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Nos subterrâneos da praça em frente a Notre-Dame estão as fundações da vila galo-romana que deu origem a Paris
Pues resulta que Dublín tiene castillo, o tuvo... o algo intermedio. Del castillo original solo se conserva una de las 4 torres (en el centro con andamios). La parte que se ve a la derecha es una remodelación que se emplea para temas institucionales. La Cripta Real, en primer plano, actualmente es un centro de artes.
La resurrección de la carne. Parte 1, “morir en Cristo”.
Hay una forma equivocada de mirar a la muerte. Por ejemplo, si se entiende la muerte como el fin de todo, se transforma en una amenaza que interrumpe cualquier camino, aterroriza…
Esto sucede cuando consideramos nuestra vida como un tiempo encerrado entre dos polos: el nacimiento y la muerte; cuando no creemos en un horizonte que va más allá de la vida presente, cuando vivimos como si Dios no existiera.
Pero a esta falsa solución se rebela el corazón del ser humano, el deseo que todos nosotros tenemos de infinito, nuestra nostalgia de lo eterno. Y entonces ¿cuál es el sentido cristiano de la muerte?
Hay un instinto poderoso en nosotros que nos dice que nuestra vida no se termina con la muerte. Esta sed de vida ha encontrado su respuesta real y fiable en la resurrección de Jesucristo. La resurrección de Jesús no da solamente la certeza de la vida después de la muerte, sino que ilumina también el misterio mismo de la muerte de cada uno de nosotros. Si vivimos unidos a Jesús, fieles a él, también podremos afrontar con esperanza y serenidad el pasaje de la muerte.
Y para eso hay un camino seguro: prepararse bien a la muerte, estando cerca de Jesús con la oración, con los sacramentos y también practicando la caridad.
“Los que practican la misericordia no temen a la muerte porque la miran cara a cara en las heridas de los hermanos y la superan con el amor de Jesucristo”.