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I el final dolç va estar també de traca. Ja havíem pres abans el tiramisú trufat d’aquesta casa i no vam voler perdre la oportunitat de repetir. I va ser tot un encert. Grandíssim final per un àpat de bon nivell.
Fotografía: Isaki Photo
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El canelón de rabo de buey (suculento) llega bañado con una ligera y muy fluida bechamel bien contrastada por el jugo de rustido y rematado el conjunto con la potencia aromática de una exuberante trufa blanca en plena temporada. Rabiosamente bueno.
El pulpo de roca “confitadísimo” (sic) llegó impecable junto a una crema de berenjena ahumada (muy buena), pasta de trufa (muy aromática) y unos crackers como soporte. Gran bocado.
Y el falso requesón llega envuelto en “drap” simulando un recuit de l’Empordà. Tras librarlo del envoltorio lo preparan rociándolo con miel de abeto y aceite de trufa y lo sirven tras añadirle por encima unos cuantos piñones. Evidentemente, no se trata de requesón sino de una finísima, cremosa y fresca pasta de almendras crudas que estuvo deliciosa. Las anchoas le aportan el punto salado necesario pero, por si fuera necesario, se ofrece un pequeño recipiente conteniendo escamas de sal. Memorable bocado -por sí solo- el falso requesón.
Es la llamada trufa de verano.....
La diferencia con la trufa negra, o aún más con la trufa blanca, es su menor calidad y sabor... pero igualmente es costosa y exclusiva.
(Un producto importado por Trufa's www.trufa.cl)
Patata con trufa y yema de huevo. Y aquí el plato de la comida y, por extensión, lo más destacable de una ronda guipuzcoana llena de bocados memorables. Patatas cortadas en láminas (como para tortilla) suavemente confitadas en aceite de oliva, servidas junto a abundante yema de huevo batido (crudo o a cocido a baja temperatura ¿?) de excelente sabor a huevo de verdad, recubierto el conjunto con láminas de una excelentísima trufa que llegó con un punto de calor (unos segundos en la salamandra ¿?). El perfume de la melanosporum (poderoso y muy fragante, no era una trufa cualquiera) inundó todo el comedor, y el conjunto, que se come con cuchara y absoluta devoción, estuvo explosivo. Firme candidato a platazo del año.
“Paupiete” de cuixa de pollastre trufat. Cuixa de pollastre farcida i rostida amb un lleu toc de tòfona, acompanyada de patates al forn i espàrrecs, tot regat amb el suc del rostit. Bo.
Canelones de pollo con crema de foie gras y trufa negra (media ración). Y continuamos muy arriba con esta afortunadísima preparación. Sabor, finura y suculencia extremas. Muy bien.
Perdiu escabetxada, un clàssic d’aquesta casa que preparen en un to suau i molt engrescador. Molt bon plat.
Amanida de carxofes, llagostins i tòfona negra amb la seva vinagreta. Tot de qualitat i molt ben combinat. Bon entrant.
Canelons de faisà amb la seva beixamel i tòfona negra. La millor interpretació que li recordem a aquest plat clàssic de la casa. Quatre impecables canelons en una farsa molt gustosa nadant en una beixamel molt delicada, fluida i deliciosament làctica (de vici), tot plegat rematat amb ratlladura d’una bona tòfona especialment aromàtica. Espectacular!!
Os apliques de coelhinho foram enfeitar as caixinhas de trufas da Gisele.... trufeira de mão cheia....
Hamburguesa gurmet (preconfigurada). Ternera de Nebrasca, foie, cebolla caramelizada, Idiazábal, bacón y salsa de trufa en pan clásico. No la probé pero quien sí lo hizo dijo que estuvo fenomenal.
Visto en el VIPS: si la descripción del producto no cabía en la etiqueta, es mejor que solo hubieran puesto "Trufas" / The price tag reads "Chocolate truffles, 85% shit"
Parmentier con huevo a 63º, foie gras, boletus y papada confitada. Y este entrante no se quedó atrás, ni mucho menos. Parmentier en formato espuma pero con densidad y empaque suficientes, bien perfumado con melanosporum y recreando la tormenta perfecta (engullendo pedazos de boletus, papada y algo de foie, con el huevo en el ojo del huracán). Mezclarlo todo y darle a la cuchara constituyó un magno ejercicio de gastronomía de altos vuelos. Uno de esos platos que uno desea que no se acabe nunca, todo finura, textura, suavidad y sabor. Excelente.
Para el grupo mielylimon - Tema 3/52 - Mascotas
Yo como siempre con retraso. Eso de que el tema salga el lunes me viene muy mal eh, es que solo puedo hacer fotos los fines de semana y claro, siempre llego la última :P
1/8 // f/4.5 // 100 mm // ISO200
Nikon D90 + Tokina 100mm f2,8 MACRO
También muy bueno el canelón de pato trufado, en un tono fino y sabroso muy bien perfumado por la trufa.
El cochinillo ibérico en blanqueta al riesling (terrina de mango y trufa de verano, remolacha, ajo, concentrado de naranja y pistilo al azafrán) estuvo espectacular y sugiere comerlo en ración completa.
I love this dress I made for my girls, but if you want one soon will be in my corner.
Hope you like it.
Gracias Marta por esta telita tan preciosa!
Llegamos a Monvínic a primera hora y sin reserva, con el sano propósito de hacer una comida completa en el Wine-bar combinada con vinos procedentes de las botellas que tuvieran abiertas ese día. Superado el protocolo inicial del acomodo y una vez elegida la composición del menú, fue, tras rechazar la carta de vinos e indicar que nos sirvieran -en formato medias copas- los vinos más apropiados para acompañar cada uno de los platos, cuando se activaron todos los resortes. El sumiller que nos atendió desplegó la mejor de sus sonrisas y comenzó a ejercer de profesional del vino: eligió lo que le pareció más oportuno, estuvo didáctico y acertó con las combinaciones. La comida estuvo estupenda (hay que ver cuánto ha mejorado esa cocina –algo dubitativa en sus inicios- que presume y ejerce, con convicción, de natural), bebimos fenomenal (no esperábamos otra cosa) y fue, en su conjunto, una experiencia magnífica. Muy pocos lugares se nos ocurren que puedan ofrecer una comunión comida/vino de ese nivel. ¡Grande!.
En la fotografía: excelente el huevo frito oculto bajo unas láminas de trufa de suave perfume. Un estupendo bocado que acompañamos con Quinta da Muradella 2008, un exquisito tinto gallego (Monterrei) elaborado con Mencía. Un vino suave, muy fino y deliciosamente frutal.
Lo mejor: la oferta, el trato implicado y profesional y el carácter didáctico de todo lo relacionado con el vino; la calidad y naturalidad de la comida
Lo peor: la ambientación nos parece demasiado sofisticada y sombría
Recomendado: dejarse llevar en cuestión de vinos