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Buenos días noche
anoche soñé contigo
insistí en no verte
me aullaste al oído.
Buenos días noche
pudiste fugarte
y te quedaste conmigo.
(Micropoemas de Ajo)
Microproblema
Si le sumo mi soledad a la tuya
qué es lo que obtengo a cambio
¿Dos soledades o ninguna? (Ajo Micropoetisa)
Extraído del libro 1º Micropoemas Ajo, (pág. 20)
Mis costillas se curvan como erectos cuernos de marfil en un cementerio de elefantes en el que el perfume y el hedor se confunden.
(Josu Sein)
Ciego por el alfiler que se me clava cada noche en la pupila desde que no te sé. La maldita espiral hará que dentro de poco los pequeños agujeros acumulándose hayan creado una nueva pupila, y ya no sabré a qué recurrir cuando de nuevo no haya nada más que luz y tú no estés en ella. (Josu Sein)
Olvidé mi pavor a la infancia y a la muerte y como niño me hice amigo tras unas tímidas palabras de uno de mis otros yoes enterrado en el cementerio del pueblo. Nunca he sido práctico. ¿Qué podía hacer con aquel niño al que le estaba prohibido salir de su tumba? Nada más que hacerle compañía. Nada más que hacerme compañía. Por la pena que me daba el haber aparecido en este universo dentro de una tumba a la salida del agujero de gusano. Por la pena que me doy sepultado por un mundo en el que no me sé mover preguntándome por qué se me colocó en este rincón del multiverso. (Josu Sein)
Autorretrato realizado en 2009 (Josu Sein)
Yo no creo Dolor. Fue Él el que me creó a mí. Atroces tendencias, dicen. Pero no es la Muerte. Respiro Vida. El frío me dice que vivo. La angustia me dice que vivo. El miedo y el ansia por la Muerte me dicen que vivo. No me aíslo, todos me veis. ¿Nadie te puede querer si no te quieres tú? Yo te puedo amar tanto como me odio. Sufro por no poder hacer sufrir al mundo. Hay una cueva en un paisaje emocional, a medio camino entre vidas de santas y de asesinos en serie, donde me puedes encontrar hurgando en los ojos del Conocimiento. Y es que duele que se te caiga la piel. Duelen las heridas en la espalda, donde las alas desgarran los omóplatos intentando nacer. Duele morir siempre y vivir una y otra vez. Duele pasar del silencio a los chillidos de un millón de gatos agonizantes. Te espero si no temes al viento chirriando entre las alas como mil dioses acosados por batas blancas armados con espejos. No sé hacerlo mejor. Y no os equivoquéis, vosotros sois los nihilistas. Yo soy Dios, y mi cuerpo es la Abadía de Thelema.
Poema en prosa inspirado en los autorretratos de Dieter Appelt y escrito en 2002 (Josu Sein)
Desposeído de alas y raíces, me encontrarás por el reguero de sangre que deja mis rodillas mientras me dejo la piel y la vida esforzándome en aprender a caminar en un mundo en el que sólo deseo flotar. (Josu Sein)
La supremacía del cuerpo atropelló a mis gatos chillando en mis ojos el día que David me dijo: “Si fueras mujer...” (Josu Sein)
Autorretrato realizado en 2002 (Josu Sein)
Me casaron con el Tiempo que celoso del Espacio me mantiene en la Estasis viendo la vida pasar y sin poder divorciarme porque el proceso requiere Tiempo, que es precisamente el celoso con quien me casaron mientras yo aún me masturbo fantaseando con mi deseado Espacio. (Josu Sein)
Es verdad que todo es mentira. Si pudieras olvidarte a ti mismo beberías más sangre. Preciosa sangre corriendo entre los muslos. Tanto amor por la carne. ¿Qué es la carne sin sangre? Se lo pregunto a todo el mundo. Mi habitación, llena de misioneros que se van tirando por la ventana con cada respuesta. Cada vez quedan menos. Pronto me toca a mí. (Josu Sein)
Todas las bellezas. Dicen que dos diferentes. Yo que millones. ¿Qué más da si te presentan a la Luna? Una más ha cerrado la puerta. Con cada puerta que se cierra se abre una ventana que me incita a tirarme por ella, pero no. Me quedaré en la cama, mojado, acariciando hasta irritar con las sábanas los muslos enrojecidos por el agua fría de la ducha, sintiendo la sangre que ofrezco, mirando mi mano abierta que nadie más ve. (Josu Sein)
Me soltaste la mano y me empujaste porque yo te estaba sacando de la medicalización y tú regresaste a ella, contento, a pesar de haberte perdido a ti mismo, de ver las sonrisas de tus pastores tras haberte encontrado. Me gustan más los gatos que las ovejas y tú ni siquiera eres negro. Mientras yo te acumulo entre los demás mensajes intersticiales que se me prohíbe eliminar, tú odias amarme por verte encerrado en medio del rebaño. Yo no puedo establecer tal oposición, puesto que sólo quien odia puede saber cómo amo.
(Josu Sein)
Llevo con orgullo tu collar de salivazos ahora que te has quedado seco pero me has humedecido de ti, que perduras en mí.
(Josu Sein)
Las raíces no dejaban abrir sus alas a la criptorquidia que cayó a la tierra. (Josu Sein)
Autorretrato que lleva por título el propio micropoema realizado en marzo de este año 2017 (Josu Sein)
Dices amarme por ser yo mientras mi vida consiste en ser uno de los peones de tu partida de ajedrez. Sigue moviéndome mientras me siga dejando. Mientras no me plantee si puedo o quiero pararlo.
(Josu Sein)
soledad por placer
compañía por precaución
existencia por autocastigo
me pusieron un 0 en el examen del que nunca nadie me enseñó el contenido
demasiado contenido
falta de contenido
demasiada falta de contenido
fóllame
mátame
hazme aprender que el contenido tiene sentido
(Josu Sein)
Apunto la pistola a mi propia cabeza para evitar preguntarme si me conviene más quedarme en mi habitación hasta que el techo se me caiga encima o tomar el camino de baldosas enmohecidas por el que tantos y tantos se han encontrado con el Mago AtrOz. (Josu Sein)
Fotografías realizadas en marzo 2018 (Josu Sein)
Vivíamos en la misma habitación. Nunca me cansé de hacerle la cama. El amor en el autodesprecio. No quería ni salir a comer, me bastaba con sus sobras. Dicen que no escoges a quién amar. Tampoco por quién ser amado. Preguntándome siempre por qué llegaba cada mañana con la lengua tan roja, decidí dejarle una taza de mi sangre sobre la mesilla. Ahora me he quedado en el vacío, y la puerta está cerrada por fuera. (Josu Sein)
Micropoema:
Escribo mi diario cada noche sobre tu piel para aprender a dejar de contener mi vida.
(Josu Sein)
Es vana tu obsesión por la reputación. Lo más difícil de mantener en secreto es el secreto mismo. (Josu Sein)
Me pidió textos desde el corazón, pero no el corazón de los textos.
(Josu Sein)
Fotografía realizada en septiembre de 2015 (Josu Sein)
Pedí al aire, a nadie en concreto, craso error ya que Yahvé me escuchó antes que Satán, que se me concedieran raíces o alas. Tan solo unas u otras me eran suficientes. Ahora me han crecido en la espalda ramas que me impiden levantarme.
(Josu Sein)
Autorretrato realizado en marzo de 2018 (Josu Sein)
Con cada puerta que se cierra se abre una ventana. Te estaré esperando debajo para cogerte cuando te tires por ella. (Josu Sein)
Autorretratos realizados entre los años 2011-2015 (Josu Sein)
Estoy triste porque te amo y mi evolución nos separará. Mientras tu terapia consiste en cargarte de culpas que clavabas en mí para sobrevivir a ellas, la mía, que ya está surtiendo efecto, consiste en liberarme de toda culpa ajena a mí y desaparecer de la vida de toda la gente que busca un chivo expiatorio. Si algo no ha cambiado en mí es que sigo yendo contracorriente.
(Josu Sein)
Enfocaste con la linterna a la represión para que dejara de actuar en la oscuridad y la muy zorra encontró iluminado su camino. (Josu Sein)
Sonaron las sirenas que me empeñaba en dibujar. Ninguna alarma por el para ellos banal continente vacío de contenido que era el obsesivo afán de un niño por coleccionar gomas de borrar y pastillas de jabón. 30 años después puedo gracias a mis obstinados méritos vestirme de plata por seguir llevando la hibridación hasta sus últimas consecuencias. (Josu Sein)
Recuerdos futuros de desesperantes esperanzas abren la puerta dimensional que soy dejando libre a la espiral.
(Josu Sein)
Un ausente marchito preguntándose por quién, por qué pedazo de carne quiere él molestarse en abandonar la multitud. Todo fuera de su lugar, del que le daría yo si pudiera tocar el tiempo. El truco perfecto de Dios para no tener adversarios. (Josu Sein)
La perfecta música de las esferas
las mudas esferas de cristal que haces sonar
lanzándolas contra el espejo que comienza a sangrar
cada vez más lentamente al ritmo de los pedazos de cristal
que van cayendo sobre el rojo mar
en el que tu rostro se comienza a rasgar
y ese hermoso sonido de las gotas al chapotear
pero la pesadilla de sus ondas desafinar
y el dolor del líquido confundiéndose sin parar
con el tiempo que amenaza con acabar
tic tac tic tac tic tac tic tac tic tac
tic tac tic tac tic tac tic tac
tic tac tic tac tic tac ti
c tac tic tac tic t
ac tic tac t
ic tac ti
c t̶a̶c̶
(Josu Sein)
Fotografía realizada en enero de 2016 (Josu Sein)
Piel virgen. Sangre traicionada. Agresiones involuntarias a la dadora de vida. Invocaciones, dádivas, alabanzas buscando una nueva voluntad que enderece todo lo torcido, que debilite todos esos cuernos que atacan. Un cuerpo cambia el paisaje. Ven, la dosis bajará, la música subirá, la hierba crecerá para ti, los rascacielos crecerán para mí. Y cuando ya las nubes lleguen y bajen, ¿para qué más peticiones? (Josu Sein)
Llegaste para recomponer aquel espejo roto y te limitaste a tirarle una piedra a mi reflejo (Josu Sein)
Incinerado el Ermitaño me niego a seguir esperando a que la Espera deje de esperarme obligándome a llenarme a base de carencias. (Josu Sein)
Veinte años escribiendo únicamente con punto y seguido y sin apenas comas para provocar una vertiginosa reacción en el lector, ¿y me pides ahora que aprenda a poner un punto y aparte en mi vida? (Josu Sein)
Abriste mis amapolas en vertical esperando ver la culpa fluyendo en su savia, sin reparar en que la culpa, la que siempre llevaste dentro nutriéndote como sangre infectada y condicionando tu vida, se encontraba en el reflejo del espejo en que te mirabas cada mañana.
(Josu Sein)
Te lloré nomeolvides. Me rajaste los ojos. Te escupí hasta la boca la sangre que se corrió hasta la mía y te besé hasta ahogarte. Tranquilo, mi sangre es tu vida y aquí sigues. Sólo ahora te permitiría seguir repitiendo que todo ha de ser siempre como yo quiero y que siempre me salgo con la mía, si no fuera porque el hierro ha sellado nuestras lenguas y te mamaré cada sonido que emitas.
(Josu Sein)
Llegaré a ser un alquimista y transformar el dolor en piedras preciosas y pétalos de flores. Sabes que los nomeolvides son mis predilectos. ¿Por qué quedarnos con el dolor si podemos adormecer la presión? (Josu Sein)
Desgraciado tu desagradecimiento hacia mi sal que tus glaciales impulsos dejan carente de gracia.
(Josu Sein)
Mánchame de hierba, del gris de las rocas. Frótame con tu aliento. Deja los ojos cerrados para que lo ajeno no rasgue tus pupilas y se tatúe en tus retinas. Respírame como yo respiro tu piel. Déjame tocar tu metal. Descansa, pasemos una temporada en el infierno. Tus largas pestañas que compiten con la hiedra. Tu efecto hipnótico sigue creciendo. Mánchame de blanco.
(Josu Sein)