CLOSTERIUM LUNULA, LUNA EN LAS TURBERAS DE PEÑA TREVINCA
y también en Twiter
*
*
En las zonas altas del valle del río Tera, donde las montañas se abren al tocar ya el cielo, los brazos de luna de Closterium se extienden verdes para abrazar el agua en los regatos que serpentean. Allí, cielo y tierra se juntan en ásperas cumbres, y en algún rincón casi secreto, suavizadas por un manto verde y mullido de musgo, brillan lunas de agua y estrellas en las turberas, Closterium lunula es una de esas lunas.
Las leves curvas de Closterium pintan lunas en el agua dibujando al mismo tiempo muecas de sonrisa y hoy, desde una gota de agua se convirtieron en fresco beso de alegría, de corazón transparente, de verdades de sol, alegría de cielo salpicado de luces de estrella.
El alga Closterium lunula lleva a la Luna en su nombre y una sonrisa discreta en su alma fresca de alga, quizá agradecida a la vida. Por dentro es verde, jugo de la vida y siempre se adorna con ribetes festoneados, como si estuviese de fiesta, mientras plácidamente reposa en su equilibrio de balancines bajo las frías aguas de la montaña tomando el Sol.
Closterium lunula es una mueca de sonrisa en el mundo de los désmidos. De entre todas sus especies hermanas es una de las de mayor tamaño, quizá por la confianza que da su sonrisa relajada y una de las de curvatura más ancha y suave. Casi puede alcanzar el milímetro de longitud y como todos los Closterium permanece reposando sobre las superficies del fondo o flota equilibradamente en el agua, ayudada por los balancines de cristales que centellean como faros en las dos burbujas de sus extremos.
El interior de Closterium lunula es intensamente verde por el cloroplasto que guarda en su interior de extremo a extremo. Un cloroplasto de cuerpo central grueso, con muchas vacuolas y adornado con quince placas onduladas que parten de su eje central para terminar abriéndose en el borde exterior de la célula. A diferencia de lo que ocurre en otros Closterium los pirenoides, como diminutos lunares redondos, salpican su interior sin orden aparente, pero sin alterar su forma serena ni su equilibrio perfecto.
Closterium lunula es una especie muy común en charcas y turberas con esfagnos y suele hacer compañía a las pequeñas estrellas que allí viven. En tan buena compañía no es extraño que a Closterium se le dibuje esa sonrisa leve y enigmática que abraza todo su cuerpo.
Citada en algunas lagunas de la Alta Sanabria, desde esta galería se señaló por vez primera para el Lago tan solo hace unos meses. En el Lago es escasa y vive sobre los fondos poco profundos entre sedimentos cargados de materia orgánica a los que llega la luz. Es muy probable que esta alga compañera de Micrasterias nos contagie su sonrisa cuando las aguas del Lago recuperen la transparencia y limpieza que tanto necesitan y que todos deseamos.
A Antón, Íñigo, José Manuel, Carmen, Manuel, Pablo, Carlos y Agustín, por este ascenso para tocar el cielo desde la cumbre de Peña Trevinca, donde la mentira no llega y se respiró un día alegre de esfuerzo, belleza y amistad.
Closterium lunula ha venido con las muestras recogidas el día 29 de julio de 2017, para mostrarnos siempre la cara de la verdad desde las turberas situadas bajo Peña Trevinca donde se juntan las provincias de Zamora Orense y León, cerca ya del cielo, se ha fotografiado a 200 aumentos con la técnica de contraste de fase.
Aquí, en su refugio entre cumbres, vive tranquila y a salvo de un incendio de espumas del que llegan los ecos a través del río que da vida al Lago de Sanabria
CLOSTERIUM LUNULA, LUNA EN LAS TURBERAS DE PEÑA TREVINCA
y también en Twiter
*
*
En las zonas altas del valle del río Tera, donde las montañas se abren al tocar ya el cielo, los brazos de luna de Closterium se extienden verdes para abrazar el agua en los regatos que serpentean. Allí, cielo y tierra se juntan en ásperas cumbres, y en algún rincón casi secreto, suavizadas por un manto verde y mullido de musgo, brillan lunas de agua y estrellas en las turberas, Closterium lunula es una de esas lunas.
Las leves curvas de Closterium pintan lunas en el agua dibujando al mismo tiempo muecas de sonrisa y hoy, desde una gota de agua se convirtieron en fresco beso de alegría, de corazón transparente, de verdades de sol, alegría de cielo salpicado de luces de estrella.
El alga Closterium lunula lleva a la Luna en su nombre y una sonrisa discreta en su alma fresca de alga, quizá agradecida a la vida. Por dentro es verde, jugo de la vida y siempre se adorna con ribetes festoneados, como si estuviese de fiesta, mientras plácidamente reposa en su equilibrio de balancines bajo las frías aguas de la montaña tomando el Sol.
Closterium lunula es una mueca de sonrisa en el mundo de los désmidos. De entre todas sus especies hermanas es una de las de mayor tamaño, quizá por la confianza que da su sonrisa relajada y una de las de curvatura más ancha y suave. Casi puede alcanzar el milímetro de longitud y como todos los Closterium permanece reposando sobre las superficies del fondo o flota equilibradamente en el agua, ayudada por los balancines de cristales que centellean como faros en las dos burbujas de sus extremos.
El interior de Closterium lunula es intensamente verde por el cloroplasto que guarda en su interior de extremo a extremo. Un cloroplasto de cuerpo central grueso, con muchas vacuolas y adornado con quince placas onduladas que parten de su eje central para terminar abriéndose en el borde exterior de la célula. A diferencia de lo que ocurre en otros Closterium los pirenoides, como diminutos lunares redondos, salpican su interior sin orden aparente, pero sin alterar su forma serena ni su equilibrio perfecto.
Closterium lunula es una especie muy común en charcas y turberas con esfagnos y suele hacer compañía a las pequeñas estrellas que allí viven. En tan buena compañía no es extraño que a Closterium se le dibuje esa sonrisa leve y enigmática que abraza todo su cuerpo.
Citada en algunas lagunas de la Alta Sanabria, desde esta galería se señaló por vez primera para el Lago tan solo hace unos meses. En el Lago es escasa y vive sobre los fondos poco profundos entre sedimentos cargados de materia orgánica a los que llega la luz. Es muy probable que esta alga compañera de Micrasterias nos contagie su sonrisa cuando las aguas del Lago recuperen la transparencia y limpieza que tanto necesitan y que todos deseamos.
A Antón, Íñigo, José Manuel, Carmen, Manuel, Pablo, Carlos y Agustín, por este ascenso para tocar el cielo desde la cumbre de Peña Trevinca, donde la mentira no llega y se respiró un día alegre de esfuerzo, belleza y amistad.
Closterium lunula ha venido con las muestras recogidas el día 29 de julio de 2017, para mostrarnos siempre la cara de la verdad desde las turberas situadas bajo Peña Trevinca donde se juntan las provincias de Zamora Orense y León, cerca ya del cielo, se ha fotografiado a 200 aumentos con la técnica de contraste de fase.
Aquí, en su refugio entre cumbres, vive tranquila y a salvo de un incendio de espumas del que llegan los ecos a través del río que da vida al Lago de Sanabria