Regional en Medina del Campo
Cuando apareció el chatarrero de Transfesa eran ya casi las 12:30, por lo que pensando que el Ikea debían haberlo suprimido recogí las cosas y me fui a Medina. Más tarde me enteraría de que había circulado justo detrás del chatarrero, así que fallo por mi parte. Una vez en Medina me subí a la habitación del hotel a descansar y hacer tiempo primero hasta las 15, que bajaría a comer al restaurante, y luego hasta que a media tarde volviera la 335.011 con las varillas, que quería fotografiarla en Ataquines. El caso es que apenas llevaba unos minutos tumbado en la cama cuando un sonido de motor diésel me hizo mirar por la ventana justo a tiempo para ver aparecer la 335.021 con el papelero procedente de El Espartal. Lamenté que la pereza me hubiese llevado a la habitación en vez de haber seguido en la vía, pero habida cuenta de que esa composición la había fotografiado dignamente el día anterior en Ávila, tardé poco en concluir que me daba igual y que en esta ocasión no solo no la había pillado llegando a Medina sino que tampoco iba a salir tras ella por la línea de Salamanca. Hice bien, porque un rato después otro sonido típico de tren me hizo volver la vista de nuevo hacia la vía y ello me permitió ver con asombro como una 252 avanzaba a baja velocidad hacia la estación con una hilera de Ealos y Shimms. Esta vez sí que lamenté seriamente el encontrarme en el hotel, porque aquello era caza mayor. Tras reponerme de la sorpresa, decidí probar suerte. Dado que casi eran las tres de la tarde y que el tren estaba perdiendo velocidad, era posible que parara en la estación bien para algún rebase bien para que los maquinistas comieran, pues supuse que serían los mismos que habían salido de Madrid los que irían con el tren hasta destino. Sea como fuera, cogí las cosas y en un santiamén ya me encontraba en el coche encarando la autovía para acercarme a la recta de salida de Medina lado Valladolid. La luz no sería una gran maravilla pero era lo que más a mano me quedaba. Tomé la salida este de Medina y al llegar al cruce de la carretera de Pozaldez me pareció entrever que el tren estaba parado en la estación. Eso me dio ánimos. Cinco minutos más tarde ya estaba aparcando y tras otros cinco ya me encontraba a pie de vía. Sólo quedaba esperar y confiar en que no fuera demasiado o me quedaría de nuevo sin comer. Para seguir con las sorpresas, lo primero que vino no fue ese tren sino el regional Palencia – Salamanca con doble de TRDs, siendo el segundo de ellos uno de los carenados, pieza pendiente desde el fin de semana anterior. Le hice la correspondiente foto y seguí esperando.
Regional en Medina del Campo
Cuando apareció el chatarrero de Transfesa eran ya casi las 12:30, por lo que pensando que el Ikea debían haberlo suprimido recogí las cosas y me fui a Medina. Más tarde me enteraría de que había circulado justo detrás del chatarrero, así que fallo por mi parte. Una vez en Medina me subí a la habitación del hotel a descansar y hacer tiempo primero hasta las 15, que bajaría a comer al restaurante, y luego hasta que a media tarde volviera la 335.011 con las varillas, que quería fotografiarla en Ataquines. El caso es que apenas llevaba unos minutos tumbado en la cama cuando un sonido de motor diésel me hizo mirar por la ventana justo a tiempo para ver aparecer la 335.021 con el papelero procedente de El Espartal. Lamenté que la pereza me hubiese llevado a la habitación en vez de haber seguido en la vía, pero habida cuenta de que esa composición la había fotografiado dignamente el día anterior en Ávila, tardé poco en concluir que me daba igual y que en esta ocasión no solo no la había pillado llegando a Medina sino que tampoco iba a salir tras ella por la línea de Salamanca. Hice bien, porque un rato después otro sonido típico de tren me hizo volver la vista de nuevo hacia la vía y ello me permitió ver con asombro como una 252 avanzaba a baja velocidad hacia la estación con una hilera de Ealos y Shimms. Esta vez sí que lamenté seriamente el encontrarme en el hotel, porque aquello era caza mayor. Tras reponerme de la sorpresa, decidí probar suerte. Dado que casi eran las tres de la tarde y que el tren estaba perdiendo velocidad, era posible que parara en la estación bien para algún rebase bien para que los maquinistas comieran, pues supuse que serían los mismos que habían salido de Madrid los que irían con el tren hasta destino. Sea como fuera, cogí las cosas y en un santiamén ya me encontraba en el coche encarando la autovía para acercarme a la recta de salida de Medina lado Valladolid. La luz no sería una gran maravilla pero era lo que más a mano me quedaba. Tomé la salida este de Medina y al llegar al cruce de la carretera de Pozaldez me pareció entrever que el tren estaba parado en la estación. Eso me dio ánimos. Cinco minutos más tarde ya estaba aparcando y tras otros cinco ya me encontraba a pie de vía. Sólo quedaba esperar y confiar en que no fuera demasiado o me quedaría de nuevo sin comer. Para seguir con las sorpresas, lo primero que vino no fue ese tren sino el regional Palencia – Salamanca con doble de TRDs, siendo el segundo de ellos uno de los carenados, pieza pendiente desde el fin de semana anterior. Le hice la correspondiente foto y seguí esperando.