolai Zaremba at the Mikhailovsky Palace (now the Russian Museum). These classes were a precursor to the Saint Petersburg Conservatory, which opened in 1862. Tchaikovsky enrolled at the Conservatory as part of its premiere class. He studied harmony and counterpoint with Zaremba and instrumentation and composition with Rubinstein.
The Conservatory benefited Tchaikovsky in two ways. It transformed him into a musical professional, with tools to help him thrive as a composer, and the in-depth exposure to European principles and musical forms gave him a sense that his art was not exclusively Russian or Western. This mindset became important in Tchaikovsky's reconciliation of Russian and European influences in his compositional style. He believed and attempted to show that both these aspects were "intertwined and mutually dependent". His efforts became both an inspiration and a starting point for other Russian composers to build their own individual styles.
Rubinstein was impressed by Tchaikovsky's musical talent on the whole and cited him as "a composer of genius" in his autobiography. He was less pleased with the more progressive tendencies of some of Tchaikovsky's student work. Nor did he change his opinion as Tchaikovsky's reputation grew. He and Zaremba clashed with Tchaikovsky when he submitted his First Symphony for performance by the RMS in Saint Petersburg. Rubinstein and Zaremba refused to consider the work unless substantial changes were made. Tchaikovsky complied but they still refused to perform the symphony. Tchaikovsky, distressed that he had been treated as though he were still their student, withdrew the symphony. It was given its first complete performance, minus the changes Rubinstein and Zaremba had requested, in Moscow in February 1868.
Once Tchaikovsky graduated in 1865, Rubinstein's brother Nikolai offered him the post of Professor of Music Theory at the soon-to-open Moscow Conservatory. While the salary for his professorship was only 50 rubles a month, the offer itself boosted Tchaikovsky's morale and he accepted the post eagerly. He was further heartened by news of the first public performance of one of his works, his Characteristic Dances, conducted by Johann Strauss II at a concert in Pavlovsk Park on 11 September 1865 (Tchaikovsky later included this work, re-titled, Dances of the Hay Maidens, in his opera The Voyevoda).
From 1867 to 1878, Tchaikovsky combined his professorial duties with music criticism while continuing to compose. This activity exposed him to a range of contemporary music and afforded him the opportunity to travel abroad. In his reviews, he praised Beethoven, considered Brahms overrated and, despite his admiration, took Schumann to task for poor orchestration. He appreciated the staging of Wagner's Der Ring des Nibelungen at its inaugural performance in Bayreuth, Germany, but not the music, calling Das Rheingold "unlikely nonsense, through which, from time to time, sparkle unusually beautiful and astonishing details". A recurring theme he addressed was the poor state of Russian opera.
In 1856, while Tchaikovsky was still at the School of Jurisprudence and Anton Rubinstein lobbied aristocrats to form the RMS, critic Vladimir Stasov and an 18-year-old pianist, Mily Balakirev, met and agreed upon a nationalist agenda for Russian music, one that would take the operas of Mikhail Glinka as a model and incorporate elements from folk music, reject traditional Western practices and use exotic harmonic devices such as the whole tone and octatonic scales. They saw Western-style conservatories as unnecessary and antipathetic to fostering native talent. Eventually, Balakirev, César Cui, Modest Mussorgsky, Nikolai Rimsky-Korsakov and Alexander Borodin became known as the moguchaya kuchka, translated into English as the Mighty Handful or The Five. Rubinstein criticized their emphasis on amateur efforts in musical composition; Balakirev and later Mussorgsky attacked Rubinstein for his musical conservatism and his belief in professional music training. Tchaikovsky and his fellow conservatory students were caught in the middle.
While ambivalent about much of The Five's music, Tchaikovsky remained on friendly terms with most of its members. In 1869, he and Balakirev worked together on what became Tchaikovsky's first recognized masterpiece, the fantasy-overture Romeo and Juliet, a work which The Five wholeheartedly embraced. The group also welcomed his Second Symphony, subtitled the Little Russian. Despite their support, Tchaikovsky made considerable efforts to ensure his musical independence from the group as well as from the conservative faction at the Saint Petersburg Conservatory.
he infrequency of Tchaikovsky's musical successes, won with tremendous effort, exacerbated his lifelong sensitivity to criticism. Nikolai Rubinstein's private fits of rage critiquing his music, most famously attacking the First Piano Concerto, did not help matters. His popularity grew, however, as several first-rate artists became willing to perform his compositions. Hans von Bülow premiered the First Piano Concerto and championed other Tchaikovsky works both as pianist and conductor. Other artists included Adele Aus der Ohe, Max Erdmannsdörfer, Eduard Nápravník and Sergei Taneyev.
Another factor that helped Tchaikovsky's music become popular was a shift in attitude among Russian audiences. Whereas they had previously been satisfied with flashy virtuoso performances of technically demanding but musically lightweight compositions, they gradually began listening with increasing appreciation of the music itself. Tchaikovsky's works were performed frequently, with few delays between their composition and first performances; the publication from 1867 onward of his songs and great piano music for the home market also helped boost the composer's popularity.
During the late 1860s, Tchaikovsky began to compose operas. His first, The Voyevoda, based on a play by Alexander Ostrovsky, premiered in 1869. The composer became dissatisfied with it, however, and, having re-used parts of it in later works, destroyed the manuscript. Undina followed in 1870. Only excerpts were performed and it, too, was destroyed. Between these projects, Tchaikovsky started to compose an opera called Mandragora, to a libretto by Sergei Rachinskii; the only music he completed was a short chorus of Flowers and Insects.
The first Tchaikovsky opera to survive intact, The Oprichnik, premiered in 1874. During its composition, he lost Ostrovsky's part-finished libretto. Tchaikovsky, too embarrassed to ask for another copy, decided to write the libretto himself, modelling his dramatic technique on that of Eugène Scribe. Cui wrote a "characteristically savage press attack" on the opera. Mussorgsky, writing to Vladimir Stasov, disapproved of the opera as pandering to the public. Nevertheless, The Oprichnik continues to be performed from time to time in Russia.
The last of the early operas, Vakula the Smith (Op.14), was composed in the second half of 1874. The libretto, based on Gogol's Christmas Eve, was to have been set to music by Alexander Serov. With Serov's death, the libretto was opened to a competition with a guarantee that the winning entry would be premiered by the Imperial Mariinsky Theatre. Tchaikovsky was declared the winner, but at the 1876 premiere, the opera enjoyed only a lukewarm reception. After Tchaikovsky's death, Rimsky-Korsakov wrote the opera Christmas Eve, based on the same story.
Other works of this period include the Variations on a Rococo Theme for cello and orchestra, the Third and Fourth Symphonies, the ballet Swan Lake, and the opera Eugene Onegin.
Discussion of Tchaikovsky's personal life, especially his sexuality, has perhaps been the most extensive of any composer in the 19th century and certainly of any Russian composer of his time. It has also at times caused considerable confusion, from Soviet efforts to expunge all references to same-sex attraction and portray him as a heterosexual, to efforts at armchair analysis by Western biographers. Biographers have generally agreed that Tchaikovsky was homosexual. He sought the company of other men in his circle for extended periods, "associating openly and establishing professional connections with them". His first love was reportedly Sergey Kireyev, a younger fellow student at the Imperial School of Jurisprudence. According to Modest Tchaikovsky, this was Pyotr Ilyich's "strongest, longest and purest love". The degree to which the composer might have felt comfortable with his sexual nature has, however, remained open to debate. It is still unknown whether Tchaikovsky, according to musicologist and biographer David Brown, "felt tainted within himself, defiled by something from which he finally realized he could never escape" or whether, according to Alexander Poznansky, he experienced "no unbearable guilt" over his sexual nature and "eventually came to see his sexual peculiarities as an insurmountable and even natural part of his personality ... without experiencing any serious psychological damage". Relevant portions of his brother Modest's autobiography, where he tells of the composer's sexual orientation, have been published, as have letters previously suppressed by Soviet censors in which Tchaikovsky openly writes of it. Such censorship has persisted in the current Russian government, resulting in many officials, including the current culture minister Vladimir Medinsky, to outright deny his homosexualit
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“Entre dos universos”
Estación de Metro Paco de Lucía, línea 9, calle Costa Brava, Mirasierra Madrid
Paco de Lucía: “Entre dos universos”, por Rosh333 y Okuda.
Graffiti y metro han estado vinculados desde hace décadas. Sin embargo, por primera vez una estación de metro va a contener de manera permanente una intervención artística llevada a cabo por graffiteros o artistas urbanos.
Desde Madrid Street Art Project se ha comisariado y coordinado este proyecto para la Comunidad de Madrid; en él, Rosh333 y Okuda, en estrecha colaboración con el arquitecto Antonyo Marest, han realizado su intervención artística para la nueva estación de Metro de Madrid Paco de Lucía, en la prolongación de la línea 9, e inaugurada en marzo de 2015 en la calle Costa Brava del barrio de Mirasierra.
La intervención lleva por título “Entre dos universos“, en homenaje al genial guitarrista y compositor y en referencia a su tema “Entre dos aguas”. La obra mide 300 metros cuadrados que representan el rostro del artista gaditano nacido en 1947 en Algeciras y fallecido el 25 de febrero de 2014 en Playa del Carmen (México). El guitarrista residía en el barrio de Mirasierra, de ahí que se le dedicara una de sus estaciones.
Consta de un mural principal en el que confluyen dos universos: a la izquierda, el de Rosh333, quien ha plasmado su característico lenguaje de líneas curvas, texturas, formas sinuosas y manchas de colores pastel; a la derecha el de Okuda, quien ha hecho lo propio a través de sus figuras geométricas, formas estrelladas y colores vibrantes. Ambos lenguajes y universos se funden en la zona central gracias a un retrato geometrizado de Paco de Lucía, realizado a cuatro manos.
Los artistas elegidos para decorar esta estación gozan de reconocido prestigio y han participado en diferentes proyectos tanto dentro como fuera de España. Por ejemplo, Okuda trabajó en Miami y Moscú, mientras que Rosh333 ha participado en el proyecto Víbora II, en el que se pintaron 35.000 metros cuadrados del antiguo cauce del río Vinalopó, en Elche, con piezas gigantescas de numerosos artistas urbanos. Este mismo artista, además, realizó en agosto otro gran mural de 150 metros en Santander, en el club de tiro, dentro de la programación cultural del mundial de vela.
Detrás de esta primera incursión de artistas urbanos en el metro de Madrid hay muchas horas de preparación y trabajo, un proceso que ha sido documentado gráfica y audiovisualmente.
www.abc.es/madrid/20140924/abci-estacion-paco-lucia-20140...
www.europapress.es/madrid/noticia-estacion-metro-paco-luc...
ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/25/madrid/1411668193_804835....
ccaa.elpais.com/ccaa/2015/03/25/madrid/1427306042_246229....
madridstreetartproject.com/%E2%86%92-paco-de-lucia-entre-...
Rosh333 rlove.es/
Okuda okudart.es/showcase/
CENTRO CULTURAL ROBERTO CANTORAL, DE LA SOCIEDAD DE AUTORES Y COMPOSITORES DE MÉXICO, VIERNES DE BOHEMIADA.
Paolo Zanarella, è un compositore padovano particolarmente originale e creativo.
Si definisce “Il pianista fuori posto” perché, oltre a riempire i teatri con la sua musica, a sorpresa e senza preavviso o autorizzazione, ama portare il suo pianoforte a coda in giro per le strade, le piazze e addirittura in acqua, per la semplice gioia di diffondere la musica in mezzo alla gente, trasformando in teatro anche gli angoli più strani di un piccolo paese o di una grande città.
Musicista, compositore e amante dell’improvvisazione, Paolo Zanarella nasce a Campo San Martino, nel padovano, il 9 ottobre del 1968. Autodidatta, fin dai primi approcci col pianoforte all’età di dieci anni, ha sempre coltivato l’interesse per la musica con particolare attenzione ai modelli musicali della classicità europea, cercando di coglierne le dinamiche strutturali quali elementi ancora assolutamente significativi nel panorama della musica contemporanea.
Nel 1999 Zanarella esordisce con la direzione e la regia del musical “La strada del successo”, di cui compone anche le musiche e scrive i testi, per la compagnia teatrale padovana Giovani Musical. Accanto alla costante dedizione a cori giovanili e polifonici, da più di dieci anni collabora con l’attore Andrea Bordin e lo scrittore Walter Basso in un’inedita forma di spettacolo teatrale, dove cura le sezioni musicali frutto di personali improvvisazioni capaci di dialogare col pubblico attraverso il filo sottile delle emozioni.
Zanarella però non limita la sua voglia di innovazione alle proposte musicali e lancia infatti il progetto “Il pianista fuori posto”, che si propone di portare la musica, ed in particolare lo strumento del pianoforte, fuori dai contesti abituali di spettacolo.
Grazie ad un particolare furgone, appositamente attrezzato, Zanarella può raggiungere con il suo pianoforte a mezza coda luoghi normalmente impensabili per un happening musicale, arricchendo, proprio grazie al contesto esterno, la sua performance.
Incollato da : [www.paolozanarella.it/]
Cantor e compositor paulistano Pélico faz show do novo disco, Euforia, o terceiro da carreira, em São Paulo. 02.10.15
Mais em: rogeriostella.wordpress.com/2015/10/03/euforia-de-pelico/
O cantor e compositor gaúcho Filipe Catto faz show de lançamento do segundo álbum da carreira, “Tomada”, em São Paulo. 14.11.15
Mais em: rogeriostella.wordpress.com/2015/11/15/filipe-catto-e-o-l...
Cantor e compositor Paulinho Moska apresenta “Violoz”, show solo apenas com voz e seus violões preferidos, em São Paulo. 23.07.16
Mais em: rogeriostella.wordpress.com/2016/07/24/os-violoes-preferi...
Director de Orquesta y Compositor Daniel Sánchez Velasco #compositor #directordeorquesta #musica #fotografia #retrato #book #musicphotography #orchestra #portrait #gijon
Fotografías: www.miguelprado.com | @miguelprado74
Cantora e compositora Mallu Magalhães apresenta show de lançamento do novo disco “Vem” em São Paulo. 26.08.17
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Matias Saavedra Fierro - Artista Chileno / Musico . Cantante . Compositor
Compositor, instrumentista e arranjador Péricles Cavalcanti comemora 70 anos de vida em um show gratuito com canções de seus mais de 40 anos de carreira em São Paulo. 26.05.17
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Violoncelista, compositor e produtor musical, Federico Puppi faz show de pré-lançamento do primeiro disco solo, “O Canto da Madeira” em São Paulo. 03.06.15
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Compositor, cantor, multi-instrumentista e escritor Humberto Gessinger apresenta sua nova turnê “Desde Aquele Dia – 30 anos A Revolta dos Dândis” em São Paulo. 27.05.17
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Trompetista, compositor, arranjador e cantor cubano Jorge Ceruto mostra as composições do primeiro álbum solo de sua carreira, intitulado Mambo que Sambo – Vol.1, em São Paulo. 18.09.15
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Cantora, compositora e artista visual, não necessariamente nessa ordem. Mariana Degani sobe ao palco para o show de lançamento do primeiro disco solo de sua carreira, “Furtacor”, em São Paulo. 18.11.16
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www.youtube.com/watch?v=9t0FBQ3xeVA
Sibelius Monumentti (Monumento de Sibelius)
Es obra de la escultora Eila Hiltunen y está compuesto por cientos de tubos de acero que honran al famoso compositor finlandés Jean Sibelius (1865-1957). Sibelius se rebeló contra el régimen soviético y compuso piezas como "Finlandia", que ha pasado a ser sinónimo del patriotismo finlandés y la lucha por la independencia del país. La visita a este monumento es una especie de peregrinación para la mayoría de los finlandeses.
Sibelius Park, Töölö, entre Topeliuksenkatu y Mechelininkatu
Horario: Todos los días desde el amanecer hasta el atardecer.
Entrada: Gratis.
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68 years of membership 1918 to1985
London Society of Compositors
London Typograhical Society
National Graphical Association London Region
from the John Jarrold Printing Museum
Norwich, Norfolk, England, UK
Aleksander Porfírievich Borodín (en ruso, Александр Порфирьевич Бородин; San Petersburgo, Imperio ruso, 12 de noviembre de 1833 – ibídem, 27 de febrero de 1887) fue un compositor, doctor y químico, destacado dentro de los compositores del nacionalismo ruso, también conocido por formar parte del Grupo de los cinco.
Borodín es conocido por sus sinfonías, sus dos cuartetos de cuerda, En las estepas de Asia Central y su ópera El príncipe Ígor. Fue un prominente defensor de los derechos de las mujeres, de la educación en Rusia y fundó la Escuela de medicina para mujeres en San Petersburgo.
Fue hijo ilegítimo del príncipe georgiano Luká Stepánovitch Gedevanishvili (62), quien lo registró conforme a la usanza de la época como hijo de uno de sus sirvientes, Porfiri Borodín. Su madre fue Evdokia (Eudoxie) Constantínovna Antónova (25), apodada por el diminutivo Dunia. Su padre muere cuando Alexander tenía 7 años y lo incluye en su testamento. Alexander fue un autodidacta, aprende a tocar flauta, violonchelo y piano. Tuvo una vida confortable y recibió una buena educación incluyendo clases de piano, francés y alemán. A los 15 años se inscribe en la Facultad de Medicina, a los 21 es contratado en el Hospital de la Armada Territorial y a los 23 como profesor de la Academia Militar de Química. Sin embargo, su área de especialización fue la química, por lo cual no recibió clases formales de composición hasta 1863, cuando se convirtió en discípulo de Mili Balákirev. Tuvo dos hermanos, Dmitri Serguéievich Aleksándrov y Evgueni Fiódorovich Fiódorov, que fueron registrados como hijos de los sirvientes del príncipe. Se casa en 1861 con una famosa y talentosa pianista nacida en Heidelberg, Ekaterina Serguéievna Protopópova, con quien tuvo tres hijos.
En 1869 Balákirev le dirigió su primera sinfonía y en ese mismo año Borodín comenzó la composición de su segunda sinfonía. Aunque el estreno ruso de esta última fue un fracaso, Franz Liszt logró que fuera interpretada en Alemania en 1880, donde tuvo bastante éxito, dándole fama fuera de Rusia.
También en 1869 empezó a trabajar en la composición de su ópera El príncipe Ígor, que es considerada por algunos su obra más importante. Esta ópera contiene las ampliamente conocidas Danzas polovtsianas (o Danzas de los pólovtsy), siendo éste un fragmento comúnmente interpretado por sí mismo, tanto en su versión coral como orquestal. Debido a la gran carga de trabajo como químico, la ópera quedó inconclusa al momento de su muerte, siendo completada posteriormente por Nikolái Rimski-Kórsakov y Aleksandr Glazunov.
Priorizó su ópera sobre la tercera sinfonía, quedando esta inacabada. Alexander Glazunov consiguió arreglar las secciones del primer movimiento, así como recrear el scherzo a partir de uno de sus cuartetos de cuerda, cuyo scherzo iba a ser el mismo. Para el trío del scherzo, Glazunov utilizó temas que se habían desechado durante la composición de El príncipe Igor.
A pesar de ser un compositor reconocido, Borodín siempre se ganó la vida como químico, campo en el cual era bastante respetado, particularmente por su conocimiento de los aldehídos. A Borodín también se le atribuye, junto con Charles-Adolphe Wurtz, el descubrimiento de la reacción aldólica, una importante reacción en química orgánica; además de otra reacción química conocida como reacción Borodin-Hunsdiecker. En 1872, participó en la fundación de una escuela de Medicina para mujeres.
Sus obras incluyen el poema sinfónico En las estepas de Asia Central, dos cuartetos de cuerdas, donde el tercer movimiento Nocturno del segundo cuarteto goza de gran fama, un quinteto para cuerdas, un quinteto para piano y cuerdas, una sonata para violoncelo y piano, 16 canciones para bajo y piano, tres de ellas además con violoncelo, piezas para piano, así como las ya mencionadas sinfonías 1 y 2, más una tercera incompleta al momento de su muerte (con dos movimientos completados por Glazunov), el segundo movimiento de la tercera sinfonía, Borodín lo transcribió a cuarteto de cuerdas como un Scherzo.
Tras la muerte de Modest Músorgski en marzo de 1881, sufre de ataques cardiacos y cólera. Borodín murió a los 53 años de un infarto durante una fiesta organizada por los profesores de la academia en San Petersburgo, el 27 de febrero de 1887 y fue enterrado en el cementerio Tijvin del monasterio de Aleksandr Nevski. Su esposa le sobrevivió 5 meses.
En su honor, un cuarteto de cuerdas fundado en Rusia en 1945 lleva su nombre, el Cuarteto Borodín. El pintor Iliá Yefímovich Repin (1844–1930) hizo un magnífico retrato de Borodín, que se encuentra en el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo.
es.wikipedia.org/wiki/Aleksandr_Borodín
es.wikipedia.org/wiki/Los_Cinco_(compositores)
Alexander Porfiryevich Borodin (Russian: Алекса́ндр Порфи́рьевич Бороди́н) (12 November 1833 – 27 February 1887) was a Russian chemist and Romantic musical composer of Georgian ancestry. He was one of the prominent 19th-century composers known as "The Mighty Handful", a group dedicated to producing a uniquely Russian kind of classical music, rather than imitating earlier Western European models. Borodin is known best for his symphonies, his two string quartets, the symphonic poem In the Steppes of Central Asia and his opera Prince Igor. Music from Prince Igor and his string quartets was later adapted for the US musical Kismet.
A doctor and chemist by profession, Borodin made important early contributions to organic chemistry. Although he is presently known better as a composer, during his lifetime, he regarded medicine and science as his primary occupations, only practising music and composition in his spare time or when he was ill. As a chemist, Borodin is known best for his work concerning organic synthesis, including being among the first chemists to demonstrate nucleophilic substitution, as well as being the co-discoverer of the aldol reaction. Borodin was a promoter of education in Russia and founded the School of Medicine for Women in Saint Petersburg, where he taught until 1885.
Borodin was born in Saint Petersburg as an illegitimate son of a 62-year-old Georgian nobleman, Luka Stepanovich Gedevanishvili, and a married 25-year-old Russian woman, Evdokia Konstantinovna Antonova. Due to the circumstances of Alexander's birth, the nobleman had him registered as the son of one of his Russian serfs, Porfiry Borodin, hence the composer's Russian last name. As a result of this registration, both Alexander and his nominal Russian father Porfiry were officially serfs of Alexander's biological father Luka. The Georgian father emancipated Alexander from serfdom when he was 7 years old and provided housing and money for him and his mother. Despite this, Alexander was never publicly recognized by his mother, who was referred to by young Borodin as his "aunt".
Despite his status as a commoner, Borodin was well provided for by his Georgian father and grew up in a large four-storey house, which was gifted to Alexander and his "aunt" by the nobleman. Although his registration prevented enrollment in a proper gymnasium, Borodin received good education in all of the subjects through private tutors at home. During 1850 he enrolled in the Medical–Surgical Academy in Saint Petersburg, which was later the workplace of Ivan Pavlov, and pursued a career in chemistry. On graduation he spent a year as surgeon in a military hospital, followed by three years of advanced scientific study in western Europe.
During 1862 Borodin returned to Saint Petersburg to begin a professorship of chemistry at the Imperial Medical-Surgical Academy and spent the remainder of his scientific career in research, lecturing and overseeing the education of others. Eventually, he established medical courses for women (1872).
He began taking lessons in composition from Mily Balakirev during 1862. He married Ekaterina Protopopova, a pianist, during 1863, and had at least one daughter, named Gania. Music remained a secondary vocation for Borodin besides his main career as a chemist and physician. He suffered poor health, having overcome cholera and several minor heart failures. He died suddenly during a ball at the Academy, and was interred in Tikhvin Cemetery at the Alexander Nevsky Monastery in Saint Petersburg.
In his profession Borodin gained great respect, being particularly noted for his work on aldehydes. Between 1859 and 1862 Borodin had a postdoctoral position in Heidelberg. He worked in the laboratory of Emil Erlenmeyer working on benzene derivatives. He also spent time in Pisa, working on halocarbons. One experiment published during 1862 described the first nucleophilic displacement of chlorine by fluorine in benzoyl chloride. The radical halodecarboxylation of aliphatic carboxylic acids was first demonstrated by Borodin during 1861 by his synthesis of methyl bromide from silver acetate. It was Heinz Hunsdiecker and his wife Cläre, however, who developed Borodin's work into a general method, for which they were granted a US patent during 1939, and which they published in the journal Chemische Berichte during 1942. The method is generally known as either the Hunsdiecker reaction or the Hunsdiecker–Borodin reaction.
During 1862, Borodin returned to the Medical–Surgical Academy (now known as the S.M. Kirov Military Medical Academy), and accepted a professorship of chemistry. He worked on self-condensation of small aldehydes in a process now known as the aldol reaction, the discovery of which is jointly credited to Borodin and Charles-Adolphe Wurtz. Borodin investigated the condensation of valerian aldehyde and oenanth aldehyde, which was reported by von Richter during 1869. During 1873, he described his work to the Russian Chemical Society and noted similarities with compounds recently reported by Wurtz.
He published his last full article during 1875 on reactions of amides and his last publication concerned a method for the identification of urea in animal urine.
His successor as chemistry professor of the Medical-Surgical academy was his son-in-law and fellow chemist, Alexander Dianin.
Borodin met Mily Balakirev during 1862. While under Balakirev's tutelage in composition he began his Symphony No. 1 in E-flat major; it was first performed during 1869, with Balakirev conducting. During that same year Borodin started on his Symphony No. 2 in B minor, which was not particularly successful at its premiere during 1877 under Eduard Nápravník, but with some minor re-orchestration received a successful performance during 1879 by the Free Music School by Rimsky-Korsakov's direction. During 1880 he composed the popular symphonic poem In the Steppes of Central Asia. Two years later he began composing a third symphony, but left it unfinished at his death; two movements of it were later completed and orchestrated by Alexander Glazunov.
During 1868 Borodin became distracted from initial work on the second symphony by preoccupation with the opera Prince Igor, which is considered by some to be his most significant work and one of the most important historical Russian operas. It contains the Polovtsian Dances, often performed as a stand-alone concert work forming what is probably Borodin's best-known composition. Borodin left the opera (and a few other works) incomplete at his death.
Prince Igor was completed posthumously by Rimsky-Korsakov and Glazunov. It is set in the 12th century, when the Russians, commanded by Prince Igor of Seversk, determined to conquer the barbarous Polovtsians by travelling eastward across the Steppes. The Polovtsians were apparently a nomadic tribe originally of Turkish origin who habitually attacked southern Russia. A full solar eclipse early during the first act foreshadows an ominous outcome to the invasion. Prince Igor's troops are defeated. The story tells of the capture of Prince Igor, and his son, Vladimir, of Russia by Polovtsian chief Khan Konchak, who entertains his prisoners lavishly and orders his slaves to perform the famous 'Polovtsian Dances', which provide a thrilling climax to the second act. The second half of the opera finds Prince Igor returning to his homeland, but rather than finding himself in disgrace, he is welcomed home by the townspeople and by his wife, Yaroslavna. Although for a while rarely performed in its entirety outside of Russia, this opera has received two notable new productions recently, one at the Bolshoi State Opera and Ballet Company in Russia during 2013, and one at the Metropolitan Opera Company of New York City during 2014.
No other member of the Balakirev circle identified himself so much with absolute music as did Borodin in his two string quartets, and in his many earlier chamber compositions. Himself a cellist, he was an enthusiastic chamber music player, an interest that increased during his chemical studies in Heidelberg between 1859 and 1861. This early period yielded, among other chamber works, a string sextet and a piano quintet. In thematic structure and instrumental texture he based his pieces on those of Felix Mendelssohn.
During 1875 Borodin started his First String Quartet, much to the displeasure of Mussorgsky and Vladimir Stasov. That Borodin did so in the company of The Five, who were hostile to chamber music, demonstrates his independence. From the First Quartet onward, he displayed mastery of the form. His Second Quartet, in which his strong lyricism is represented in the popular "Nocturne", followed during 1881. The First Quartet is richer in changes of mood. The Second Quartet has a more uniform atmosphere and expression.
Borodin's fame outside the Russian Empire was made possible during his lifetime by Franz Liszt, who arranged a performance of the Symphony No. 1 in Germany during 1880, and by the Comtesse de Mercy-Argenteau in Belgium and France. His music is noted for its strong lyricism and rich harmonies. Along with some influences from Western composers, as a member of The Five his music has also a Russian style. His passionate music and unusual harmonies proved to have a lasting influence on the younger French composers Debussy and Ravel (in homage, the latter composed during 1913 a piano piece entitled "À la manière de Borodine").
The evocative characteristics of Borodin's music made possible the adaptation of his compositions in the 1953 musical Kismet, by Robert Wright and George Forrest, notably in the songs "Stranger in Paradise" and "And This Is My Beloved". In 1954, Borodin was posthumously awarded a Tony Award for this show.
en.wikipedia.org/wiki/Alexander_Borodin
en.wikipedia.org/wiki/List_of_compositions_by_Alexander_B...
en.wikipedia.org/wiki/The_Five_(composers)
"Allo stesso modo, il compositore ha un mondo immaginario che cerca di tradurre mediante modelli, consci o inconsci, noti o inediti; alla fine di questa traduzione, che è un atto molto intellettuale, scrive una partitura, nella quale riporta la trascrizione del concetto."
marco stroppa, compositore
"Dietro lo scalo ferroviario di Porta Genova, in uno stabile della Milano primo ‘900, Brunella e la figlia Roberta, si dedicano con passione agli spazi di famiglia che portano il nome di Galvanotecnica Bugatti, in memoria di un passato operoso nella galvanizzazione dei metalli e delle materie plastiche.
Lo spirito conservativo nel recupero architettonico, fortemente voluto da Brunella Barattini e realizzato con la consulenza artistica dell’architetto Luigi Caccia Dominioni, ha permesso di tramandare in tutta la sua forza l’anima industriale e insieme romantica del quadrilatero di via Bugatti e di farne un sito moderno, tra i più poliedrici e interessanti della scena urbana milanese. "
Estudo para Compositor.
Autor:
Carneiro, António (1872-1930)
Fotografia:
Teófilo Rego (1914-1993).
[CFT056.30]
Música Argentina pianista acordeonista y compositora,que forma parte de de la escena musical Argentina contemporánea.He aquí algunos de sus trabajos mas significativos en el rock, ya que se presenta como pianista de música de cámara y como pianista solista también.
Discográfia
GRABACIONES:
Grabó como pianista, acordeonista, tecladista y/o compositora en los
CDS.:
1- -"Tren de Fugitivos" (El Soldado junto a los Redonditos de Ricota, 1997)
2- "Fuego Indio" (1998)
3- "Alas Rotas" (El Soldado, 1998)
4- "Jazz Bazar II" (Valentino-Patán Vidal, 1999)
5- "Tancredo Tango" (Tancredo, 2000)
6- "De Cardo y Clavel" (El Soldado, 2001)
7- "Belleza" (Juana la Loca, 2001)
8- “Buen día” (Intoxicados, 2001)
9- "El juego o la vida" (Responsables No Inscriptos, 2002)
10-"Gabinete de curiosidades" (Hilda Lizarazu, 2004)
11-"Un camino, algún lugar" (Me darás mil hijos, 2004)
12-“Inestables” (Los Tortorolos, 2005 Ex integrantes de Don Cornelio y la Zona y Los Visitantes.
13-“Inconsciente Colectivo” (Fabiana Cantilo, 2005)
14-“Margarita y Azucena” (Mariana Baraj, 2007)
15-“Hija del Rigor” (Fabiana Cantilo, 2007)
16-“Aire” (Me darás mil hijos, 2008)
17-”En la Vereda del Sol” (Fabiana Cantilo, 2009)
18-“La todo Mal Orquesta Volumen 2 (Junto a los músicos de Las Pelotas,La Portuaria, Los Redondos y La Doblada como invitados)
19-“Ahora”(Fabiana Cantilo, 2011)
Actualmente se presenta junto a Luciano Coniglio
Compositor, cantor, multi-instrumentista e escritor Humberto Gessinger apresenta sua nova turnê “Desde Aquele Dia – 30 anos A Revolta dos Dândis” em São Paulo. 27.05.17
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Cantora, compositora e artista visual, não necessariamente nessa ordem. Mariana Degani sobe ao palco para o show de lançamento do primeiro disco solo de sua carreira, “Furtacor”, em São Paulo. 18.11.16
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flickriver.com/photos/javier1949/popular-interesting/
“Entre dos universos”
Estación de Metro Paco de Lucía, línea 9, calle Costa Brava, Mirasierra Madrid
Paco de Lucía: “Entre dos universos”, por Rosh333 y Okuda.
Graffiti y metro han estado vinculados desde hace décadas. Sin embargo, por primera vez una estación de metro va a contener de manera permanente una intervención artística llevada a cabo por graffiteros o artistas urbanos.
Desde Madrid Street Art Project se ha comisariado y coordinado este proyecto para la Comunidad de Madrid; en él, Rosh333 y Okuda, en estrecha colaboración con el arquitecto Antonyo Marest, han realizado su intervención artística para la nueva estación de Metro de Madrid Paco de Lucía, en la prolongación de la línea 9, e inaugurada en marzo de 2015 en la calle Costa Brava del barrio de Mirasierra.
La intervención lleva por título “Entre dos universos“, en homenaje al genial guitarrista y compositor y en referencia a su tema “Entre dos aguas”. La obra mide 300 metros cuadrados que representan el rostro del artista gaditano nacido en 1947 en Algeciras y fallecido el 25 de febrero de 2014 en Playa del Carmen (México). El guitarrista residía en el barrio de Mirasierra, de ahí que se le dedicara una de sus estaciones.
Consta de un mural principal en el que confluyen dos universos: a la izquierda, el de Rosh333, quien ha plasmado su característico lenguaje de líneas curvas, texturas, formas sinuosas y manchas de colores pastel; a la derecha el de Okuda, quien ha hecho lo propio a través de sus figuras geométricas, formas estrelladas y colores vibrantes. Ambos lenguajes y universos se funden en la zona central gracias a un retrato geometrizado de Paco de Lucía, realizado a cuatro manos.
Los artistas elegidos para decorar esta estación gozan de reconocido prestigio y han participado en diferentes proyectos tanto dentro como fuera de España. Por ejemplo, Okuda trabajó en Miami y Moscú, mientras que Rosh333 ha participado en el proyecto Víbora II, en el que se pintaron 35.000 metros cuadrados del antiguo cauce del río Vinalopó, en Elche, con piezas gigantescas de numerosos artistas urbanos. Este mismo artista, además, realizó en agosto otro gran mural de 150 metros en Santander, en el club de tiro, dentro de la programación cultural del mundial de vela.
Detrás de esta primera incursión de artistas urbanos en el metro de Madrid hay muchas horas de preparación y trabajo, un proceso que ha sido documentado gráfica y audiovisualmente.
www.abc.es/madrid/20140924/abci-estacion-paco-lucia-20140...
www.europapress.es/madrid/noticia-estacion-metro-paco-luc...
ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/25/madrid/1411668193_804835....
ccaa.elpais.com/ccaa/2015/03/25/madrid/1427306042_246229....
madridstreetartproject.com/%E2%86%92-paco-de-lucia-entre-...
Rosh333 rlove.es/
Okuda okudart.es/showcase/
Cantora e compositora paulistana Ana Cañas sobe ao palco para o show de lançamento da versão em vinil do quarto álbum da carreira, “Tô na Vida” (2015), em São Paulo. 06.05.16
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Cantor e compositor Walmir Borges apresenta show inédito em homenagem a uma das maiores influências na sua carreira musical, Djavan. São Paulo. 18.02.16
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Cantora e compositora Luiza Possi apresenta canções do mais recente CD, “LP”, em São Paulo. 25.10.16
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Mijaíl Ivánovich Glinka (en ruso: Михаил Иванович Глинка; Novospásskoie, provincia de Smolensk, 1 de junio de 1804-Berlín, 15 de febrero de 1857) fue un compositor ruso, considerado el padre del nacionalismo musical ruso.
Durante sus viajes visitó España, donde conoció y admiró la música popular española, de la cual utilizó el estilo de la jota en su obra La jota aragonesa. Recuerdos de Castilla, basado en su prolífica estancia en Fresdelval, «Recuerdo de una noche de verano en Madrid», sobre la base de la obertura La noche en Madrid, son parte de su música orquestal. El método utilizado por Glinka para arreglar la forma y orquestación son influencia del folclore español. Las nuevas ideas de Glinka fueron plasmadas en “Las oberturas españolas”.
Glinka fue el primer compositor ruso en ser reconocido fuera de su país y, generalmente, se lo considera el 'padre' de la música rusa. Su trabajo ejerció una gran influencia en las generaciones siguientes de compositores de su país.
Sus obras más conocidas son las óperas Una vida por el Zar (1836), la primera ópera nacionalista rusa, y Ruslán y Liudmila (1842), cuyo libreto fue escrito por Aleksandr Pushkin y su obertura se suele interpretar en las salas de concierto. En Una vida por el Zar alternan arias de tipo italiano con melodías populares rusas. No obstante, la alta sociedad occidentalizada no admitió fácilmente esa intrusión de "lo vulgar" en un género tradicional como la ópera.
Sus obras orquestales son menos conocidas.
Inspiró a un grupo de compositores a reunirse (más tarde, serían conocidos como "los cinco": Modest Músorgski, Nikolái Rimski-Kórsakov, Aleksandr Borodín, Cesar Cui, Mili Balákirev) para crear música basada en la cultura rusa. Este grupo, más tarde, fundaría la Escuela Nacionalista Rusa. Es innegable la influencia de Glinka en otros compositores como Vasili Kalínnikov, Mijaíl Ippolítov-Ivánov, y aún en Piotr Chaikovski.
es.wikipedia.org/wiki/Mijaíl_Glinka
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Mikhail Ivanovich Glinka (Russian: Михаил Иванович Глинка; 1 June [O.S. 20 May] 1804 – 15 February [O.S. 3 February] 1857) was the first Russian composer to gain wide recognition within his own country, and is often regarded as the fountainhead of Russian classical music. Glinka's compositions were an important influence on future Russian composers, notably the members of The Five, who took Glinka's lead and produced a distinctive Russian style of music.
Glinka was born in the village of Novospasskoye, not far from the Desna River in the Smolensk Governorate of the Russian Empire (now in the Yelninsky District of the Smolensk Oblast). His wealthy father had retired as an army captain, and the family had a strong tradition of loyalty and service to the tsars, while several members of his extended family had also developed a lively interest in culture. His great-great-grandfather was a Polish–Lithuanian Commonwealth nobleman, Wiktoryn Władysław Glinka of the Trzaska coat of arms.
As a small child, Mikhail was raised by his over-protective and pampering paternal grandmother, who fed him sweets, wrapped him in furs, and confined him to her room, which was always to be kept at 25 °C (77 °F); accordingly, he developed a sickly disposition, later in his life retaining the services of numerous physicians, and often falling victim to a number of quacks. The only music he heard in his youthful confinement was the sounds of the village church bells and the folk songs of passing peasant choirs. The church bells were tuned to a dissonant chord and so his ears became used to strident harmony. While his nurse would sometimes sing folksongs, the peasant choirs who sang using the podgolosochnaya technique (an improvised style – literally under the voice – which uses improvised dissonant harmonies below the melody) influenced the way he later felt free to emancipate himself from the smooth progressions of Western harmony. After his grandmother's death, Glinka moved to his maternal uncle's estate some 10 kilometres (6 mi) away, and was able to hear his uncle's orchestra, whose repertoire included pieces by Haydn, Mozart and Beethoven. At the age of about ten he heard them play a clarinet quartet by the Finnish composer Bernhard Henrik Crusell. It had a profound effect upon him. "Music is my soul", he wrote many years later, recalling this experience. While his governess taught him Russian, German, French, and geography, he also received instruction on the piano and the violin.
At the age of 13, Glinka went to the capital, Saint Petersburg, to study at a school for children of the nobility. Here he learned Latin, English, and Persian, studied mathematics and zoology, and considerably widened his musical experience. He had three piano lessons from John Field, the Irish composer of nocturnes, who spent some time in Saint Petersburg. He then continued his piano lessons with Charles Mayer and began composing.
When he left school his father wanted him to join the Foreign Office, and he was appointed assistant secretary of the Department of Public Highways. The work was light, which allowed Glinka to settle into the life of a musical dilettante, frequenting the drawing rooms and social gatherings of the city. He was already composing a large amount of music, such as melancholy romances which amused the rich amateurs. His songs are among the most interesting part of his output from this period.
In 1830, at the recommendation of a physician, Glinka decided to travel to Italy with the tenor Nikolai Kuzmich Ivanov. The journey took a leisurely pace, ambling uneventfully through Germany and Switzerland, before they settled in Milan. There, Glinka took lessons at the conservatory with Francesco Basili, although he struggled with counterpoint, which he found irksome. Although he spent his three years in Italy listening to singers of the day, romancing women with his music, and meeting many famous people including Mendelssohn and Berlioz, he became disenchanted with Italy. He realized that his mission in life was to return to Russia, write in a Russian manner, and do for Russian music what Donizetti and Bellini had done for Italian music. His return route took him through the Alps, and he stopped for a while in Vienna, where he heard the music of Franz Liszt. He stayed for another five months in Berlin, during which time he studied composition under the distinguished teacher Siegfried Dehn. A Capriccio on Russian themes for piano duet and an unfinished Symphony on two Russian themes were important products of this period.
When word reached Glinka of his father's death in 1834, he left Berlin and returned to Novospasskoye.
While in Berlin, Glinka had become enamored with a beautiful and talented singer, for whom he composed Six Studies for Contralto. He contrived a plan to return to her, but when his sister's German maid turned up without the necessary paperwork to cross to the border with him, he abandoned his plan as well as his love and turned north for Saint Petersburg. There he reunited with his mother, and made the acquaintance of Maria Petrovna Ivanova. After he courted her for a brief period, the two married. The marriage was short-lived, as Maria was tactless and uninterested in his music. Although his initial fondness for her was said to have inspired the trio in the first act of opera A Life for the Tsar (1836), his naturally sweet disposition coarsened under the constant nagging of his wife and her mother. After separating, she remarried. Glinka moved in with his mother, and later with his sister, Lyudmila Shestakova.
A Life for the Tsar was the first of Glinka's two great operas. It was originally entitled Ivan Susanin. Set in 1612, it tells the story of the Russian peasant and patriotic hero Ivan Susanin who sacrifices his life for the Tsar by leading astray a group of marauding Poles who were hunting him. The Tsar himself followed the work's progress with interest and suggested the change in the title. It was a great success at its premiere on 9 December 1836, under the direction of Catterino Cavos, who had written an opera on the same subject in Italy. Although the music is still more Italianate than Russian, Glinka shows superb handling of the recitative which binds the whole work, and the orchestration is masterly, foreshadowing the orchestral writing of later Russian composers. The Tsar rewarded Glinka for his work with a ring valued at 4,000 rubles. (During the Soviet era, the opera was staged under its original title Ivan Susanin).
In 1837, Glinka was installed as the instructor of the Imperial Chapel Choir, with a yearly salary of 25,000 rubles, and lodging at the court. In 1838, at the suggestion of the Tsar, he went off to Ukraine to gather new voices for the choir; the 19 new boys he found earned him another 1,500 rubles from the Tsar.
He soon embarked on his second opera: Ruslan and Lyudmila. The plot, based on the tale by Alexander Pushkin, was concocted in 15 minutes by Konstantin Bakhturin, a poet who was drunk at the time. Consequently, the opera is a dramatic muddle, yet the quality of Glinka's music is higher than in A Life for the Tsar. He uses a descending whole tone scale in the famous overture. This is associated with the villainous dwarf Chernomor who has abducted Lyudmila, daughter of the Prince of Kiev. There is much Italianate coloratura, and Act 3 contains several routine ballet numbers, but his great achievement in this opera lies in his use of folk melody which becomes thoroughly infused into the musical argument. Much of the borrowed folk material is oriental in origin. When it was first performed on 9 December 1842, it met with a cool reception, although it subsequently gained popularity.
Glinka went through a dejected year after the poor reception of Ruslan and Lyudmila. His spirits rose when he travelled to Paris and Spain. In Spain, Glinka met Don Pedro Fernández, who remained his secretary and companion for the last nine years of his life. In Paris, Hector Berlioz conducted some excerpts from Glinka’s operas and wrote an appreciative article about him. Glinka in turn admired Berlioz’s music and resolved to compose some fantasies pittoresques for orchestra. Another visit to Paris followed in 1852 where he spent two years, living quietly and making frequent visits to the botanical and zoological gardens. From there he moved to Berlin where, after five months, he died suddenly on 15 February 1857, following a cold. He was buried in Berlin but a few months later his body was taken to Saint Petersburg and re-interred in the cemetery of the Alexander Nevsky Monastery.
Glinka was the beginning of a new direction in the development of music in Russia Musical culture arrived in Russia from Europe, and for the first time specifically Russian music began to appear, based on the European music culture, in the operas of the composer Mikhail Glinka. Different historical events were often used in the music, but for the first time they were presented in a realistic manner.
The first to note this new musical direction was Alexander Serov. He was then supported by his friend Vladimir Stasov, who became the theorist of this musical direction. This direction was developed later by composers of "The Five".
The modern Russian music critic Viktor Korshikov thus summed up: "There is not the development of Russian musical culture without...three operas – Ivan Soussanine, Ruslan and Ludmila and the Stone Guest have created Mussorgsky, Rimsky-Korsakov and Borodin. Soussanine is an opera where the main character is the people, Ruslan is the mythical, deeply Russian intrigue, and in Guest, the drama dominates over the softness of the beauty of sound." Two of these operas – Ivan Soussanine and Ruslan and Ludmila – were composed by Glinka.
Since this time, the Russian culture began to occupy an increasingly prominent place in world culture.
en.wikipedia.org/wiki/Mikhail_Glinka
en.wikipedia.org/wiki/The_Five_(composers)
Cantora, compositora e violonista, Rosa Passos está completando três décadas e meia de uma trajetória artística de sucesso. Para comemorar a data, ela apresenta o espetáculo “Rosa Passos – 35 Anos de Carreira”, em São Paulo. 24.04.16
Mais em: rogeriostella.wordpress.com/2016/04/25/rosa-passos-35-ano...
José Luis Ortega Monasterio (Santoña, Cantàbria, 8 d'agost de 1918 - Barcelona, 18 de gener de 2004) fou un compositor i militar espanyol. Ha estat un dels grans mestres compositors d'havaneres, de les quals en va fer una cinquantena, i és l'autor pretès de la més coneguda, El meu avi. De les seves més de cent obres, la majoria són en català, unes quantes en castellà i fins i tot alguna en euskera. A més de cantant, també va ser instrumentista de guitarra i acordió.
Fill d'una família de llarga tradició militar, Ortega Monasterio va néixer el 8 d'agost de 1918 a Santoña (aleshores Castella la Vella, avui Cantàbria). Va passar part de la seva infància a Mutriku (Guipúscoa), fins que va quedar orfe de pare i mare. Llavors va traslladar-se a Palol d'Onyar, on a l'escola ja componia peces de música com Estrellita marinera; a més, cantava al cor de la catedral de Girona. Als nou anys interpretà el paper principal de la comèdia musical Xao al Teatre Principal de Girona. Va ser en aquesta època que entrà en contacte amb la llengua i la cultura catalanes. Durant la Guerra Civil va fugir de Girona a peu per la frontera a través d'Olot i Beget fins a la Menera (Vallespir). Des d'allí es va traslladar a Espanya via Hendaia i es va incorporar a l'exèrcit franquista.
Passada la Guerra Civil fou nomenat oficial de complement. Va estar destinat al cos de Regulars al Nord d'Àfrica, a Ceuta i Larraix, i estudià a les acadèmies militars de Saragossa, Guadalajara i Toledo. L'any 1942 fundà el grup d'havaneres Los Gringos. Ja capità, en els anys cinquanta fou assignat a l'Escola Militar de Muntanya, de Jaca. Passà després a Puigcerdà, com a Cap de la Guàrdia Civil de Fronteres, tasca que compaginà amb la de professor d'educació física a La Molina. A començaments dels 60, ja comandant d'infanteria, fou enviat a Menorca, on compongué cançons per al grup Los Parranderos, col·laborà en el Festival de Canción Menorquina d'Alaior, i deixà un gran record en general. El 1964 fou traslladat a Palamós, a la Costa Brava. Fou un dels organitzadors de la primera Cantada d'Havaneres de Calella de Palafrugell (1967). A l'any següent, suposadament, va compondre l'obra que li donaria més anomenada, l'havanera El meu avi. Algunes persones han contradit el fet que Ortega Monasterio fos autor de l'havanera El meu avi, que seria una cançó que ja cantaven els mariners més vells de Menorca abans de la guerra. Conjuntament amb Evarist Puig i Joaquim Simó fundà el 1972 el Festival de Cançó Marinera de Palamós.
En els anys setanta participà en la fundació de la Unión Militar Democrática. En ser enxampat el 1976 amb unes octavetes de propaganda de la formació, un judici militar el condemnà a cinc mesos de presó militar a Cadis. Tres anys més tard va ser expulsat de l'exèrcit per "ofensa a l'honor". El 1984, el govern revisà el judici i el restituí a l'honor i grau de coronel; amb tot i això, en Josep Lluís no reprengué la carrera militar perquè ja tenia una altra ocupació: havia fundat el grup d'havaneres Cavall Bernat el 1975, i es dedicava plenament a la música, cantant i component havaneres. Es jubilà del conjunt el 1995.
En els últims anys de la seva vida rebé nombrosos homenatges, el més càlid dels quals a Calella de Palafrugell, durant les populars cantades d'havaneres. Francesc Salse i Josep Maria Cao li dedicaren l'havanera Al mestre Ortega Monasterio. El compositor també té estàtues a Puigcerdà, recordant les seves facetes de músic i de muntanyenc, i a Platja d'Aro. Va rebre la Creu de Sant Jordi el 1999 per tota una carrera dedicada a la difusió de l'havanera.
Aquesta imatge ha jugat a En un lugar de Flickr.
flickriver.com/photos/javier1949/popular-interesting/
“Entre dos universos”
Estación de Metro Paco de Lucía, línea 9, calle Costa Brava, Mirasierra Madrid
Paco de Lucía: “Entre dos universos”, por Rosh333 y Okuda.
Graffiti y metro han estado vinculados desde hace décadas. Sin embargo, por primera vez una estación de metro va a contener de manera permanente una intervención artística llevada a cabo por graffiteros o artistas urbanos.
Desde Madrid Street Art Project se ha comisariado y coordinado este proyecto para la Comunidad de Madrid; en él, Rosh333 y Okuda, en estrecha colaboración con el arquitecto Antonyo Marest, han realizado su intervención artística para la nueva estación de Metro de Madrid Paco de Lucía, en la prolongación de la línea 9, e inaugurada en marzo de 2015 en la calle Costa Brava del barrio de Mirasierra.
La intervención lleva por título “Entre dos universos“, en homenaje al genial guitarrista y compositor y en referencia a su tema “Entre dos aguas”. La obra mide 300 metros cuadrados que representan el rostro del artista gaditano nacido en 1947 en Algeciras y fallecido el 25 de febrero de 2014 en Playa del Carmen (México). El guitarrista residía en el barrio de Mirasierra, de ahí que se le dedicara una de sus estaciones.
Consta de un mural principal en el que confluyen dos universos: a la izquierda, el de Rosh333, quien ha plasmado su característico lenguaje de líneas curvas, texturas, formas sinuosas y manchas de colores pastel; a la derecha el de Okuda, quien ha hecho lo propio a través de sus figuras geométricas, formas estrelladas y colores vibrantes. Ambos lenguajes y universos se funden en la zona central gracias a un retrato geometrizado de Paco de Lucía, realizado a cuatro manos.
Los artistas elegidos para decorar esta estación gozan de reconocido prestigio y han participado en diferentes proyectos tanto dentro como fuera de España. Por ejemplo, Okuda trabajó en Miami y Moscú, mientras que Rosh333 ha participado en el proyecto Víbora II, en el que se pintaron 35.000 metros cuadrados del antiguo cauce del río Vinalopó, en Elche, con piezas gigantescas de numerosos artistas urbanos. Este mismo artista, además, realizó en agosto otro gran mural de 150 metros en Santander, en el club de tiro, dentro de la programación cultural del mundial de vela.
Detrás de esta primera incursión de artistas urbanos en el metro de Madrid hay muchas horas de preparación y trabajo, un proceso que ha sido documentado gráfica y audiovisualmente.
www.abc.es/madrid/20140924/abci-estacion-paco-lucia-20140...
www.europapress.es/madrid/noticia-estacion-metro-paco-luc...
ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/25/madrid/1411668193_804835....
ccaa.elpais.com/ccaa/2015/03/25/madrid/1427306042_246229....
madridstreetartproject.com/%E2%86%92-paco-de-lucia-entre-...
Rosh333 rlove.es/
Okuda okudart.es/showcase/
Matias Saavedra Fierro - Artista Chileno / Musico . Cantante . Compositor
Acompanhado do tradicional Conjunto João Rubinato, o ator Cassio Scapin e os cantores Luiza Possi e Tiago Abravanel dão continuidade ao projeto em celebração da vida e obra do compositor Adoniran Barbosa (1910-1982) e apresentam o show “Adonirando” em São Paulo. 28.08.18
Mais em: rogeriostella.wordpress.com/2018/08/28/adonirando-uma-hom...
Cantora, compositora e multi-instrumentista Mart’nália apresenta o show “+ Misturado” com músicas gravadas do seu mais recente CD que da nome à turnê. São Paulo. 30.10.18
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Cantora e compositora Letrux apresenta o material de seu disco de estreia da carreira solo “Letrux em Noite de Climão”. São Paulo 05.07.19
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CALLE ARRIETA
Entre las plazas de la Encarnación e Isabel II. Esta es la antigua calle de la Biblioteca, denominada así porque hasta finales del siglo XIX estuvo aquí la Real Biblioteca, luego Biblioteca Nacional. Cuando la Real Biblioteca se trasladó al paseo de Recoletos, se construyó en su solar la Real Academia de la Medicina. Desde principios del siglo XX se denomina Arrieta en recuerdo del compositor Emilio Arrieta (1823-1894), autor de Los novios de Teruel que murió en el número 8 de esta calle, en 1894. Unos años antes, en 1874 murió igualmente en la misma casa el compositor musical Hilarión Eslava. En el número 14 vivió el torero José Gómez Gallito, hermano de Rafael El Gallo.
MADRID DE LOS AUSTRIAS
Por Madrid de los Austrias, también llamado barrio de los Austrias, se conoce una amplia zona de la capital española, sin entidad administrativa, correspondiente al primitivo trazado medieval de la ciudad y a la expansión urbanística iniciada por los monarcas de la Casa de Austria, a partir de los reinados de Carlos I y, especialmente, de Felipe II, que, en el año 1561, estableció la Corte en Madrid. A efectos turísticos, el nombre se emplea para promocionar los conjuntos monumentales de una gran parte de los barrios administrativos de Sol y Palacio, que representa aproximadamente una cuarta parte de la citada zona. Además de su acepción geográfica, el término Madrid de los Austrias también tiene una acepción histórica. Según esta perspectiva, la expresión se emplea para designar la evolución, preferentemente urbanística, de la ciudad entre los reinados de Carlos I (r. 1516–1556), el primero de los Austrias, y Carlos II (r. 1665–1700), con el que se extinguió la rama española de esta dinastía.
Los límites del Madrid de los Austrias difieren significativamente según el punto de vista adoptado, ya sea histórico o turístico.
Límites históricos
Durante el reinado de Carlos I, Madrid estaba integrado por dos núcleos principales: el recinto comprendido dentro de la muralla cristiana, de origen medieval, y los arrabales. El casco urbano se extendía, de oeste a este, desde el Palacio Real hasta la Puerta del Sol; y, de norte a sur, desde la plaza de Santo Domingo hasta la plaza de la Cebada.
A partir de 1561, con la capitalidad, la ciudad creció de forma vertiginosa, expandiéndose principalmente hacia el este. El plano de Madrid realizado por Pedro Teixeira en el año 1656, casi un siglo después del establecimiento de la Corte, da una idea precisa de las dimensiones del casco urbano, en tiempos de Felipe IV (r. 1621–1665).
La villa estaba rodeada por una cerca, mandada construir por el citado monarca en el año 1625, levantada, hacia el norte, sobre las actuales calles de Génova, Sagasta, Carranza y Alberto Aguilera (conocidas popularmente como los bulevares); hacia el sur, sobre las rondas de Toledo, Valencia y Embajadores; hacia el este, sobre los paseos del Prado y Recoletos; y hacia el oeste, sobre los terraplenes del valle del río Manzanares.
Extramuros, se situaban los jardines, parajes agrestes y recintos palaciegos del Buen Retiro, en la parte oriental de la ciudad; de la Casa de Campo, en la occidental; y del El Pardo, en la noroccidental.
La cerca de Felipe IV sustituyó a una anterior, promovida por Felipe II (r. 1556–1598) y que enseguida quedó obsoleta. Fue erigida para detener el crecimiento desordenado que estaba experimentando la ciudad y actuó como una auténtica barrera urbanística, que limitó la expansión de la urbe hasta el siglo XIX. Fue derribada en 1868.
A grandes rasgos, el espacio comprendido dentro de la cerca de Felipe IV se corresponde en la actualidad con el distrito Centro. Su superficie es de 523,73 hectáreas y comprende los barrios administrativos de Cortes, Embajadores, Justicia, Palacio, Sol y Universidad.
Límites turísticos
A diferencia de los límites históricos, perfectamente establecidos a través de la cerca de Felipe IV, la zona promocionada turísticamente como Madrid de los Austrias carece de una delimitación precisa. Se circunscribe a un ámbito sensiblemente menor, que comprende parcialmente los barrios administrativos de Sol y Palacio, pertenecientes al distrito Centro de la capital.
Se estaría hablando de las áreas de influencia de las calles Mayor, Arenal, Segovia, carrera de San Francisco, Bailén y Toledo y de las plazas de la Cebada, de la Paja, Mayor, Puerta del Sol y de Oriente, donde se hallan barrios y áreas sin entidad administrativa, como La Latina, Ópera o Las Vistillas.
Aquí se encuentran conjuntos monumentales construidos tanto en los siglos XVI y XVII, cuando reinó en España la dinastía Habsburgo, como en épocas anteriores y posteriores. Por lo general, todos ellos quedan incluidos en los itinerarios turísticos que utilizan la expresión Madrid de los Austrias. Es el caso de las iglesias medievales de san Nicolás de los Servitas y san Pedro el Viejo, de los siglos XII y XIV, respectivamente, y del Palacio Real, erigido en el siglo XVIII.
En orden inverso, existen monumentos promovidos por los Austrias no integrados en las citadas rutas, al situarse fuera de los barrios de Sol y Palacio. Algunos ejemplos son el Salón de Reinos y el Casón del Buen Retiro, que formaron parte del desaparecido Palacio del Buen Retiro, y los jardines homónimos.
También quedan excluidas de esta clasificación turística zonas de menor valor monumental, pero con un gran significado histórico en la época de los Austrias. Es el caso del barrio de las Letras, articulado alrededor de la calle de las Huertas, donde coincidieron algunos de los literatos más destacados del Siglo de Oro español, tales como Félix Lope de Vega, Miguel de Cervantes o Francisco de Quevedo; o de la Casa de Campo, concebida por Felipe II como una finca de recreo y reserva de caza. En la primera mitad del siglo XVI, antes de su designación como capital, Madrid era una villa de tamaño medio entre las urbes castellanas, con cierta relevancia social e influencia política. Tenía entre 10 000 y 20 000 habitantes y formaba parte del grupo de dieciocho ciudades que disfrutaban del privilegio de tener voz y voto en las Cortes de Castilla.
Había acogido en numerosas ocasiones las Cortes del Reino y, desde la época de los Trastámara, era frecuentada por la monarquía, atraída por su riqueza cinegética. Además, uno de sus templos religiosos, San Jerónimo el Real, fue elegido por la monarquía como escenario oficial del acto de jura de los príncipes de Asturias como herederos de la Corona. El primero en hacerlo fue Felipe II (18 de abril de 1528), que 33 años después fijaría la Corte en Madrid, y la última Isabel II (20 de junio de 1883).
Carlos I (r. 1516–1556), el primer monarca de la Casa de Austria, mostró un interés especial por la villa, tal vez con la intención de establecer de forma definitiva la Corte en Madrid. Así sostiene el cronista Luis Cabrera de Córdoba (1559–1623), en un escrito referido a Felipe II
El emperador impulsó diferentes obras arquitectónicas y urbanísticas en Madrid. A él se debe la conversión del primitivo castillo de El Pardo en palacio, situado en las afueras del casco urbano. Las obras, dirigidas por el arquitecto Luis de Vega, se iniciaron en 1547 y concluyeron en 1558, durante el reinado de Felipe II. De este proyecto sólo se conservan algunos elementos que, como el Patio de los Austrias, quedaron integrados en la estructura definitiva del Palacio Real de El Pardo, fruto de la reconstrucción llevada a cabo en el siglo XVIII, tras el incendio de 1604.
Otro de los edificios que el monarca ordenó reformar fue el Real Alcázar de Madrid, un castillo de origen medieval, que fue pasto de las llamas en 1734 y en cuyo solar se levanta en la actualidad el Palacio Real. Duplicó su superficie con diferentes añadidos, entre los que destacan el Patio y las Salas de la Reina y la llamada Torre de Carlos I, a partir de un diseño de Luis de Vega y Alonso de Covarrubias.
Entre los proyectos urbanísticos promovidos por Carlos I, figura la demolición de la Puerta de Guadalaxara, el acceso principal de la antigua muralla cristiana de Madrid, y su sustitución por una más monumental, con tres arcos. Fue levantada hacia 1535 a la altura del número 49 de la actual calle Mayor y el 2 de septiembre de 1582 desapareció en un incendio.
Durante su reinado, se inauguraron algunos templos religiosos, entre ellos el santuario de Nuestra Señora de Atocha, que data de 1523. Fue derribado en 1888, ante su mal estado, y reconstruido como basílica en el siglo XX.
En 1541, se dispuso la ampliación de la Iglesia de San Ginés, situada en la calle del Arenal, mediante un anejo parroquial en la calle de la Montera, que recibió el nombre de San Luis Obispo. Abrió sus puertas en 1689, en tiempos de Carlos II, y fue incendiado en 1935. Sólo se conserva su fachada principal, que fue trasladada e integrada en la estructura de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la calle del Carmen.
El Convento de San Felipe el Real, de 1547, fue uno de los puntos de encuentro más importantes del Madrid de los Austrias. Su lonja recibió el sobrenombre de mentidero de la villa, por los rumores que allí se fraguaban. El edificio, destruido en 1838, poseía un relevante claustro renacentista, compuesto por 28 arcos en cada una de sus dos galerías.
Otro templo de la época es la Iglesia de San Sebastián (1554–1575), que tuvo que ser reconstruida tras ser alcanzada por una bomba durante la Guerra Civil.
La Capilla del Obispo es, sin duda, la construcción religiosa de mayor interés arquitectónico llevada a cabo en Madrid, en tiempos de Carlos I. Fue levantada entre 1520 y 1535, como un anejo de la iglesia medieval de San Andrés. Responde a una iniciativa de la familia de los Vargas, una de las más poderosas del Madrid medieval y renacentista. Debe su nombre a Gutierre de Vargas y Carvajal, obispo de Plasencia, su principal impulsor.
En el terreno social, el religioso Antón Martín creó en 1552 el Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios, que estuvo en la calle de Atocha, cerca de la plaza que lleva el nombre de su fundador.
En 1529, Carlos I ordenó que el Real Hospital de la Corte, de carácter itinerante ya que acompañaba a la Corte en sus desplazamientos, quedara establecido de forma fija en Madrid. Su edificio, conocido como Hospital del Buen Suceso, estaba integrado por un recinto hospitalario y una iglesia, que fueron concluidos en 1607. A mediados del siglo XIX, se procedió a su derribo dentro de las obras de ampliación de la Puerta del Sol, donde se encontraba.
En cuanto a las residencias palaciegas, cabe mencionar la de Alonso Gutiérrez de Madrid, tesorero del emperador, cuya estructura fue aprovechada, durante el reinado de Felipe II, para la fundación del Monasterio de las Descalzas Reales. Recientes intervenciones en este edificio han puesto al descubierto elementos originales del patio principal del citado palacio.
El Palacio de los condes de Paredes de Nava o Casa de San Isidro, donde tiene sus instalaciones el Museo de los Orígenes, se encuentra en la plaza de San Andrés. Fue construido en el solar de un antiguo edificio donde, según la tradición, vivió Iván de Vargas, quien, en el siglo XI, dio alojamiento y trabajo a san Isidro. Data de la primera mitad del siglo XVI.
Por su parte, la Casa de Cisneros data del año 1537 y está construida en estilo plateresco. Situada entre la calle del Sacramento y la plaza de la Villa, su primer propietario fue Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del cardenal Cisneros (1436–1517), de quien toma su nombre.
Reinado de Felipe II
En 1561, Felipe II (r. 1556–1598) estableció la Corte en Madrid. Tal designación provocó un aumento de la población vertiginoso: de los 10 000 - 20 000 habitantes que podía haber en la villa antes de la capitalidad se pasó a 35 000 - 45 000 en el año 1575 y a más de 100 000 a finales del siglo XVI.
Para hacer frente a este crecimiento demográfico, el Concejo de Madrid, respaldado por la Corona, elaboró un proyecto de ordenación urbanística, consistente en la alineación y ensanchamiento de calles, el derribo de la antigua muralla medieval, la adecuación de la plaza del Arrabal (antecedente de la actual Plaza Mayor) y la construcción de edificios públicos como hospitales, hospicios, orfanatos, instalaciones de abastos y templos religiosos.
Felipe II puso al frente de este plan al arquitecto Juan Bautista de Toledo. Sin embargo, la falta de medios y lentitud burocrática del consistorio y el desinterés mostrado por la Corona en la aportación de recursos ralentizaron su desarrollo. La consecuencia fue un crecimiento urbano rápido y desordenado, que se realizó preferentemente hacia el este del centro histórico, dada la accidentada orografía de la parte occidental, orientada a los barrancos y terraplenes del valle del río Manzanares.
Los nuevos edificios se construyeron siguiendo la dirección de los caminos que partían de la villa y, a su alrededor, surgió un entramado de calles estrechas, aunque dispuestas hipodámicamente. El que conducía hasta Alcalá de Henares (hoy calle de Alcalá) vertebró el crecimiento urbano hacia el este, al igual que el camino que llevaba a San Jerónimo el Real, sobre el que se originó la carrera de San Jerónimo. Por el sudeste, la expansión tomó como eje principal el camino del santuario de Nuestra Señora de Atocha (actual calle de Atocha).
Hacia el sur, las nuevas casas se alinearon alrededor del camino de Toledo (calle de Toledo) y, por el norte, la referencia urbanística estuvo marcada por los caminos de Hortaleza y de Fuencarral (con sus respectivas calles homónimas), si bien hay que tener en cuenta que, en estos dos lados de la ciudad, el crecimiento fue más moderado.
Antes de la capitalidad, en 1535, la superficie de Madrid era de 72 hectáreas, cifra que aumentó hasta 134 en 1565, sólo cuatro años después de establecerse la Corte en la villa. A finales del reinado de Felipe II, el casco urbano ocupaba 282 hectáreas y tenía unos 7590 inmuebles, tres veces más que en 1563 (2250), al poco tiempo de la designación de Madrid como capital.
La intensa actividad inmobiliaria de este periodo no fue suficiente para satisfacer la demanda de viviendas, por parte de cortesanos y sirvientes de la Corona. Tal situación llevó al monarca a promulgar el edicto conocido como Regalía de Aposento, mediante el cual los propietarios de inmuebles de más de una planta estaban obligados a ceder una de ellas a una familia cortesana.
Este decreto favoreció el desarrollo de las llamadas casas a la malicia, un tipo de vivienda con el que sus propietarios intentaban evitar el cumplimiento de la norma, mediante diferentes soluciones (una única planta, compartimentación excesiva de los interiores, ocultación a la vía pública del piso superior...).
En 1590, la Corona y el Concejo crearon la Junta de Policía y Ornato, organismo presidido por el arquitecto Francisco de Mora, con el que se intentó poner fin a los desarreglos urbanísticos provocados por la rápida expansión de la ciudad. La correcta alineación de las calles, mediante la supresión de los recovecos existentes entre los inmuebles, fue uno de sus objetivos.
Felipe II promovió la realización de diferentes infraestructuras urbanas, caso del Puente de Segovia, la calle Real Nueva (actual calle de Segovia) y la Plaza Mayor. Los proyectos inicialmente previstos para estas tres obras no pudieron llevarse a cabo plenamente, adoptándose soluciones menos ambiciosas, ante las limitaciones presupuestarias.
Las dos primeras se enmarcaban dentro del mismo plan, consistente en la creación de una gran avenida, de aire monumental, que, salvando el río Manzanares por el oeste, conectase el antiguo camino de Segovia con el Real Alcázar. Finalmente, sólo pudo ejecutarse el puente (1582–1584), atribuido a Juan de Herrera, mientras que la avenida quedó reducida a unas nivelaciones del terreno sobre el barranco del arroyo de San Pedro y al derribo de varios edificios, que dieron origen a la calle de Segovia, terminada en 1577.
Con respecto a la Plaza Mayor, levantada sobre la antigua plaza del Arrabal, el centro comercial de la villa en aquel entonces, el monarca encargó su diseño a Juan de Herrera en el año 1580. Durante su reinado, se demolieron los edificios primitivos y dieron comienzo las obras de la Casa de la Panadería (1590), proyectada por Diego Sillero. Fue su sucesor, Felipe III, quien dio el impulso definitivo al recinto.
Felipe II continuó con las reformas y ampliaciones del Real Alcázar, iniciadas por su padre, con la edificación de la Torre Dorada, obra de Juan Bautista de Toledo, y la decoración de las distintas dependencias. También ordenó la construcción, en las inmediaciones del palacio, de la Casa del Tesoro, las Caballerizas Reales y la Armería Real. Todos estos conjuntos han desaparecido.
Pero tal vez su proyecto más personal fuese la Casa de Campo, paraje que convirtió en un recinto palaciego y ajardinado para su recreo. Se debe a un diseño de Juan Bautista de Toledo, que siguió el modelo de naturaleza urbanizada, acorde con el gusto renacentista de la época, a modo de conexión con el Monte de El Pardo. De este proyecto sólo se conservan partes del trazado de los jardines y algunos restos del palacete.
Asimismo, fueron levantados distintos edificios religiosos y civiles. El Monasterio de las Descalzas Reales fue fundado en 1559 por Juana de Austria, hermana del monarca, y en 1561 comenzaron las obras del Convento de la Victoria, que, como aquel, también estuvo muy vinculado con la Corona.
En 1583 abrió su puertas el corral de comedias del Teatro del Príncipe (en cuyo solar se levanta ahora el Teatro Español), institución clave en el Siglo de Oro español.15 En 1590, fue inaugurado el Colegio de María de Córdoba y Aragón (actual Palacio del Senado), que toma su nombre de una dama de la reina Ana de Austria, principal impulsora del proyecto.
Entre los palacios nobiliarios, hay que destacar la Casa de las Siete Chimeneas (1574–1577), actual sede del Ministerio de Cultura, situada en la plaza del Rey. Su primer propietario fue Pedro de Ledesma, secretario de Antonio Pérez.
En la calle de Atocha se encontraban las casas de Antonio Pérez y en la plaza de la Paja se halla el Palacio de los Vargas, cuya fachada fue transformada en el siglo XX, adoptándose una solución historicista, a modo de continuación de la contigua Capilla del Obispo.
Reinado de Felipe III
En 1601, pocos años después de subir al trono Felipe III (r. 1598–1621), Madrid perdió la capitalidad a favor de Valladolid. Consiguió recuperarla cinco años después, tras el pago a la Corona de 250 000 ducados y el compromiso por parte del Concejo de abastecer de agua potable al Real Alcázar, entre otras infraestructuras.
Con tal fin, el consistorio realizó los denominados viajes de agua (conducciones desde manantiales cercanos a la villa), entre los cuales cabe destacar el de Amaniel (1614–1616). De ellos también se beneficiaron algunos conventos y palacios, además de los propios vecinos, a través de las fuentes públicas. En 1617 fue creada la llamada Junta de Fuentes, organismo encargado de su mantenimiento y conservación.
Bajo el reinado de Felipe III, se proyectaron numerosos edificios religiosos y civiles, algunos de los cuales fueron inaugurados en la época de Felipe IV. Es el caso de la Colegiata de San Isidro; de la nueva fachada del Real Alcázar (1610–1636), obra de Juan Gómez de Mora, que perduró hasta el incendio del palacio en 1734; y del Convento de los Padres Capuchinos, en El Pardo, fundado por el rey en 1612, cuyo edificio definitivo no pudo comenzarse hasta 1638.
Las nuevas edificaciones se construyeron con mayor calidad arquitectónica que en los periodos anteriores, al tiempo que se impuso un estilo propio, típicamente madrileño, de aire clasicista y de clara influencia herreriana, aunque también se observan rasgos prebarrocos.
Además, se establecieron arquetipos arquitectónicos, que, en relación con las casas palaciegas, quedaron definidos en un trazado de planta rectangular, dos o más alturas de órdenes, portadas manieristas, cubiertas abuhardilladas de pizarra y torres cuadrangulares, por lo general dos, con chapiteles rematados en punta, en la línea escurialense.
Este esquema, uno de los que mejor definen la arquitectura madrileña de los Austrias y de periodos posteriores, empezó a gestarse en tiempos de Felipe III, con ejemplos tan notables como las Casas de la Panadería y de la Carnicería, en la Plaza Mayor; el Palacio del marqués de Camarasa, ubicado en la calle Mayor y sede actual de diferentes dependencias municipales; el proyecto de reconstrucción del Palacio Real de El Pardo, incendiado el 13 de marzo de 1604; y la ya citada fachada del Real Alcázar. No obstante, fue con Felipe IV cuando alcanzó su máxima expresión.
Por su parte, el Palacio de los Consejos (también llamado del duque de Uceda) puede ser considerado un precedente en lo que respecta a la organización del espacio y fachadas, si bien carece de las torres de inspiración herreriana. Fue diseñado por Francisco de Mora, quien contó con la colaboración de Alonso de Trujillo, al frente las obras entre 1608 y 1613.
En cuanto a los templos religiosos, la mayoría de las construcciones utilizó como referencia el modelo jesuítico, de planta de cruz latina, que tiene su origen en la Iglesia del Gesú (Roma, Italia). La Colegiata de San Isidro, que, como se ha referido, fue diseñada en tiempos de Felipe III y terminada con Felipe IV, responde a esta pauta.
Mención especial merece el Real Monasterio de la Encarnación (1611–1616), fundado por Margarita de Austria, esposa del rey. Su fachada, obra de Juan Gómez de Mora (aunque posiblemente proyectada por su tío, Francisco de Mora), fue una de las más imitadas en la arquitectura castellana del siglo XVII y buena parte del XVIII.
Un ejemplo es el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Loeches (Madrid), que, como aquel, presenta fachada rectangular con pórtico, pilastras a ambos lados y frontón en la parte superior.
La lista de edificios religiosos levantados durante el reinado de Felipe III es amplia. El Convento de San Ildefonso de las Trinitarias Descalzas (o, sencillamente, de las Trinitarias), del año 1609, se encuentra en el Barrio de las Letras y en él fue enterrado Miguel de Cervantes. Del Convento del Santísimo Sacramento, fundado en 1615 por Cristóbal Gómez de Sandoval y de la Cerda, valido del rey, sólo se conserva su iglesia (actual Catedral Arzobispal Castrense), levantada en tiempos de Carlos II.
El Monasterio del Corpus Christi o de las Carboneras y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen fueron empezados en 1607 y 1611, respectivamente, y ambos se deben a Miguel de Soria. La Iglesia de San Antonio de los Alemanes, de 1606, es una de las más singulares del primer tercio del siglo XVII, por su planta oval.21 Su interior está decorado al fresco por Lucas Jordán, Juan Carreño de Miranda y Francisco Rizi.
Las iglesias de San Ildefonso (1619) y de Santos Justo y Pastor (hacia 1620) se encuentran entre las últimas fundaciones religiosas llevadas a cabo antes de la muerte del monarca en 1621. La primera, destruida completamente durante la Guerra Civil Española, fue reconstruida en la década de 1950.
Pero, sin duda, el proyecto urbanístico más importante llevado a cabo por el monarca fue la Plaza Mayor. En 1619, Felipe III finalizó las obras, que había iniciado su antecesor, con un nuevo diseño, firmado y desarrollado por Juan Gómez de Mora. Este arquitecto fue también responsable de la Casa de la Panadería, que preside el conjunto, si bien su aspecto actual corresponde a la reconstrucción realizada por Tomás Román, tras el incendio acaecido en 1672.
Además de este recinto, se procedió a adecuar otras plazas, como la de la Cebada y la desaparecida de Valnadú, esta última resultado de la demolición en el año 1567 de la puerta homónima, en la época de Felipe II. Otro de sus logros urbanísticos fue la reorganización del territorio en las riberas del río Manzanares y en el Real Camino de Valladolid, mediante la eliminación de las compartimentaciones internas y la estructuración de los plantíos.
En el terreno de la escultura, destaca la estatua ecuestre del propio rey, traída desde Italia como obsequio del Gran Duque de Florencia. Realizada en bronce, fue comenzada por Juan de Bolonia y terminada por su discípulo, Pietro Tacca, en 1616.
Estuvo emplazada en la Casa de Campo, recinto que fue objeto de una especial atención por parte del monarca con la construcción de nuevas salas en el palacete (del Mosaico y de las Burlas) y la instalación de diferentes fuentes y adornos en los jardines. En 1848, la escultura fue trasladada al centro de la Plaza Mayor, donde actualmente se exhibe, por orden de Isabel II.
Reinado de Felipe IV
Felipe IV (r. 1621–1665) accedió al trono a la edad de dieciséis años, tras la inesperada muerte de su padre. Tradicionalmente ha sido considerado como un mecenas de las letras y de las artes, principalmente de la pintura. Durante su reinado, Madrid se convirtió en uno de los principales focos culturales de Europa y en el escenario donde se fraguaron muchas de las grandes creaciones del Siglo de Oro español. Además, la ciudad albergó la mayor parte de la colección pictórica del monarca, una de las más importantes de la historia del coleccionismo español
En el ámbito de la arquitectura, se levantaron numerosos edificios civiles y religiosos, al tiempo que se construyó una nueva residencia regia en el entorno del Prado de los Jerónimos, en el lado oriental del casco urbano. El Palacio del Buen Retiro desplazó hacia el este buena parte de la actividad política, social y cultural de la villa, que hasta entonces gravitaba únicamente sobre el Real Alcázar, situado en el extremo occidental.
En líneas generales, la arquitectura palaciega del reinado de Felipe IV siguió el modelo post-escurialense, de rasgos barrocos contenidos, que comenzó a forjarse con Felipe III. Este estándar aparecía en estado puro en el desaparecido Palacio del Buen Retiro, cuyo origen fue el llamado Cuarto Real, un anexo del Monasterio de los Jerónimos, que, desde tiempos de los Reyes Católicos, era frecuentado por la realeza para su descanso y retiro.
Siguiendo una iniciativa del Conde-Duque de Olivares,29 en 1632 Felipe IV ordenó al arquitecto Alonso Carbonel la ampliación del recinto y su conversión en residencia veraniega. El palacio fue concebido como un lugar de recreo, función que quedó remarcada mediante una configuración articulada alrededor de dos grandes patios, diseñados a modo de plazas urbanas.30 La Plaza Principal estaba reservada a la Familia Real, mientras que la Plaza Grande, de mayores dimensiones, era utilizada para la celebración de fiestas, actos lúdico-culturales y eventos taurinos.
La primera fase, correspondiente al núcleo central (Plaza Principal), se concluyó en 1633, sólo un año después de realizarse el encargo. Por su parte, las obras de la Plaza Grande, el Picadero, el Salón de Baile, el Coliseo y los jardines se prolongaron, a lo largo de diferentes etapas, hasta 1640.
El recinto palaciego sufrió graves desperfectos durante la Guerra de la Independencia y, finalmente, fue demolido en la época de Isabel II, ante la imposibilidad de recuperación. Sólo se conservan el Salón de Reinos y el Salón de Baile (o Casón del Buen Retiro), si bien con importantes transformaciones en relación con el diseño original.
En lo que respecta a los jardines, el Parque de El Retiro es heredero del trazado llevado a cabo en la época de Felipe IV, aunque su fisonomía actual responde a múltiples remodelaciones ejecutadas en periodos posteriores, principalmente en los siglos XVIII y XIX. Entre los elementos primitivos que aún se mantienen, cabe citar algunos complejos hidráulicos, como el Estanque Grande y la Ría Chica.
Además del Buen Retiro, el monarca mostró una especial predilección por el Real Sitio de El Pardo, donde mandó construir el Palacio de la Zarzuela, actual residencia de la Familia Real, y ampliar la Torre de la Parada, a partir de un diseño de Juan Gómez de Mora. Este último edificio fue erigido como pabellón de caza por Felipe II y resultó completamente destruido en el siglo XVIII.
La arquitectura civil tiene en el Palacio de Santa Cruz y en la Casa de la Villa, ambos proyectados por Juan Gómez de Mora en el año 1629, dos notables exponentes.
El primero albergó la Sala de Alcaldes de Casa y Corte y la Cárcel de Corte y, en la actualidad, acoge al Ministerio de Asuntos Exteriores. Se estructura alrededor de dos patios cuadrangulares simétricos, unidos mediante un eje central que sirve de distribuidor y acceso al edificio. La horizontalidad de su fachada principal, que da a la Plaza de la Provincia, queda rota por los torreones laterales de inspiración herreriana y la portada con dos niveles de triple vano. Fue terminado en 1636 y ha sido objeto de numerosas reformas en siglos posteriores.
Por su parte, la Casa de la Villa fue diseñada como sede del gobierno municipal y Cárcel de Villa. Sus obras comenzaron en 1644, quince años después de realizarse el proyecto, y finalizaron en 1696. Junto a Gómez de Mora, colaboraron José de Villarreal, a quien se debe el patio central, Teodoro Ardemans y José del Olmo.
Entre las residencias nobiliarias, figuran el Palacio del duque de Abrantes, construido por Juan Maza entre 1653 y 1655 y transformado sustancialmente en el siglo XIX, y el Palacio de la Moncloa. Este último fue erigido en el año 1642, a iniciativa de Melchor Antonio Portocarrero y Lasso de la Vega, conde de Monclova y virrey del Perú, su primer propietario. La estructura actual corresponde a la reconstrucción y ampliación llevadas a cabo en el siglo XX, tras los daños sufridos durante la Guerra Civil.
La arquitectura religiosa del reinado de Felipe IV presenta dos fases, coincidentes con los procesos evolutivos que se dieron en el arte barroco español a lo largo del siglo XVII.
En la primera mitad, se mantuvo la austeridad geométrica y espacial, arrastrada del estilo herreriano, con escasos y calculados motivos ornamentales, salvo en los interiores, que, en clara contraposición, aparecían profusamente decorados. En la segunda mitad del siglo, el gusto por las formas favoreció un progresivo alejamiento del clasicismo y la incorporación de motivos naturalistas en las fachadas.
Dentro de la primera corriente, que puede ser denominada como barroco clasicista, se encuentran la Colegiata de San Isidro, la Ermita de San Antonio de los Portugueses y el Convento de San Plácido.
La Colegiata de San Isidro (1622–1664) fue fundada como iglesia del antiguo Colegio Imperial, situado dentro del mismo complejo. El templo se debe a un proyecto del hermano jesuita Pedro Sánchez de hacia 1620, iniciándose su construcción en 1622. A su muerte, en 1633, se hará cargo de la obra el hermano Francisco Bautista junto con Melchor de Bueras. Es de planta de cruz latina y destaca por su fachada monumental, realizada en piedra de granito y flanqueada por dos torres en los lados. Fue la catedral provisional de Madrid desde 1885 hasta 1993.
La Ermita de San Antonio de los Portugueses estuvo ubicada en una isla artificial, en medio de un estanque lobulado, dentro de los Jardines del Buen Retiro. Fue edificada entre 1635 y 1637 por Alonso Carbonel y derribada en 1761, para levantar, sobre su solar, la Real Fábrica de Porcelana de la China, igualmente desaparecida. Su torre cuadrangular, rematada con chapitel herreriano, y su suntuosa portada, configurada por cuatro grandes columnas de mármol blanco y capiteles de mármol negro, eran sus elementos más notables.
El edificio actual del Convento de San Plácido, obra de Lorenzo de San Nicolás, data de 1641. La decoración interior es la parte más sobresaliente y en él se conserva un Cristo yacente de Gregorio Fernández.
Conforme fue avanzando el siglo XVII, los exteriores sobrios fueron perdiendo vigencia y se impuso un estilo plenamente barroco, sin apenas concesiones al clasicismo. Esta evolución puede apreciarse en la ya citada Casa de la Villa, que, dado su prolongado proceso de construcción (el diseño se hizo en 1629 y el edificio se terminó en 1696), fue incorporando diferentes elementos ornamentales en su fachada clasicista, acordes con las nuevas tendencias.
La Capilla de San Isidro ejemplifica el apogeo del barroco. Fue construida como un anejo de la iglesia de origen medieval de San Andrés para albergar los restos mortales de san Isidro. La primera piedra se puso en 1642, a partir de un proyecto de Pedro de la Torre. En 1657, José de Villarreal realizó un segundo proyecto, cuyas obras fueron inauguradas por Felipe IV y su esposa Mariana de Austria en un acto institucional. Fue terminada en 1699.
Junto a la basílica neoclásica de San Francisco el Grande (siglo XVIII), se halla la Capilla del santo Cristo de los Dolores para la Venerable Orden Tercera de San Francisco (1662–1668), realizada por el arquitecto Francisco Bautista. En su interior sobresale la decoración barroca, con especial mención al baldaquino, hecho en maderas, jaspes y mármoles, donde se guarda la talla del Cristo de los Dolores.
El Convento de Nuestra Señora de la Concepción o de las Góngoras es otro ejemplo del barroco madrileño. Debe su nombre a Juan Jiménez de Góngora, ministro del Consejo de Castilla, quien procedió a su creación, por encargo directo del rey, como ofrenda por el nacimiento de su hijo Carlos (a la postre Carlos II). Fue inaugurado en 1665 y ampliado en 1669, según un proyecto de Manuel del Olmo.
Dentro del capítulo de arquitectura religiosa, también hay que destacar la reconstrucción de la iglesia medieval de San Ginés, llevada a cabo, a partir de 1645, por el arquitecto Juan Ruiz. Es de planta de cruz latina, de tres naves, con crucero y cúpula.
Escultura
Las numerosas fundaciones religiosas llevadas a cabo con Felipe IV generaron una importante actividad escultórica, destinada a la realización de tallas y retablos. Hacia 1646 se estableció en la Corte Manuel Pereira, a quien se debe el retablo de la Iglesia de San Andrés, desaparecido durante la Guerra Civil, y la estatua de San Bruno, considerada una de sus obras maestras, que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Fuera del ámbito religioso, la producción escultórica se desarrolló a través de dos vías: la ornamentación de calles y plazas, mediante la construcción de fuentes artísticas (es el caso de la Fuente de Orfeo, diseñada por Juan Gómez de Mora y terminada en 1629), y los encargos reales, entre los que sobresale la estatua ecuestre de Felipe IV (1634–1640).
Se trata de las primera escultura a caballo del mundo en la que éste se sostiene únicamente sobre sus patas traseras.34 Es obra de Pietro Tacca, quien trabajó sobre unos bocetos hechos por Velázquez y, según la tradición, contó con el asesoramiento científico de Galileo Galilei. Conocida como el caballo de bronce, estuvo inialmente en el Palacio del Buen Retiro y, en tiempos de Isabel II, fue trasladada a la Plaza de Oriente, su actual ubicación.
En el terreno urbanístico, Felipe IV ordenó la construcción de una cerca alrededor del casco urbano, mediante la cual quedaron establecidos los nuevos límites de la villa, tras los procesos expansivos de los periodos anteriores. Desde la fundación de Madrid en el siglo IX, había sido costumbre cercar el caserío, bien con una finalidad defensiva (murallas musulmana y cristiana), bien para el control fiscal de los abastos e inmigración (cerca medieval de los arrabales y Cerca de Felipe II).
La Cerca de Felipe IV provocó varios efectos en el desarrollo urbano: por un lado, impidió la expansión horizontal de Madrid hasta bien entrado el siglo XIX, cuando fue demolida y pudieron acometerse los primeros ensanches; y, por otro, favoreció un cierto crecimiento vertical, dando lugar a las corralas, viviendas dispuestas en varias alturas y organizadas en corredera, alrededor de un gran patio común.
De la citada cerca, realizada en ladrillo y mampostería, aún se mantienen en pie algunos restos, como los situados en la Ronda de Segovia, en los alrededores de la Puerta de Toledo.
El Puente de Toledo es otro de los proyectos urbanísticos impulsados por el rey. Su función era enlazar directamente el casco urbano con el camino de Toledo, salvando el río Manzanares por la parte suroccidental de la ciudad. Fue construido por José de Villarreal entre 1649 y 1660, a partir de un proyecto de Juan Gómez de Mora.
El puente quedó destruido en una riada y en 1671, durante el reinado de Carlos II, se levantó uno nuevo, que también desapareció por los mismos motivos. La estructura definitiva que ha llegado a la actualidad corresponde al primer tercio del siglo XVIII y es obra de Pedro de Ribera.
Reinado de Carlos II
Con la llegada al trono de Carlos II (r. 1665–1700), se frenó el ritmo constructor del reinado anterior, sobre todo en lo que respecta a las edificaciones civiles. Entre éstas, tan sólo cabe mencionar la Puerta de Felipe IV (1680), que, pese a su nombre, fue erigida en honor de María Luisa de Orleáns, primera esposa de Carlos II. Trazada por Melchor Bueras, estuvo inicialmente emplazada en la Carrera de San Jerónimo, hasta su traslado, a mediados del siglo XIX, a la calle de Alfonso XII, donde sirve de acceso al Parque de El Retiro.
En cuanto a las fundaciones religiosas, se levantaron algunos templos de interés artístico, que abandonaron definitivamente el aspecto austero de la primera mitad del siglo XVII e incorporaron plenamente las tendencias barrocas.
Es el caso de la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat, que forma parte del convento homónimo. Fue trazada en el año 1668 por el arquitecto Sebastián Herrera Barnuevo, si bien su proyecto fue transformado por Gaspar de la Peña, Juan de Torija, Pedro de la Torre, Francisco Aspur y Pedro de Ribera, que intervinieron, en diferentes fases, hasta la conclusión del conjunto en 1720. El edificio destaca por su exterior profusamente ornamentado, en especial la torre que flanquea uno de sus lados, con abundantes motivos naturalistas en su parte superior y alrededor de los vanos.
El gusto por las formas también está presente en la Iglesia de las Calatravas (1670–1678), situada en la calle de Alcalá. Se debe a un diseño de fray Lorenzo de San Nicolás, terminado por Isidro Martínez y Gregorio Garrote. Presenta planta de cruz latina y, en su crucero, se alza una cúpula con tambor de ocho vanos, cuatro abiertos y cuatro cegados. La capilla mayor está adornada con un retablo de José Benito de Churriguera, realizado en tiempos de Felipe V.
Del Monasterio del santísimo Sacramento, fundado por Cristóbal Gómez de Sandoval en la época de Felipe IV, sólo se conserva su iglesia, actual Catedral Arzobispal Castrense. El templo se construyó con Carlos II, entre 1671 y 1744, a partir de un proyecto firmado por Francisco Bautista, Manuel del Olmo y Bartolomé Hurtado García.
Su fachada, labrada en sillares de granito, se estructura en tres niveles horizontales y está rematada por un frontón circular. La decoración exterior consiste en diferentes molduras que recorren los vanos, con motivos naturales, y en un relieve dedicado a san Benito y san Bernardo, instalado en el nivel intermedio.
Pese a las corrientes barrocas del momento, el Convento de las Comendadoras de Santiago se aproxima más al arquetipo arquitectónico de la primera mitad del reinado de Felipe IV, caracterizado por su sobriedad. El edificio, que empezó a construirse en 1667, destaca por su iglesia, de planta de cruz griega, fachada inspirada en el modelo del Real Monasterio de la Encarnación y torres con chapiteles herrerianos en los lados.
Cantora, compositora e atriz, Manu Gavassi apresenta show com as músicas de seu novo disco “Manu” em São Paulo. 21.05.17
Tumba del compositor Gioachino Rossini en la basílica de la Santa Croce de Florencia (Italia). Fue diseñada por el escultor florentino Giuseppe Cassioli (1865 -1942) y realizada entre 1900 y 1902. Además del medallón de mármol blanco y mosaico dorado con la efigie del compositor, en la tumba se aprecian relieves decorativos con motivos musicales: una franja formada por puentes y clavijas de violín y otra con liras compuestas por claves de sol y una palma.
El compositor italiano Gioachino Rossini (1792-1868) falleció en París, siendo sepultado en el Cementerio del Père Lachaise. En 1887 sus restos fueron trasladados a la Basílica de la Santa Cruz de Florencia, verdadero panteón de celebridades italianas donde están los monumentos fúnebres de Dante, Maquiavelo, Miguel Ángel o Galileo entre otros muchos. Rossini cuenta, pues, con dos tumbas: la parisina (vacía, pero donde sigue recibiendo homenaje) y la florentina, diseñada por Cassioli.
Florencia (Italia) 17/7/2023
Mijaíl Ivánovich Glinka (en ruso: Михаил Иванович Глинка; Novospásskoie, provincia de Smolensk, 1 de junio de 1804-Berlín, 15 de febrero de 1857) fue un compositor ruso, considerado el padre del nacionalismo musical ruso.
Durante sus viajes visitó España, donde conoció y admiró la música popular española, de la cual utilizó el estilo de la jota en su obra La jota aragonesa. Recuerdos de Castilla, basado en su prolífica estancia en Fresdelval, «Recuerdo de una noche de verano en Madrid», sobre la base de la obertura La noche en Madrid, son parte de su música orquestal. El método utilizado por Glinka para arreglar la forma y orquestación son influencia del folclore español. Las nuevas ideas de Glinka fueron plasmadas en “Las oberturas españolas”.
Glinka fue el primer compositor ruso en ser reconocido fuera de su país y, generalmente, se lo considera el 'padre' de la música rusa. Su trabajo ejerció una gran influencia en las generaciones siguientes de compositores de su país.
Sus obras más conocidas son las óperas Una vida por el Zar (1836), la primera ópera nacionalista rusa, y Ruslán y Liudmila (1842), cuyo libreto fue escrito por Aleksandr Pushkin y su obertura se suele interpretar en las salas de concierto. En Una vida por el Zar alternan arias de tipo italiano con melodías populares rusas. No obstante, la alta sociedad occidentalizada no admitió fácilmente esa intrusión de "lo vulgar" en un género tradicional como la ópera.
Sus obras orquestales son menos conocidas.
Inspiró a un grupo de compositores a reunirse (más tarde, serían conocidos como "los cinco": Modest Músorgski, Nikolái Rimski-Kórsakov, Aleksandr Borodín, Cesar Cui, Mili Balákirev) para crear música basada en la cultura rusa. Este grupo, más tarde, fundaría la Escuela Nacionalista Rusa. Es innegable la influencia de Glinka en otros compositores como Vasili Kalínnikov, Mijaíl Ippolítov-Ivánov, y aún en Piotr Chaikovski.
es.wikipedia.org/wiki/Mijaíl_Glinka
es.wikipedia.org/wiki/Los_Cinco_(compositores)
Mikhail Ivanovich Glinka (Russian: Михаил Иванович Глинка; 1 June [O.S. 20 May] 1804 – 15 February [O.S. 3 February] 1857) was the first Russian composer to gain wide recognition within his own country, and is often regarded as the fountainhead of Russian classical music. Glinka's compositions were an important influence on future Russian composers, notably the members of The Five, who took Glinka's lead and produced a distinctive Russian style of music.
Glinka was born in the village of Novospasskoye, not far from the Desna River in the Smolensk Governorate of the Russian Empire (now in the Yelninsky District of the Smolensk Oblast). His wealthy father had retired as an army captain, and the family had a strong tradition of loyalty and service to the tsars, while several members of his extended family had also developed a lively interest in culture. His great-great-grandfather was a Polish–Lithuanian Commonwealth nobleman, Wiktoryn Władysław Glinka of the Trzaska coat of arms.
As a small child, Mikhail was raised by his over-protective and pampering paternal grandmother, who fed him sweets, wrapped him in furs, and confined him to her room, which was always to be kept at 25 °C (77 °F); accordingly, he developed a sickly disposition, later in his life retaining the services of numerous physicians, and often falling victim to a number of quacks. The only music he heard in his youthful confinement was the sounds of the village church bells and the folk songs of passing peasant choirs. The church bells were tuned to a dissonant chord and so his ears became used to strident harmony. While his nurse would sometimes sing folksongs, the peasant choirs who sang using the podgolosochnaya technique (an improvised style – literally under the voice – which uses improvised dissonant harmonies below the melody) influenced the way he later felt free to emancipate himself from the smooth progressions of Western harmony. After his grandmother's death, Glinka moved to his maternal uncle's estate some 10 kilometres (6 mi) away, and was able to hear his uncle's orchestra, whose repertoire included pieces by Haydn, Mozart and Beethoven. At the age of about ten he heard them play a clarinet quartet by the Finnish composer Bernhard Henrik Crusell. It had a profound effect upon him. "Music is my soul", he wrote many years later, recalling this experience. While his governess taught him Russian, German, French, and geography, he also received instruction on the piano and the violin.
At the age of 13, Glinka went to the capital, Saint Petersburg, to study at a school for children of the nobility. Here he learned Latin, English, and Persian, studied mathematics and zoology, and considerably widened his musical experience. He had three piano lessons from John Field, the Irish composer of nocturnes, who spent some time in Saint Petersburg. He then continued his piano lessons with Charles Mayer and began composing.
When he left school his father wanted him to join the Foreign Office, and he was appointed assistant secretary of the Department of Public Highways. The work was light, which allowed Glinka to settle into the life of a musical dilettante, frequenting the drawing rooms and social gatherings of the city. He was already composing a large amount of music, such as melancholy romances which amused the rich amateurs. His songs are among the most interesting part of his output from this period.
In 1830, at the recommendation of a physician, Glinka decided to travel to Italy with the tenor Nikolai Kuzmich Ivanov. The journey took a leisurely pace, ambling uneventfully through Germany and Switzerland, before they settled in Milan. There, Glinka took lessons at the conservatory with Francesco Basili, although he struggled with counterpoint, which he found irksome. Although he spent his three years in Italy listening to singers of the day, romancing women with his music, and meeting many famous people including Mendelssohn and Berlioz, he became disenchanted with Italy. He realized that his mission in life was to return to Russia, write in a Russian manner, and do for Russian music what Donizetti and Bellini had done for Italian music. His return route took him through the Alps, and he stopped for a while in Vienna, where he heard the music of Franz Liszt. He stayed for another five months in Berlin, during which time he studied composition under the distinguished teacher Siegfried Dehn. A Capriccio on Russian themes for piano duet and an unfinished Symphony on two Russian themes were important products of this period.
When word reached Glinka of his father's death in 1834, he left Berlin and returned to Novospasskoye.
While in Berlin, Glinka had become enamored with a beautiful and talented singer, for whom he composed Six Studies for Contralto. He contrived a plan to return to her, but when his sister's German maid turned up without the necessary paperwork to cross to the border with him, he abandoned his plan as well as his love and turned north for Saint Petersburg. There he reunited with his mother, and made the acquaintance of Maria Petrovna Ivanova. After he courted her for a brief period, the two married. The marriage was short-lived, as Maria was tactless and uninterested in his music. Although his initial fondness for her was said to have inspired the trio in the first act of opera A Life for the Tsar (1836), his naturally sweet disposition coarsened under the constant nagging of his wife and her mother. After separating, she remarried. Glinka moved in with his mother, and later with his sister, Lyudmila Shestakova.
A Life for the Tsar was the first of Glinka's two great operas. It was originally entitled Ivan Susanin. Set in 1612, it tells the story of the Russian peasant and patriotic hero Ivan Susanin who sacrifices his life for the Tsar by leading astray a group of marauding Poles who were hunting him. The Tsar himself followed the work's progress with interest and suggested the change in the title. It was a great success at its premiere on 9 December 1836, under the direction of Catterino Cavos, who had written an opera on the same subject in Italy. Although the music is still more Italianate than Russian, Glinka shows superb handling of the recitative which binds the whole work, and the orchestration is masterly, foreshadowing the orchestral writing of later Russian composers. The Tsar rewarded Glinka for his work with a ring valued at 4,000 rubles. (During the Soviet era, the opera was staged under its original title Ivan Susanin).
In 1837, Glinka was installed as the instructor of the Imperial Chapel Choir, with a yearly salary of 25,000 rubles, and lodging at the court. In 1838, at the suggestion of the Tsar, he went off to Ukraine to gather new voices for the choir; the 19 new boys he found earned him another 1,500 rubles from the Tsar.
He soon embarked on his second opera: Ruslan and Lyudmila. The plot, based on the tale by Alexander Pushkin, was concocted in 15 minutes by Konstantin Bakhturin, a poet who was drunk at the time. Consequently, the opera is a dramatic muddle, yet the quality of Glinka's music is higher than in A Life for the Tsar. He uses a descending whole tone scale in the famous overture. This is associated with the villainous dwarf Chernomor who has abducted Lyudmila, daughter of the Prince of Kiev. There is much Italianate coloratura, and Act 3 contains several routine ballet numbers, but his great achievement in this opera lies in his use of folk melody which becomes thoroughly infused into the musical argument. Much of the borrowed folk material is oriental in origin. When it was first performed on 9 December 1842, it met with a cool reception, although it subsequently gained popularity.
Glinka went through a dejected year after the poor reception of Ruslan and Lyudmila. His spirits rose when he travelled to Paris and Spain. In Spain, Glinka met Don Pedro Fernández, who remained his secretary and companion for the last nine years of his life. In Paris, Hector Berlioz conducted some excerpts from Glinka’s operas and wrote an appreciative article about him. Glinka in turn admired Berlioz’s music and resolved to compose some fantasies pittoresques for orchestra. Another visit to Paris followed in 1852 where he spent two years, living quietly and making frequent visits to the botanical and zoological gardens. From there he moved to Berlin where, after five months, he died suddenly on 15 February 1857, following a cold. He was buried in Berlin but a few months later his body was taken to Saint Petersburg and re-interred in the cemetery of the Alexander Nevsky Monastery.
Glinka was the beginning of a new direction in the development of music in Russia Musical culture arrived in Russia from Europe, and for the first time specifically Russian music began to appear, based on the European music culture, in the operas of the composer Mikhail Glinka. Different historical events were often used in the music, but for the first time they were presented in a realistic manner.
The first to note this new musical direction was Alexander Serov. He was then supported by his friend Vladimir Stasov, who became the theorist of this musical direction. This direction was developed later by composers of "The Five".
The modern Russian music critic Viktor Korshikov thus summed up: "There is not the development of Russian musical culture without...three operas – Ivan Soussanine, Ruslan and Ludmila and the Stone Guest have created Mussorgsky, Rimsky-Korsakov and Borodin. Soussanine is an opera where the main character is the people, Ruslan is the mythical, deeply Russian intrigue, and in Guest, the drama dominates over the softness of the beauty of sound." Two of these operas – Ivan Soussanine and Ruslan and Ludmila – were composed by Glinka.
Since this time, the Russian culture began to occupy an increasingly prominent place in world culture.
en.wikipedia.org/wiki/Mikhail_Glinka
en.wikipedia.org/wiki/The_Five_(composers)