Musica y Chocolate

Recuerdo cuando mi padre nos cogia a mi hermano Jorge y a mi, dejaba a mi madre con los chiquitines, ellos dormidos y mi pobre madre descansando…jajajaja, y muchos viernes por la noche ir a la iglesia de Santa Catalina a oír un concierto de coro, o un concierto de musica de cámara con pequeños cuartetos de cuerda o cuerda y viento. Mi padre amaba la música y si era en directo aun más, y también amaba la arquitectura y la Iglesia de Santa Catalina es magnifica. La verdad es que las primeras veces creo que no llegábamos a oír terminar el concierto, que llegásemos al primer descanso…jajajaja, pobre hombre, seguro que lo sacaríamos a la fuerza, pero como mi padre era muy astuto nos acostumbro a, si terminábamos el concierto, tomar un grandísimo tazón de chocolate calentito en la horchatería Santa Catalina (de las mas famosas de Valencia) y ahí es donde gano la partida…jajajaja.

Hoy por hoy, no se si a mí me gusta la música y he llegado a ella, a trabes del chocolate, chocolate que nos tomábamos con mi padre al terminar el concierto. Al final lo consiguió, consiguió que nos gustara la música y la arquitectura.

 

Bueno, como veis en este concierto del coro de mis amigos hubo un llenazo total, estuvo muy bien, hasta mi hijo Jorge que es el mas inquieto lo disfruto, era el concierto de navidad, siempre lo hacen en la sala grande del Palau de la Música de Valencia, hubieron villancicos y un poco de todo, además sorprendieron al ir acompañados de un grupo de jazz, creo, aunque no estoy seguro que se llamaban “el hijo del ebanista” y realizaron una fusión con ellos muy dinámica y vital, me pidieron que les hiciera unas fotos, y aquí os muestro algunas, he elegido las mas generales, ya sabéis, mis problemas con la arquitectura…jajajajjaja.

 

Siento que las fotos estén tan contrastadas, no se porque se empeñan en encender todos los focos del escenario y apagar la luz del resto de la sala…. tienen unas manías… jajajajjaja… y como yo de retoque lo justito nada mas… pues se ha quedado así.

 

Done