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En el escritorio de su casa Adolfo Couve en una fotografía de Luis Poirot, otra fotografia de ese mismo día es la portada de su libro OBRAS COMPLETAS de 2014

Bicho raro entre los artistas chilenos, Couve fue un dogmático escritor realista y un influyente pintor seducido por la mancha. Fue también un intenso obsesionado con la belleza que, agotado del ruido de la ciudad, se instaló en Cartagena a mediados de los 70. Apenas se asomaba por Santiago para dar clases. Separado, padre de una hija, el autor de La lección de pintura vivió acosado por una depresión que en el verano de 1998 no le dejó salida. Lentamente, se aisló del mundo. En sus últimos días, su única compañía era su perro, el Moro, y por supuesto, Carlos Ormeño. “No te olvides, Carlitos -le dijo antes de quitarse la vida-, yo muero por el arte”.

 

 

Luis Poirot es uno de los fotógrafos más destacados de nuestro país, maestro de generaciones y un vigente cultor de la fotografía análoga. Hoy está en el Centro Cultural de Las Condes, con una muestra de cámara, íntima y llena de nostalgia. Se trata de Revisión de archivo. Fotografías 1964-1973, una selección hecha por el propio fotógrafo, de retratos realizados en ese período -algunos de ellos inéditos- en los que posan desde actores del Teatro Ictus, pasando por personajes anónimos, hasta figuras históricas como Pablo Neruda y Salvador Allende.

 

“Son imágenes para combatir el olvido y dedicadas en especial a quienes no vivieron esos años”, señala Poirot, sobre aquellas fotografías que escogió, en un largo proceso, de un material compuesto inicialmente por cerca de sesenta mil negativos. Todos los retratos corresponden a retratos realizados desde que vuelve a Chile -luego de cursar estudios de teatro en Francia- y se dedica exclusivamente a la fotografía, hasta el momento que debe abandonar el país y vuelve a Europa.

 

 

www.culturallascondes.cl/home2/luis-poirot.html

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Uploaded on September 18, 2016