Magenta Blue
En el purgatorio
Me estallaba la cabeza, aún sentía el impacto... Mucha luz invadía mis pupilas pero con los ojos entreabiertos podía ver algunas personas en aquellos pasillos luminosos y etereos, gente inquieta, con dolencias, rostros moribundos.
Me di cuenta de que estaba sentado y a mi lado, una anciana me miraba, sus ojos eran cristalinos y muy claros, tal vez tanta luz los aclaraba aún más; su mirada irradiaba paz.
"Dónde estoy" me pregunté varias veces, sin obtener respuesta. Seres de blanco trasladaban a las personas de un sitio a otro, de una planta a la otra, todo en absoluto silencio.
Por un espacio de tiempo incalculable nada sucedió...
Y nada...
Nada...
Al fin alguien se acerca a mí, me ayuda a incorporarme e intento enfocar su rostro: una regordeta mujer de blanco me lleva por el pasillo, intento detenerme y la interrogo con mi mirada.
Vamos mi niño - dice ella- Bienvenido al purgatorio!
Se ríe y sigo sin entender, entonces me aclara:
Tremendo golpe te has dado en las escaleras. Ahora te extraen sangre y luego a desayunar...
Alguna vez les comenté que odio las extracciones de sangre?
Hospital Insular de Gran Canaria. Ago 2007
EXPLORE #131. Oct 23, 2007
En el purgatorio
Me estallaba la cabeza, aún sentía el impacto... Mucha luz invadía mis pupilas pero con los ojos entreabiertos podía ver algunas personas en aquellos pasillos luminosos y etereos, gente inquieta, con dolencias, rostros moribundos.
Me di cuenta de que estaba sentado y a mi lado, una anciana me miraba, sus ojos eran cristalinos y muy claros, tal vez tanta luz los aclaraba aún más; su mirada irradiaba paz.
"Dónde estoy" me pregunté varias veces, sin obtener respuesta. Seres de blanco trasladaban a las personas de un sitio a otro, de una planta a la otra, todo en absoluto silencio.
Por un espacio de tiempo incalculable nada sucedió...
Y nada...
Nada...
Al fin alguien se acerca a mí, me ayuda a incorporarme e intento enfocar su rostro: una regordeta mujer de blanco me lleva por el pasillo, intento detenerme y la interrogo con mi mirada.
Vamos mi niño - dice ella- Bienvenido al purgatorio!
Se ríe y sigo sin entender, entonces me aclara:
Tremendo golpe te has dado en las escaleras. Ahora te extraen sangre y luego a desayunar...
Alguna vez les comenté que odio las extracciones de sangre?
Hospital Insular de Gran Canaria. Ago 2007
EXPLORE #131. Oct 23, 2007