José Aparicio - Fotografo de Naturaleza
De alli donde habla el viento
La Loica (Sturnella loyca) es el ave omnipresente en los pastizales serranos del centro del pais, alli donde todo es tenue y de colores apagados, mas aun en otoño, se distingue su alegre canto y vivos colores. Los aborigenes la consideran de buen augurio, a mi me alegro la tarde con esta foteli
Para los que no se aburrieron hasta ahora les dejo una de las tantas leyendas de la Loica que aun forma parte de la tradicion oral, campo adentro
Leyenda de los selknam u onas de Tierra del Fuego.
Decían que en el inicio de los tiempos, la Loica cuyo nombre era Shi´ika y Cheip (el Chingolo) eran dos hombres muy fuertes y enemistados, que vivían hostigándose. Un día se encontraron frente a frente y se trenzaron en una pelea furiosa. Después de unos forcejeos, Shi´ipa consiguió agarrar con la mano izquierda la garganta de Cheip, apretando con toda su fuerza, mientras con la izquierda le tiraba el pelo para arriba.
Cheip, en esta incómoda situación y de cuerpo algo más chico que su enemigo, le asestó desde abajo un buen golpe con el puño dándole en la nariz y haciéndole sangrar mucho.
Los dos luchadores se convirtieron entonces en pájaros. Al Chingolo le quedaron como recuerdo de esa pelea una mancha blanca en la garganta, por la presión del apretón de Shi´ipa; y en la cabeza las plumas del copete por el tirón de pelos. La loica tuvo para siempre el pecho enrojecido por su propia sangre.
De alli donde habla el viento
La Loica (Sturnella loyca) es el ave omnipresente en los pastizales serranos del centro del pais, alli donde todo es tenue y de colores apagados, mas aun en otoño, se distingue su alegre canto y vivos colores. Los aborigenes la consideran de buen augurio, a mi me alegro la tarde con esta foteli
Para los que no se aburrieron hasta ahora les dejo una de las tantas leyendas de la Loica que aun forma parte de la tradicion oral, campo adentro
Leyenda de los selknam u onas de Tierra del Fuego.
Decían que en el inicio de los tiempos, la Loica cuyo nombre era Shi´ika y Cheip (el Chingolo) eran dos hombres muy fuertes y enemistados, que vivían hostigándose. Un día se encontraron frente a frente y se trenzaron en una pelea furiosa. Después de unos forcejeos, Shi´ipa consiguió agarrar con la mano izquierda la garganta de Cheip, apretando con toda su fuerza, mientras con la izquierda le tiraba el pelo para arriba.
Cheip, en esta incómoda situación y de cuerpo algo más chico que su enemigo, le asestó desde abajo un buen golpe con el puño dándole en la nariz y haciéndole sangrar mucho.
Los dos luchadores se convirtieron entonces en pájaros. Al Chingolo le quedaron como recuerdo de esa pelea una mancha blanca en la garganta, por la presión del apretón de Shi´ipa; y en la cabeza las plumas del copete por el tirón de pelos. La loica tuvo para siempre el pecho enrojecido por su propia sangre.