Escalera y lámpara
"S" para Abecedario de fotos.
Lanzarote
El Jardín de Cactus es la última obra de César Manrique, situado en las afueras de Guatiza, en la carretera hacia Mala. Durante más de un siglo se ha cultivado aquí la tunera, hábitat de la cochinilla, insecto del que se consigue el carmín, apreciado colorante natural.
Otro magnifico ejemplo de una intervención arquitectónica con respeto y con aprovechamiento de la naturaleza y perfectamente integrada con el entorno.
Preside la entrada al jardín una escultura metálica de 8 metros de altura, un precioso cactus, imagen que se repite en rejas, manillas, incluso en la magnifica lámpara que comunica el bar con la terraza superior.
Se aprovechó una cantera abandonada de "rofe" (ceniza volcánica), con forma de anfiteatro en cuyas gradas se pueden admirar alrededor de 10.000 cactus.
En la parte central se erigen monolitos de piedra que se asemejan a los cactus y complementan el diseño del Jardín. Podemos ver un molino antiguo, restaurado en 1973 por Manrique, donde se elaboraba el gofio, harina de millo, consumida ya por los antepasados de los isleños.
Piedra, lava, agua y plantas, senderos y escaleras que invitan a pasear entre más de 1.100 especies diferentes de cactus de México, Kenia, Madagascar, Perú, Chile, Estados Unidos, Tanzania, Madagascar, Marruecos y por supuesto de Canarias.
Escalera y lámpara
"S" para Abecedario de fotos.
Lanzarote
El Jardín de Cactus es la última obra de César Manrique, situado en las afueras de Guatiza, en la carretera hacia Mala. Durante más de un siglo se ha cultivado aquí la tunera, hábitat de la cochinilla, insecto del que se consigue el carmín, apreciado colorante natural.
Otro magnifico ejemplo de una intervención arquitectónica con respeto y con aprovechamiento de la naturaleza y perfectamente integrada con el entorno.
Preside la entrada al jardín una escultura metálica de 8 metros de altura, un precioso cactus, imagen que se repite en rejas, manillas, incluso en la magnifica lámpara que comunica el bar con la terraza superior.
Se aprovechó una cantera abandonada de "rofe" (ceniza volcánica), con forma de anfiteatro en cuyas gradas se pueden admirar alrededor de 10.000 cactus.
En la parte central se erigen monolitos de piedra que se asemejan a los cactus y complementan el diseño del Jardín. Podemos ver un molino antiguo, restaurado en 1973 por Manrique, donde se elaboraba el gofio, harina de millo, consumida ya por los antepasados de los isleños.
Piedra, lava, agua y plantas, senderos y escaleras que invitan a pasear entre más de 1.100 especies diferentes de cactus de México, Kenia, Madagascar, Perú, Chile, Estados Unidos, Tanzania, Madagascar, Marruecos y por supuesto de Canarias.