Feria de Reyes de Igualada - Manchegos
La llanura donde el legendario Don Quijote arremetió contra los molinos de viento y protegió a los pastores del ataque de los bandidos actualmente está irrigada, tiene viñas donde antes sólo sobrevivía la rústica oveja manchega. El paisaje ha cambiado mucho, pero las ovejas siguen allí, pastando en los matorrales y pastizales y produciendo la leche espesa y fragante que da al queso Manchego su carácter único.
Este estupendo queso se elabora en La Mancha desde la época de los romanos. Hoy en día se fabrica en grandes y modernas cooperativas y la leche suele ser pasteurizada, pero eso no ha alterado mucho el sabor.
Para poder llevar la denominación Manchego, el queso debe ser firme y seco, aunque mantecoso y cremoso, elaborado exclusivamente con leche de oveja manchega. La corteza encerada debe llevar grabado en el lateral el típico zigzag del antiguo cincho de esparto; el color de la cera denota la edad del queso. La pasta debe ser marfil, con ojos pequeños e irregulares. La complejidad de su sabor depende de la curación, pero debe evocar las nueces de Brasil y el caramelo quemado, con regusto ligeramente salado, mientras que el aroma debe recordar la lanolina y el cordero asado.
Feria de Reyes de Igualada - Manchegos
La llanura donde el legendario Don Quijote arremetió contra los molinos de viento y protegió a los pastores del ataque de los bandidos actualmente está irrigada, tiene viñas donde antes sólo sobrevivía la rústica oveja manchega. El paisaje ha cambiado mucho, pero las ovejas siguen allí, pastando en los matorrales y pastizales y produciendo la leche espesa y fragante que da al queso Manchego su carácter único.
Este estupendo queso se elabora en La Mancha desde la época de los romanos. Hoy en día se fabrica en grandes y modernas cooperativas y la leche suele ser pasteurizada, pero eso no ha alterado mucho el sabor.
Para poder llevar la denominación Manchego, el queso debe ser firme y seco, aunque mantecoso y cremoso, elaborado exclusivamente con leche de oveja manchega. La corteza encerada debe llevar grabado en el lateral el típico zigzag del antiguo cincho de esparto; el color de la cera denota la edad del queso. La pasta debe ser marfil, con ojos pequeños e irregulares. La complejidad de su sabor depende de la curación, pero debe evocar las nueces de Brasil y el caramelo quemado, con regusto ligeramente salado, mientras que el aroma debe recordar la lanolina y el cordero asado.