HierbaMustia
Lo ineludible.
Diez mil veces me pierdo en los mismos senderos, diez mil veces la flecha asesina al arquero. La tormenta no esgrime sus zarpas de acero, los sermones del viento no suenan severos. Entre hojas y ramas se ha perdido mi canto, entre gotas y barro, entre el sol y este manto. Aquí todo parece entender mi silencio, un silencio que no se parece al desaire. Aquí la soledad no cobija tristeza, tal vez fuera del mundo encontré su grandeza. ¡Suave brisa que mueve con música el bosque! También frescos perfumes se unen al baile. Aquí todo parece entender mi silencio, un silencio que no se parece al desaire.
Lo ineludible.
Diez mil veces me pierdo en los mismos senderos, diez mil veces la flecha asesina al arquero. La tormenta no esgrime sus zarpas de acero, los sermones del viento no suenan severos. Entre hojas y ramas se ha perdido mi canto, entre gotas y barro, entre el sol y este manto. Aquí todo parece entender mi silencio, un silencio que no se parece al desaire. Aquí la soledad no cobija tristeza, tal vez fuera del mundo encontré su grandeza. ¡Suave brisa que mueve con música el bosque! También frescos perfumes se unen al baile. Aquí todo parece entender mi silencio, un silencio que no se parece al desaire.