AdriCarde
SIN CAUSE
SIN CAUSE enfoca una mirada que muestra la necesidad impostergable de buscar en el interior de cada uno el vínculo con nuestra auténtica naturaleza. Una esencia sensible, que necesita fluir y encontrarse a sí mismo identificado con el entorno. Vivir con intensidad la certeza de ser lo que uno deseó ser, y hacer lo que deseó hacer. Descubrir la esencia del ser logrando sentirla y vivirla. A la vez, el agua es un elemento que en su estado natural no se encasilla, que fluye y da vida. Que en una gota, en la inmensidad del océano, o en el escurrimiento de una nube, es sublime, infinita e inmortal. Comparable a una naturaleza auténtica del ser humano, en la cual las sensaciones no esclavizan; las reglas no esclavizan, sin dejar de cumplirlas; ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, ni el sexo, ni una droga, ni el amor, sin dejar de vivirlo íntegramente. Mas, el batallar diario nos hace olvidar nuestra esencia, nos deja saborear efímeros instantes de verdadera libertad, sin lograr instaurarla en todos los momentos que uno vive. Aún hay momentos sin conexión, sin la razón principal de una existencia. Sin embargo, cuando uno se libera, se interioriza, se halla y encuentra la libertad.
SIN CAUSE
SIN CAUSE enfoca una mirada que muestra la necesidad impostergable de buscar en el interior de cada uno el vínculo con nuestra auténtica naturaleza. Una esencia sensible, que necesita fluir y encontrarse a sí mismo identificado con el entorno. Vivir con intensidad la certeza de ser lo que uno deseó ser, y hacer lo que deseó hacer. Descubrir la esencia del ser logrando sentirla y vivirla. A la vez, el agua es un elemento que en su estado natural no se encasilla, que fluye y da vida. Que en una gota, en la inmensidad del océano, o en el escurrimiento de una nube, es sublime, infinita e inmortal. Comparable a una naturaleza auténtica del ser humano, en la cual las sensaciones no esclavizan; las reglas no esclavizan, sin dejar de cumplirlas; ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, ni el sexo, ni una droga, ni el amor, sin dejar de vivirlo íntegramente. Mas, el batallar diario nos hace olvidar nuestra esencia, nos deja saborear efímeros instantes de verdadera libertad, sin lograr instaurarla en todos los momentos que uno vive. Aún hay momentos sin conexión, sin la razón principal de una existencia. Sin embargo, cuando uno se libera, se interioriza, se halla y encuentra la libertad.