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aspecto actual del edificio POSADA DEL CORREGIDOR, con falso blason de los Zañartu, nunca fue su residencia

No obstante su nombre, esta simple casa de inconfundible sabor colonial nunca perteneció a un corregidor, como reza la creencia popular, ni menos al Corregidor Zañartu, artífice del Puente de Cal y Canto que comunicaba las dos riberas del río Mapocho a la altura de la actual calle Puente. Sólo en 1928 la casa es adquirida por un Zañartu, Don Darío, quien la remodela para destinarla a “santuario de recuerdos coloniales”.

La casa, de autor desconocido y que seguramente fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII, albergó desde siempre, o por lo menos ya hacia 1830 así se puede comprobar, actividades recreativas y sociales y en la década de 1920 constituye un famoso punto de reunión de la bohemia santiaguina. La Posada del Corregidor es el nombre de fantasía que utilizaron por años diversos cafés y restaurantes que funcionaron en la casa.

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Uploaded on June 18, 2015