javier1949
Santander Centro Botín Renzo Piano con Luis Vidal + Arquitectos 2012-17. 181013. 30092
CENTRO BOTÍN Santander
Muelle de Albareda s/n, Jardines de Pereda, Santander, Cantabria, España
Arquitectos Renzo Piano -Renzo Piano Building Workshop RPBW -. Arquitectos Asociados Luis Vidal + Arquitectos. Proyecto 2010. Obras 2012-2017. Entorno: Cristina Iglesias escultora.
www.centrobotin.org/el-centro-botin/renzo-piano/
El Centro Botín es un centro de arte diseñado por el arquitecto y premio Pritzker Renzo Piano, en colaboración con Luis Vidal + arquitectos. Situado en un lugar privilegiado de Santander, y mediante una intervención urbana más amplia, consigue integrar el centro de la ciudad y los históricos Jardines de Pereda con su bahía.
El Centro Botín es un nuevo lugar de encuentro en el centro de la ciudad que con el arte, la música, el cine, el teatro y la literatura dinamiza la vida de la ciudad fortaleciendo su tejido social y cultural. Por ello, tan importante es el propio edificio como los espacios públicos creados alrededor, gracias a la construcción de un túnel de 219 metros de largo y a la remodelación y ampliación de los centenarios Jardines de Pereda que han doblado su extensión y triplicado sus zonas verdes, prolongándose hasta el mar.
Ambas actuaciones han reforzado la conexión visual entre el centro histórico de Santander y la bahía liberando un área portuaria cerrada al público y destinada al estacionamiento de vehículos.
La luz y la ligereza han sido aspectos esenciales en la concepción del proyecto por parte del arquitecto. Situado en voladizo sobre el mar, el edificio no toca tierra, está suspendido sobre pilares y columnas a la altura de las copas de los árboles de los Jardines de Pereda, haciendo las veces de un “muelle” sobre el mar. Esta elevación permite el paso de la luz y posibilita las vistas a la bahía, en una integración completa con el entorno.
“Me siento muy honrado de hacer este proyecto para la ciudad de Santander porque se enmarca en mi trayectoria personal de diseño de centros culturales abiertos, tolerantes y accesibles a todos, desde el Centro Pompidou de París hasta el Auditorium de Roma, pasando por la Beyeler Foundation en Basilea, la Morgan Library en Nueva York o el Art Institute de Chicago, todos ellos lugares urbanos y queridos por la gente”, afirma Renzo Piano.
El edificio, con una superficie construida total de 8.739 m², se articula en dos volúmenes conectados entre sí por una estructura de plazas y pasarelas, “el pachinko”. El acceso oeste está dedicado al arte, con dos salas de exposiciones que suman 2.500 m2; y el volumen este a las actividades culturales y formativas, con un auditorio para 300 personas, aulas, espacios de trabajo y una azotea desde la que se disfruta de unas vistas únicas de Santander y su bahía.
Las estrategias principales en las que los arquitectos quisieron hacer hincapié fueron la elevación de los cuerpos, la fractura en dos lóbulos, la ligereza de sus soluciones constructivas, su delicada implantación en relación con el borde marítimo y su transparencia como estrategia de desaparición. El edificio queda en parte oculto por la vegetación de los jardines evitando el impedimento de las vistas al mar y del paisaje de la bahía. Sus pilares se confunden con los troncos de los árboles y la altura del conjunto no supera la de las copas de los mismos situados en los Jardines de Pereda. Se consigue una sensación inmaterial donde el espacio interior y exterior son indistinguibles, pasan desapercibidos, diseñando los dos cuerpos en los que se divide el conjunto, que recuerdan a los cascos de una embarcación, para mejorar la iluminación de la planta enmarcando las vistas a la bahía desde los Jardines.
El volumen situado al oeste queda dedicado al arte, se compone de las salas de exposiciones (2.500 m2 en su conjunto), caracterizadas por un gran ventanal que se abre a las vistas sobre el entorno, así como se encuentra en planta baja una zona comercial, un punto de información, un restaurante y un café en un espacio acristalado. Mientras que el situado al este incluye las actividades culturales y formativas, cuenta con el auditorio, con una capacidad para 300 personas, que se levanta en voladizo sobre el mar, así como las aulas del centro educativo y las áreas de trabajo, todo ello con la máxima flexibilidad para adaptarse a los posibles cambios en un futuro. A los anteriores volúmenes se añade un anfiteatro excavado en el entorno del edificio, cuya fachada oeste se ha dotado de una pantalla de LED para cine al aire libre.
Los dos volúmenes, diferentes en su tamaño debido a la adaptación del conjunto al borde marítimo, se unen a través de una estructura de plazas y pasarelas públicas de acero y vidrio, (llamadas “pachinko” por una máquina de pinball japonesa) que se sitúan a siete metros de altura y cuya función es conectar los volúmenes este y oeste, distribuyendo el flujo de visitantes del edificio y enmarcando las vistas sobre la bahía. Además, un trampolín de nueve metros de largo sobrevuela el cantil, en voladizo sobre el mar, y permite al público contemplar la bahía de una forma única y especial.
La superficie de los dos volúmenes está revestida con 280.000 pequeñas escamas cerámicas, redondeadas y de tono nacarado, que relucen con la luz del sol, reflejando la superficie del agua y la atmósfera de Santander. Este caparazón cerámico, que ayuda a diluir el edificio y le da continuidad, se abre en las salas expositivas mediante grandes ventanales con carpinterías de aluminio que enmarcan las vistas al mar y los Jardines de Pereda.
Además, la cubierta multicapa permite controlar la luz mediante láminas de vidrio serigrafiado y sensores. Concretamente la del cuerpo occidental, donde se encuentran las salas expositivas, se remata con una cubierta de doble capa con lamas regulables y está formada por cuatro capas que protegen de la radiación directa y permiten regular con flexibilidad la entrada de luz cenital.
Recalcando esta continuidad, el pavimento de hormigón azul del parque (salpicado de cobre y de sulfato de hierro), se extiende hasta el borde del muelle, recibiendo la luz reflejada por el agua y por las piezas cerámicas nacaradas de la piel del edificio.
Uno de los elementos más destacados del Centro de Arte Botín es su envolvente compleja geométricamente y sofisticada constructivamente. Con ella se consigue una superficie continua entre las cubiertas, las fachadas y los techos y posee, en algunas zonas, doble curvatura. El edificio se apoya sobre pilotes, por un lado, en los terrenos de la vieja dársena, pero por el otro se eleva sobre el agua en voladizo sobre el muelle. Los materiales estructurales son hormigón, acero y vidrio.
Por último, cabe destacar la obra que la artista Cristina Iglesias ha diseñado para el entorno del Centro Botín y los Jardines de Pereda. Realizada con piedra, acero y agua, ‘Desde lo subterráneo’ es una intervención escultórica, compuesta por cuatro pozos y un estanque, simulando las algas que podrían existir en un posible jardín submarino. En estos jardines se encuentra también una instalación lumínica de Carsten Höller.
www.centrobotin.org/el-centro-botin/renzo-piano/ www.plataformaarquitectura.cl/cl/875218/centro-botin-renz... es.wikiarquitectura.com/edificio/centro-botin-de-arte-y-c... www.rpbw.com/ www.arquitecturaviva.com/Info/News/Details/10438 www.luisvidal.com/es/
Santander Centro Botín Renzo Piano con Luis Vidal + Arquitectos 2012-17. 181013. 30092
CENTRO BOTÍN Santander
Muelle de Albareda s/n, Jardines de Pereda, Santander, Cantabria, España
Arquitectos Renzo Piano -Renzo Piano Building Workshop RPBW -. Arquitectos Asociados Luis Vidal + Arquitectos. Proyecto 2010. Obras 2012-2017. Entorno: Cristina Iglesias escultora.
www.centrobotin.org/el-centro-botin/renzo-piano/
El Centro Botín es un centro de arte diseñado por el arquitecto y premio Pritzker Renzo Piano, en colaboración con Luis Vidal + arquitectos. Situado en un lugar privilegiado de Santander, y mediante una intervención urbana más amplia, consigue integrar el centro de la ciudad y los históricos Jardines de Pereda con su bahía.
El Centro Botín es un nuevo lugar de encuentro en el centro de la ciudad que con el arte, la música, el cine, el teatro y la literatura dinamiza la vida de la ciudad fortaleciendo su tejido social y cultural. Por ello, tan importante es el propio edificio como los espacios públicos creados alrededor, gracias a la construcción de un túnel de 219 metros de largo y a la remodelación y ampliación de los centenarios Jardines de Pereda que han doblado su extensión y triplicado sus zonas verdes, prolongándose hasta el mar.
Ambas actuaciones han reforzado la conexión visual entre el centro histórico de Santander y la bahía liberando un área portuaria cerrada al público y destinada al estacionamiento de vehículos.
La luz y la ligereza han sido aspectos esenciales en la concepción del proyecto por parte del arquitecto. Situado en voladizo sobre el mar, el edificio no toca tierra, está suspendido sobre pilares y columnas a la altura de las copas de los árboles de los Jardines de Pereda, haciendo las veces de un “muelle” sobre el mar. Esta elevación permite el paso de la luz y posibilita las vistas a la bahía, en una integración completa con el entorno.
“Me siento muy honrado de hacer este proyecto para la ciudad de Santander porque se enmarca en mi trayectoria personal de diseño de centros culturales abiertos, tolerantes y accesibles a todos, desde el Centro Pompidou de París hasta el Auditorium de Roma, pasando por la Beyeler Foundation en Basilea, la Morgan Library en Nueva York o el Art Institute de Chicago, todos ellos lugares urbanos y queridos por la gente”, afirma Renzo Piano.
El edificio, con una superficie construida total de 8.739 m², se articula en dos volúmenes conectados entre sí por una estructura de plazas y pasarelas, “el pachinko”. El acceso oeste está dedicado al arte, con dos salas de exposiciones que suman 2.500 m2; y el volumen este a las actividades culturales y formativas, con un auditorio para 300 personas, aulas, espacios de trabajo y una azotea desde la que se disfruta de unas vistas únicas de Santander y su bahía.
Las estrategias principales en las que los arquitectos quisieron hacer hincapié fueron la elevación de los cuerpos, la fractura en dos lóbulos, la ligereza de sus soluciones constructivas, su delicada implantación en relación con el borde marítimo y su transparencia como estrategia de desaparición. El edificio queda en parte oculto por la vegetación de los jardines evitando el impedimento de las vistas al mar y del paisaje de la bahía. Sus pilares se confunden con los troncos de los árboles y la altura del conjunto no supera la de las copas de los mismos situados en los Jardines de Pereda. Se consigue una sensación inmaterial donde el espacio interior y exterior son indistinguibles, pasan desapercibidos, diseñando los dos cuerpos en los que se divide el conjunto, que recuerdan a los cascos de una embarcación, para mejorar la iluminación de la planta enmarcando las vistas a la bahía desde los Jardines.
El volumen situado al oeste queda dedicado al arte, se compone de las salas de exposiciones (2.500 m2 en su conjunto), caracterizadas por un gran ventanal que se abre a las vistas sobre el entorno, así como se encuentra en planta baja una zona comercial, un punto de información, un restaurante y un café en un espacio acristalado. Mientras que el situado al este incluye las actividades culturales y formativas, cuenta con el auditorio, con una capacidad para 300 personas, que se levanta en voladizo sobre el mar, así como las aulas del centro educativo y las áreas de trabajo, todo ello con la máxima flexibilidad para adaptarse a los posibles cambios en un futuro. A los anteriores volúmenes se añade un anfiteatro excavado en el entorno del edificio, cuya fachada oeste se ha dotado de una pantalla de LED para cine al aire libre.
Los dos volúmenes, diferentes en su tamaño debido a la adaptación del conjunto al borde marítimo, se unen a través de una estructura de plazas y pasarelas públicas de acero y vidrio, (llamadas “pachinko” por una máquina de pinball japonesa) que se sitúan a siete metros de altura y cuya función es conectar los volúmenes este y oeste, distribuyendo el flujo de visitantes del edificio y enmarcando las vistas sobre la bahía. Además, un trampolín de nueve metros de largo sobrevuela el cantil, en voladizo sobre el mar, y permite al público contemplar la bahía de una forma única y especial.
La superficie de los dos volúmenes está revestida con 280.000 pequeñas escamas cerámicas, redondeadas y de tono nacarado, que relucen con la luz del sol, reflejando la superficie del agua y la atmósfera de Santander. Este caparazón cerámico, que ayuda a diluir el edificio y le da continuidad, se abre en las salas expositivas mediante grandes ventanales con carpinterías de aluminio que enmarcan las vistas al mar y los Jardines de Pereda.
Además, la cubierta multicapa permite controlar la luz mediante láminas de vidrio serigrafiado y sensores. Concretamente la del cuerpo occidental, donde se encuentran las salas expositivas, se remata con una cubierta de doble capa con lamas regulables y está formada por cuatro capas que protegen de la radiación directa y permiten regular con flexibilidad la entrada de luz cenital.
Recalcando esta continuidad, el pavimento de hormigón azul del parque (salpicado de cobre y de sulfato de hierro), se extiende hasta el borde del muelle, recibiendo la luz reflejada por el agua y por las piezas cerámicas nacaradas de la piel del edificio.
Uno de los elementos más destacados del Centro de Arte Botín es su envolvente compleja geométricamente y sofisticada constructivamente. Con ella se consigue una superficie continua entre las cubiertas, las fachadas y los techos y posee, en algunas zonas, doble curvatura. El edificio se apoya sobre pilotes, por un lado, en los terrenos de la vieja dársena, pero por el otro se eleva sobre el agua en voladizo sobre el muelle. Los materiales estructurales son hormigón, acero y vidrio.
Por último, cabe destacar la obra que la artista Cristina Iglesias ha diseñado para el entorno del Centro Botín y los Jardines de Pereda. Realizada con piedra, acero y agua, ‘Desde lo subterráneo’ es una intervención escultórica, compuesta por cuatro pozos y un estanque, simulando las algas que podrían existir en un posible jardín submarino. En estos jardines se encuentra también una instalación lumínica de Carsten Höller.
www.centrobotin.org/el-centro-botin/renzo-piano/ www.plataformaarquitectura.cl/cl/875218/centro-botin-renz... es.wikiarquitectura.com/edificio/centro-botin-de-arte-y-c... www.rpbw.com/ www.arquitecturaviva.com/Info/News/Details/10438 www.luisvidal.com/es/