Portacoches en Cornellà
Con lo fácil que resultó pillar el servicio descendente cargado de Peugeots (1)(2)(3) y lo que me ha costado dar caza al ascendente de la Opel. Lo cierto es que el tren no tiene mal horario, pero al caer todas las frecuencias entre semana siempre resulta más complicado, sobre todo cuando caen a mitad de jornada laboral. Hace un par de viernes ya hice ademán de alargar la hora de la comida para ir a Cornellá a por el segundo corte de los viernes pero al no tener la certeza de si circularía o no al final aborté el plan. Hice mal porque luego supe que ese día no sólo habían salido los dos cortes regulares sino que además habían sacado otros dos a la distancia de cada uno de ellos. Me habría llevado dos por el precio de uno. Sea como fuere pasó una semana y al viernes siguiente la lluvia y los nublados se encargaron de disuadirme. Y de ahí avanzamos hasta ayer, cuando con un sol espléndido y con cierta seguridad de que iba a circular salí a las 14 de trabajar, pasé por casa a coger un bocadillo y me fui a Cornellá con la esperanza de poder darle caza antes de las 16 para así poder estar de vuelta en el trabajo a las 16:30. Al final se hizo de rogar un poco y no apareció hasta justamente las 16:30, pero por fin cayó. Luego tocó quedarse en el curro hasta las 20 para compensar. Mis gracias a Mario por todo.
Portacoches en Cornellà
Con lo fácil que resultó pillar el servicio descendente cargado de Peugeots (1)(2)(3) y lo que me ha costado dar caza al ascendente de la Opel. Lo cierto es que el tren no tiene mal horario, pero al caer todas las frecuencias entre semana siempre resulta más complicado, sobre todo cuando caen a mitad de jornada laboral. Hace un par de viernes ya hice ademán de alargar la hora de la comida para ir a Cornellá a por el segundo corte de los viernes pero al no tener la certeza de si circularía o no al final aborté el plan. Hice mal porque luego supe que ese día no sólo habían salido los dos cortes regulares sino que además habían sacado otros dos a la distancia de cada uno de ellos. Me habría llevado dos por el precio de uno. Sea como fuere pasó una semana y al viernes siguiente la lluvia y los nublados se encargaron de disuadirme. Y de ahí avanzamos hasta ayer, cuando con un sol espléndido y con cierta seguridad de que iba a circular salí a las 14 de trabajar, pasé por casa a coger un bocadillo y me fui a Cornellá con la esperanza de poder darle caza antes de las 16 para así poder estar de vuelta en el trabajo a las 16:30. Al final se hizo de rogar un poco y no apareció hasta justamente las 16:30, pero por fin cayó. Luego tocó quedarse en el curro hasta las 20 para compensar. Mis gracias a Mario por todo.