javier1949
03 Parque Güell Pabellón de Portería 11 13255
Parque Güell (Park Güell) Calle Olot, Monte del Carmel, Barcelona
Arquitecto: Antoni Gaudí con la colaboración de Josep Maria Jujol, Francesc Berenguer, Joan Rubió y Llorenç Matamala. Las obras corrieron a cargo del constructor Josep Pardo i Casanovas. Se edifica entre 1900 y 1914 y se inaugura como parque público en 1922. En 1969 fue declarado Monumento Histórico Artístico, y en 1984 la UNESCO lo incluyó en el listado de lugares Patrimonio de la Humanidad formando parte del conjunto “Obras de Antoni Gaudí”. Restaurado entre 1987 y 1994 por los arquitectos Elies Torres i Tur y Josep Antoni Martínez i Lapeña, con la colaboración de Joan Bassegoda
Concebido por el empresario y mecenas Eusebi Güell en la llamada "Montaña Pelada" como un parque urbanizado, a imagen de las ciudades-jardín británicas, donde se situarían viviendas para clases acomodadas, con todos los adelantos de la época y acabados de gran calidad artística. El conde Güell se instaló en una gran mansión, la Casa Larrard, situada en el recinto antes de su urbanización, que Gaudí reformó entre 1906 y 1922 -actualmente es un colegio (CEIP Baldiri Reixac)-. El proyecto fue un fracaso comercial al encontrase poco atractivo por su lejanía del casco barcelonés. Estaba prevista la edificación de alrededor de 60 viviendas diseminadas en un inmenso jardín con vistas panorámicas sobre Barcelona, y sólo se vendieron dos parcelas: una de ellas es la actual Casa-Museo Gaudí, obra de su colaborador Francesc Berenguer, donde vivió el arquitecto entre 1906-1925, y la otra la Casa Trias, del arquitecto Juli Batllevell (1906). Tras la muerte del conde Güell, en 1918, sus herederos decidieron vender el parque al Ayuntamiento para convertirlo en público.
Tiene una extensión superior a las 17 hectáreas y en su diseño, con una perfecta integración en la naturaleza, formas onduladas, paseos cubiertos con columnas arbóreas, estalactitas…, se pone de manifiesto la mano del arquitecto. Muchas de las superficies están cubiertas con el famoso trencadís -trozos de cerámica o de vidrio procedentes de desecho, combinados a modo de mosaicos de colores-. Gaudí concibe el proyecto con un sentido místico a la vez que orgánico y urbanístico, aprovechando el desnivel de la montaña -60 metros- para proyectar un camino de elevación espiritual, situando en su cima una capilla, que finalmente no se construyó.
El acceso principal (calle Olot), situado en la parte más baja de la finca, es una estructura simbólica entre el nacionalismo catalán y la religión católica. Representa lo más elevado del mundo terrenal con referencias al avance de la industria, de la burguesía, la cultura mediterránea de tradición grecorromana y, por encima de todo, la religión, como entrada al Paraíso, el lugar donde reina la calma y el bienestar. Aquí proyectó una entrada monumental, con dos gacelas mecánicas que abrirían las puertas, que no llegó a construirse. En su lugar se ubicó una puerta de hierro forjado, a base de hojas de palmito, procedente de la Casa Vicens y trasladada al parque en 1965. A ambos lados se sitúan dos pabellones destinados a portería y administración-mantenimiento de la urbanización. Junto a ellos nace una cerca construida con piedra rústica del lugar y rematada con cerámica, que debería envolver el recinto, aunque sólo se construyó parcialmente, y sobre la que destacan los medallones con las inscripciones “Park” y “Güell”. Muralla y pabellones se construyen entre 1900 y 1903.
Los pabellones de entrada presentan una estructura orgánica reflejo de un profundo conocimiento de la naturaleza. Realizados con mampostería de piedra, destacan por sus bóvedas tabicadas a la catalana, en forma de paraboloide hiperbólico, y por sus cubiertas cerámicas de vivos colores. El más pequeño, destinado a administración, tiene dos plantas, terraza y una torre coronada por la cruz gaudiniana de cuatro brazos; hoy se destina a tienda. El más grande, la portería, presenta tres plantas, y está rematado con una cúpula en forma de seta, y está destinado a exposiciones. Combinan la piedra rústica con la cerámica en “trencadís”.
03 Parque Güell Pabellón de Portería 11 13255
Parque Güell (Park Güell) Calle Olot, Monte del Carmel, Barcelona
Arquitecto: Antoni Gaudí con la colaboración de Josep Maria Jujol, Francesc Berenguer, Joan Rubió y Llorenç Matamala. Las obras corrieron a cargo del constructor Josep Pardo i Casanovas. Se edifica entre 1900 y 1914 y se inaugura como parque público en 1922. En 1969 fue declarado Monumento Histórico Artístico, y en 1984 la UNESCO lo incluyó en el listado de lugares Patrimonio de la Humanidad formando parte del conjunto “Obras de Antoni Gaudí”. Restaurado entre 1987 y 1994 por los arquitectos Elies Torres i Tur y Josep Antoni Martínez i Lapeña, con la colaboración de Joan Bassegoda
Concebido por el empresario y mecenas Eusebi Güell en la llamada "Montaña Pelada" como un parque urbanizado, a imagen de las ciudades-jardín británicas, donde se situarían viviendas para clases acomodadas, con todos los adelantos de la época y acabados de gran calidad artística. El conde Güell se instaló en una gran mansión, la Casa Larrard, situada en el recinto antes de su urbanización, que Gaudí reformó entre 1906 y 1922 -actualmente es un colegio (CEIP Baldiri Reixac)-. El proyecto fue un fracaso comercial al encontrase poco atractivo por su lejanía del casco barcelonés. Estaba prevista la edificación de alrededor de 60 viviendas diseminadas en un inmenso jardín con vistas panorámicas sobre Barcelona, y sólo se vendieron dos parcelas: una de ellas es la actual Casa-Museo Gaudí, obra de su colaborador Francesc Berenguer, donde vivió el arquitecto entre 1906-1925, y la otra la Casa Trias, del arquitecto Juli Batllevell (1906). Tras la muerte del conde Güell, en 1918, sus herederos decidieron vender el parque al Ayuntamiento para convertirlo en público.
Tiene una extensión superior a las 17 hectáreas y en su diseño, con una perfecta integración en la naturaleza, formas onduladas, paseos cubiertos con columnas arbóreas, estalactitas…, se pone de manifiesto la mano del arquitecto. Muchas de las superficies están cubiertas con el famoso trencadís -trozos de cerámica o de vidrio procedentes de desecho, combinados a modo de mosaicos de colores-. Gaudí concibe el proyecto con un sentido místico a la vez que orgánico y urbanístico, aprovechando el desnivel de la montaña -60 metros- para proyectar un camino de elevación espiritual, situando en su cima una capilla, que finalmente no se construyó.
El acceso principal (calle Olot), situado en la parte más baja de la finca, es una estructura simbólica entre el nacionalismo catalán y la religión católica. Representa lo más elevado del mundo terrenal con referencias al avance de la industria, de la burguesía, la cultura mediterránea de tradición grecorromana y, por encima de todo, la religión, como entrada al Paraíso, el lugar donde reina la calma y el bienestar. Aquí proyectó una entrada monumental, con dos gacelas mecánicas que abrirían las puertas, que no llegó a construirse. En su lugar se ubicó una puerta de hierro forjado, a base de hojas de palmito, procedente de la Casa Vicens y trasladada al parque en 1965. A ambos lados se sitúan dos pabellones destinados a portería y administración-mantenimiento de la urbanización. Junto a ellos nace una cerca construida con piedra rústica del lugar y rematada con cerámica, que debería envolver el recinto, aunque sólo se construyó parcialmente, y sobre la que destacan los medallones con las inscripciones “Park” y “Güell”. Muralla y pabellones se construyen entre 1900 y 1903.
Los pabellones de entrada presentan una estructura orgánica reflejo de un profundo conocimiento de la naturaleza. Realizados con mampostería de piedra, destacan por sus bóvedas tabicadas a la catalana, en forma de paraboloide hiperbólico, y por sus cubiertas cerámicas de vivos colores. El más pequeño, destinado a administración, tiene dos plantas, terraza y una torre coronada por la cruz gaudiniana de cuatro brazos; hoy se destina a tienda. El más grande, la portería, presenta tres plantas, y está rematado con una cúpula en forma de seta, y está destinado a exposiciones. Combinan la piedra rústica con la cerámica en “trencadís”.