LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Durante muchos años en España, esta palabra fue tabú. No tantos años después y desde muchos ámbitos de la sociedad, los encargados de darle sentido, la utilizan con la libertad de denunciar hechos “poco edificantes” con relación a los que caminan enfrente, olvidando o no viendo a los que caminan por su misma acera. El que hoy te pone mesa y mantel, puede que mañana te eche de comer sobre la misma acera por la que no le quisiste ver caminar.

Hay frases históricas recurrentes, como que en vez de preguntar lo que mi país puede hacer por mí, que puedo hacer yo por mi país, y muchos pensaremos ¡coño! ya pago mis impuestos, precisamente eso es lo que se pretende, que pagues y no preguntes. Evitemos que la ventana que nos permite ver la luz, se vaya cerrando poco a poco y nos vuelva a dejar en la más absoluta oscuridad. Añadámoslo a lista de deseos para el año que comienza, con la certeza que ayudará a mejorar la situación actual y la venidera de todos, y no solamente la de unos pocos.

 

Monumento a la libertad de expresión y al periodismo, obra del escultor Víctor Fernández.

 

 

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