229-Monte San Pedro (Coruña)
El Parque del Monte de San Pedro
Del pasado más remoto del monte nos habla la duna fósil que se conserva en la ladera que desciende hasta el mar, formada hace 28.000 años, en plena época glacial, cuando el nivel del mar estaba alrededor de 50 metros por debajo del que tenemos en la actualidad.
Hace 85.000 años, la orilla del océano estaba mucho más arriba, 15 metros por encima de donde está ahora. Entonces el territorio que ocupa La Coruña estaba casi totalmente inundado y en la punta Penamoa se formó una playa fósil.
En el siglo XVII para hacer frente a la histórica escasez de agua que padecía la ciudad, se acomete una ambiciosa obra de ingeniería para conducir al centro las aguas que brotaban del manantial del Monte de San Pedro. Con este fin se construyo el acueducto del paseo de los puentes (aún hoy se conservan restos) que llevaba agua a las fuentes de la plaza de Santa Catalina y de la Fama.
El Monte pertenece a la ciudad desde 1912, cuando el Ayuntamiento de Oza y con él la Parroquia de San Pedro de Visma se integra en el de La Coruña. Es en 1933 cuando debido a su privilegiada situación y a los conflictos bélicos a escala mundial, pasa a manos del ejército que instala baterías costeras que vigilan el espacio comprendido entre el Cabo Prior y las Islas Sisargas. Estas baterías, curiosamente fabricadas en el Reino Unido, nunca entraron en combate.
A medida que el siglo XX avanza, deja de tener sentido el mantenimiento de dichas baterías, que son definitivamente abandonadas por la tropa en 1996. El Ministerio de Defensa entrega los terrenos al Ayuntamiento de A Coruña. De inmediato se comienzan a proponer ideas para aprovechar este maravilloso enclave.
En el año 1999 se inaugura el parque municipal del Monte de San Pedro, y la ciudad recupera este espacio convirtiéndose enseguida en uno de los focos de atracción del municipio. Multitud de coruñeses y visitantes acuden cada día a disfrutar de las vistas.
En el conjunto se conservan los vestigios históricos de uso militar integrados con áreas ajardinadas, formaciones rocosas, especies vegetales típicas de la costa gallega, aves autóctonas
Mirador de San Pedro.
229-Monte San Pedro (Coruña)
El Parque del Monte de San Pedro
Del pasado más remoto del monte nos habla la duna fósil que se conserva en la ladera que desciende hasta el mar, formada hace 28.000 años, en plena época glacial, cuando el nivel del mar estaba alrededor de 50 metros por debajo del que tenemos en la actualidad.
Hace 85.000 años, la orilla del océano estaba mucho más arriba, 15 metros por encima de donde está ahora. Entonces el territorio que ocupa La Coruña estaba casi totalmente inundado y en la punta Penamoa se formó una playa fósil.
En el siglo XVII para hacer frente a la histórica escasez de agua que padecía la ciudad, se acomete una ambiciosa obra de ingeniería para conducir al centro las aguas que brotaban del manantial del Monte de San Pedro. Con este fin se construyo el acueducto del paseo de los puentes (aún hoy se conservan restos) que llevaba agua a las fuentes de la plaza de Santa Catalina y de la Fama.
El Monte pertenece a la ciudad desde 1912, cuando el Ayuntamiento de Oza y con él la Parroquia de San Pedro de Visma se integra en el de La Coruña. Es en 1933 cuando debido a su privilegiada situación y a los conflictos bélicos a escala mundial, pasa a manos del ejército que instala baterías costeras que vigilan el espacio comprendido entre el Cabo Prior y las Islas Sisargas. Estas baterías, curiosamente fabricadas en el Reino Unido, nunca entraron en combate.
A medida que el siglo XX avanza, deja de tener sentido el mantenimiento de dichas baterías, que son definitivamente abandonadas por la tropa en 1996. El Ministerio de Defensa entrega los terrenos al Ayuntamiento de A Coruña. De inmediato se comienzan a proponer ideas para aprovechar este maravilloso enclave.
En el año 1999 se inaugura el parque municipal del Monte de San Pedro, y la ciudad recupera este espacio convirtiéndose enseguida en uno de los focos de atracción del municipio. Multitud de coruñeses y visitantes acuden cada día a disfrutar de las vistas.
En el conjunto se conservan los vestigios históricos de uso militar integrados con áreas ajardinadas, formaciones rocosas, especies vegetales típicas de la costa gallega, aves autóctonas
Mirador de San Pedro.