Bo.Tic (2010)
Esta es nuestra primera incursión en el aclamado Bo-Tic, un restaurante que se presenta en un conjunto atractivo y muy cuidado, con un comedor interior elegante y distinguido y una sugerente y cálida terraza exterior que fue donde decidimos instalarnos en un soleado mediodía de final de verano. El entorno se mostró sosegado y relajante ofreciendo un nivel de confort que rondó un nivel alto, bien avalado por un servicio, de corte profesional, que estuvo diligente, aplicado y atento. Todo impecable hasta aquí. Tras revisar la carta, finalmente optamos por el menú degustación y aquí vino lo más cuestionable. Y no es que hubiera fallos, al contrario, todos los platos salieron muy trabajados mostrando una técnica impecable y unas magníficas presentaciones en un estilo de cocina creativa, sofisticada, vistosa y juguetona pero que nos pareció poco emocionante. Todo gustó pero no hubo platos que entusiasmaran (salvo, quizá, un par de ellos, tímidamente) y vimos como el menú transcurría con suma corrección pero con cierta frialdad. En fin, no disgustó, ni mucho menos, pero quedó lejos de impresionar y tuvimos la sensación de que en la cocina se priorizan aspectos técnicos y estéticos sobre los puramente gustativos.
En la fotografía: una nube de fresa, esponjosa y delicadamente dulce que sustenta unas buenas virutas de foie mezcladas con picatostes. Había también en el plato un bombón frío sobre una especie de tierra cuyas composiciones no recuerdo. Un entrante vistoso y muy curioso por la combinación de texturas y sabores aunque no excepcional.
Lo mejor: el rabo de buey, las texturas de chocolate, el precio de los vinos, las presentaciones de los platos
Lo peor: un concepto gastronómico muy trabajado y de buen nivel pero que nos pareció un tanto frío
Aquest restaurant s'ha traslladat a l'Avinguda Costa Brava, 6 de la mateixa població de Corçà. Manté el número de telèfon
Bo.Tic (2010)
Esta es nuestra primera incursión en el aclamado Bo-Tic, un restaurante que se presenta en un conjunto atractivo y muy cuidado, con un comedor interior elegante y distinguido y una sugerente y cálida terraza exterior que fue donde decidimos instalarnos en un soleado mediodía de final de verano. El entorno se mostró sosegado y relajante ofreciendo un nivel de confort que rondó un nivel alto, bien avalado por un servicio, de corte profesional, que estuvo diligente, aplicado y atento. Todo impecable hasta aquí. Tras revisar la carta, finalmente optamos por el menú degustación y aquí vino lo más cuestionable. Y no es que hubiera fallos, al contrario, todos los platos salieron muy trabajados mostrando una técnica impecable y unas magníficas presentaciones en un estilo de cocina creativa, sofisticada, vistosa y juguetona pero que nos pareció poco emocionante. Todo gustó pero no hubo platos que entusiasmaran (salvo, quizá, un par de ellos, tímidamente) y vimos como el menú transcurría con suma corrección pero con cierta frialdad. En fin, no disgustó, ni mucho menos, pero quedó lejos de impresionar y tuvimos la sensación de que en la cocina se priorizan aspectos técnicos y estéticos sobre los puramente gustativos.
En la fotografía: una nube de fresa, esponjosa y delicadamente dulce que sustenta unas buenas virutas de foie mezcladas con picatostes. Había también en el plato un bombón frío sobre una especie de tierra cuyas composiciones no recuerdo. Un entrante vistoso y muy curioso por la combinación de texturas y sabores aunque no excepcional.
Lo mejor: el rabo de buey, las texturas de chocolate, el precio de los vinos, las presentaciones de los platos
Lo peor: un concepto gastronómico muy trabajado y de buen nivel pero que nos pareció un tanto frío
Aquest restaurant s'ha traslladat a l'Avinguda Costa Brava, 6 de la mateixa població de Corçà. Manté el número de telèfon