View allAll Photos Tagged creativedirection
Best Series Nomination Video | 2024 Septimius Awards Film Ceremony**
This video showcases my video production skills while highlighting the exceptional nominees for Best Series at the 2024 Septimius Awards Film Ceremony. It emphasizes the storytelling, performances, and overall artistry that bring these series to life.
As the creative lead for the nomination videos, marketing materials, and overall artistic direction, I was responsible for curating and editing each video to ensure the nominees received the recognition they deserve. I coordinated closely with each nominee and their teams, ensuring each video highlighted the essence of their work in a way that was visually engaging and true to the spirit of the category.
For this video, I focused on the series’ narrative strength, performances, and the unique aspects that made each series stand out. The pacing, visuals, and sound design were carefully balanced to reflect the mood and tone of each nominee’s project, bringing their contribution to the cinematic landscape to the forefront.
This video is not just a showcase of great work of all involved in each series, it is a tribute to the teams that push boundaries, challenge the norm, and leave a lasting impact on audiences. It celebrates the creative forces behind these projects, honoring their ability to captivate and inspire.
See the full set of nomination videos here:
www.youtube.com/@digitalnavigatorz
See more at:
Vintage Style Furniture crafted from Reclaimed wood.
Shot in an abandoned warehouse. All props and backdrop designs created from salvaged junk.
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
This showreel is a curated showcase of global talent — a visual portfolio highlighting the standout work of International Native Casting and its network of native and foreign-language actors from around the world.
I led the full creative direction and execution of this piece. From reaching out to clients to collect content to selecting the most impactful clips, every decision was made with the goal of showcasing authenticity, cultural breadth, and cinematic excellence. I designed and animated the moving logo intro, chose the music, edited the audio, applied color grading, and sourced custom sound effects — all to ensure each moment felt elevated, intentional, and true to the brand’s voice.
This reel isn’t just a highlight — it’s a visual statement of craft, diversity, and identity. A celebration of casting that connects stories and storytellers across borders.
🎬 A tribute to voices, faces, and talent that move the world.
See more at:
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
George Robert Kotalik, Business Strategy, Brand Strategy, Marketing Campaign Development, Copy Writing, Graphic Design, Art Direction, Creative Direction, Product Design.
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
George Robert Kotalik, Business Strategy, Brand Strategy, Marketing Campaign Development, Copy Writing, Graphic Design, Art Direction, Creative Direction, Product Design.
Hasta finales del siglo diez y nueve en pleno centro de Bogotá, a pocas cuadras de la plaza de Bolívar, florecía el barrio Santa Inés, donde residía lo más granado de la clase alta de Bogotá, las lujosas mansiones de ese barrio, ostentaban en sus balcones bellas flores entre ellas los denominados cartuchos.
Después del Bogotazo, el barrio de Santa Inés experimentó un serio deterioro dado a que los residentes se trasladaron a los nuevos barrios del norte de la ciudad y en su lugar se pobló de desplazados por la violencia y gentes que buscaban oportunidades para vivir, mediante el comercio de materiales y envases reciclados.
Las abuelas señalaban que desde que tumbaron la iglesia de Santa Inés, en febrero de 1957, el barrio se comenzó a dañar. "Eso fue como una maldición por el sacrilegio cometido".
La consolidación del contrabando y el desempleo urbano fueron concentrando grupos de vendedores estacionarios y muchos jóvenes en búsqueda de su subsistencia. La pobreza produjo que esta población fuera aumentando. Para finales de los sesenta y principios de los setenta, Santa Inés ya empezaba a ser un lugar estigmatizado por el consumo y expendio de drogas. De una extraña manera este lugar se había convertido en el eje de dicha actividad en la ciudad
Based on a concept by Tiong Ang, this aftermovie was created to document and artistically reflect the energy, intention, and collective spirit of the Misconceptions event.
Shot entirely on-site by me — while also performing as Sanghee Moon — I led the full production and post-production process: from videography and direction to editing, voiceover integration, music production, and audio mixing. Beyond shaping the final film, I took on multiple roles during the event, including on-site management and coordination, content creation, event styling, promotional photography, music direction, marketing support, and behind-the-scenes team assistance. All of this was done in close creative collaboration with Tiong Ang to bring his vision to life.
This was more than a video project — it was a fully immersive, collaborative experience. A celebration of voices, community, and creative expression, captured through a lens of care and intention.
See more at:
www.youtube.com/@digitalnavigatorz
tiongang.net