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Sentirse importante lo hace a uno pesado, torpe y banal. Para ser un guerrero se necesita ser liviano y fluido.
La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.
Sale el sol por el cielo luminoso las nubes pardas de oro perfilando, y con su luz los montes matizando ilustra el campo su zafir hermoso.
Un hombre va al conocimiento como va a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y absoluta confianza. Ir de cualquier otra forma al conocimiento o a la guerra es un error, y quien lo cometa corre el riesgo de no sobrevivir para lamentarlo.
Cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos -estar bien despierto, y tener miedo, respeto y absoluta confianza- no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones, sus acciones pierden la torpeza de las acciones de un necio. Si un hombre así fracasa o sufre una derrota, no habrá perdido más que una batalla, y eso no le provocará lamentaciones lastimosas.
"El Occidente profesa una filosofía volcada hacia el futuro, pero su actitud efectiva es una contradicción con este ideal. Su mirada no llega más allá de mañana puesto que explota los recursos terrestres (y modifica el medioambiente) con un conocimiento muy fragmentario de la red de relaciones ahora desequilibrada por su obra."
Las situaciones son como son. La vida es muy simple. (...) El momento presente siempre es bastante simple porque es solamente eso. La consciencia está en la simplicidad del momento presente.
El momento presente es el campo en el cual transcurre el juego de la vida. No puede jugarse en ningún otro lugar.
YO SOY la inmensa Energía Electrónica que fluye, que renueva, que llena cada célula de Mi Mente y Mi Cuerpo ya, en este mismo momento.
El hombre tiene cuatro enemigos naturales: el miedo, la claridad, el poder, y la vejez. El miedo, la claridad y el poder pueden superarse, pero no la vejez. Su efecto puede ser pospuesto, pero nunca vencido.
El poder personal es un sentimiento. Algo así como tener suerte. O podríamos llamarlo un talante, un ánimo. El poder personal es algo que se adquiere a través de toda una vida de lucha.
El arte de acechar es un conjunto de procedi-mientos y actitudes que permiten a un guerrero extraer lo mejor de cualquier situación conce-bible.
Un guerrero no tiene remordimientos por nada de lo que ha hecho, porque aislar los propios actos llamándolos mezquinos, feos o malos es darse a uno mismo una importancia injustificada.
Para el hombre corriente el mundo es extraño porque, cuando no se aburre de él, está enemista-do con él. Para un guerrero, el mundo es extraño porque es estupendo, pavoroso, misterioso, insondable. Un guerrero debe asumir la responsabi-lidad de estar aquí, en este mundo maravilloso, en este tiempo maravilloso.
Un guerrero cazador trata íntimamente con su mundo y, sin embargo, es inaccesible para ese mismo mundo. Lo toca ligeramente, permanece el tiempo preciso y luego se aleja velozmente, sin apenas dejar rastro.
Sentirse importante lo hace a uno pesado, torpe y vano. Para ser un guerrero uno necesita ser ligero y fluido.
La humildad no es cobardía. Mansedumbre no es debilidad. La humildad y mansedumbre son realmente poderes espirituales.
Soltad las riendas; muchos pensamientos odiosos entrarán en la mente. Veréis que cada día que pasa el vagabundeo de la mente se hace menos violento, que cada día se va calmando un poco más. Pero debemos practicar pacientemente todos los días. ¿De qué modo y por cuánto tiempo debe esto practicarse? Es una tremenda labor y no puede ser hecha en un día. Solamente después de años de paciente y constante lucha podemos lograr el resultado.
Te conviertes en aquello en lo que piensas la mayor parte de tu tiempo. Si lo ves aquí (en la mente) lo sostendrás aquí (en tu mano).
Un guerrero no tiene remordimientos por nada de lo que ha hecho, porque aislar los propios actos llamándolos mezquinos, feos o malos es darse a uno mismo una importancia injustificada.
La clave está en lo que se enfatiza. O nos hacemos desdichados o nos hacemos fuertes. Cuesta el mismo trabajo lo uno que lo otro.
YO SOY la Magna Presencia de esta Energía Alerta y Radiante que surge a través de Mi Mente y Mi Cuerpo, disolviendo todo lo que sea diferente a ella misma. Yo me planto para siempre en esta alerta y radiante energía y gozo para siempre.
Un Dios ha nacido. Otros mueren. La realidad
Que no ha venido ni se ha ido: un cambio de Error.
Tenemos ahora otra Eternidad,
Y siempre lo pasado fué mejor.
Ciega, la ciencia trabaja en el inútil suelo
Loca, la Fé vive el sueño de su culto.
Un nuevo Dios es una palabra -o un nuevo sonido
No busques ni tampoco creas: todo está oculto.
Un guerrero no necesita historia personal. Un día descubre que ya no le es necesaria, y la abandona.
La carta ganadora del guerrero es que cree sin creer. Pero, obviamente, un guerrero no puede decir simplemente que cree y dejar las cosas ahí. Eso resultaría demasiado fácil. Sólo creer, sin más, le libraría de examinar su situación. Siempre que un guerrero se implica con alguna creencia, lo hace porque ésa es su elección. Un guerrero no cree; un guerrero tiene que creer.
El arte del guerrero consiste en equilibrar el terror de ser un hombre con la maravilla de ser un hombre.
Desde el momento en que nacemos, la gente nos dice que el mundo es esto y aquello, y de tal y cual manera; naturalmente, no tenemos otra opción más que aceptar que el mundo es de la forma en que la gente nos ha estado diciendo que es.
No pierdas ninguna oportunidad. Saca provecho de todas las ocasiones. Toda oportunidad está encaminada a tu desarrollo y perfección.
A través del Magno Poder, e Inteligencia que "YO SOY", mientras mi cuerpo duerme, hago el contacto necesario que me cumplirá abundantemente este requerimiento, no importa cual sea.
YO SOY el Gran Círculo Mágico de protección alrededor mío que es invencible, que repele todo elemento discordante que intenta entrar a molestarme. YO SOY la Perfección de Mi Mundo y ésta es auto sostenida.
Dado que el comportamiento corpuscular y el ondulatorio son tan sólo propiedades
que atribuimos a la luz y puesto que ahora se reconocen no como pertenecientes a
la luz (si la Complementariedad es correcta) sino a nuestra interacción con la luz, se
podría deducir que la luz no tiene propiedades independientemente de nosotros. Decir que algo carece de propiedades es como decir que algo no existe. El paso siguiente en este razonamiento, siguiendo con esa lógica, es inevitable: sin nosotros la luz no existe.
Cuando un guerrero aprende a detener el diálogo interno, todo es posible; los más rebuscados planes están al alcance de la mano.”