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Nanas de la Cebolla (Miguel Hernández). E-36 del 08/09/2020

LA CARTA QUE HIZO NACER UN POEMA

La carta referida era de su esposa Josefina. En ella, su amada le contaba el lamentable estado en el que se encontraban ella y el hijo de ambos, al que sólo podía alimentar con pan y cebollas.

Él, encarcelado, sin juicio ni sentencia, en un estado físico lamentable, tuvo que ser presa de una impotencia difícil de imaginar. Sin embargo, hablamos de un hombre al que nunca le faltó valor. El mismo que siendo cabrero consiguió erigirse como uno de los poetas más destacados de la historia. Como fruto de este carácter, en lugar de derrumbarse, Miguel le envió a su mujer unas breves letras y a su hijo un poema maravilloso. La nana más hermosa y al mismo tiempo más terrible de la literatura universal.

 

www.youtube.com/watch?v=UntrvTEvyv0

 

 

La cebolla es escarcha

cerrada y pobre:

escarcha de tus días

y de mis noches.

Hambre y cebolla:

hielo negro y escarcha

grande y redonda.

 

En la cuna del hambre

mi niño estaba.

Con sangre de cebolla

se amamantaba.

Pero tu sangre,

escarchada de azúcar,

cebolla y hambre.

 

Una mujer morena,

resuelta en luna,

se derrama hilo a hilo

sobre la cuna.

Ríete, niño,

que te tragas la luna

cuando es preciso.

 

Alondra de mi casa,

ríete mucho.

Es tu risa en los ojos

la luz del mundo.

Ríete tanto

que en el alma al oírte,

bata el espacio.

 

Tu risa me hace libre,

me pone alas.

Soledades me quita,

cárcel me arranca.

Boca que vuela,

corazón que en tus labios

relampaguea.

 

Es tu risa la espada

más victoriosa.

Vencedor de las flores

y las alondras.

Rival del sol.

Porvenir de mis huesos

y de mi amor.

 

La carne aleteante,

súbito el párpado,

el vivir como nunca

coloreado.

¡Cuánto jilguero

se remonta, aletea,

desde tu cuerpo!

 

Desperté de ser niño.

Nunca despiertes.

Triste llevo la boca.

Ríete siempre.

Siempre en la cuna,

defendiendo la risa

pluma por pluma.

 

Ser de vuelo tan alto,

tan extendido,

que tu carne parece

cielo cernido.

¡Si yo pudiera

remontarme al origen

de tu carrera!

 

Al octavo mes ríes

con cinco azahares.

Con cinco diminutas

ferocidades.

Con cinco dientes

como cinco jazmines

adolescentes.

 

Frontera de los besos

serán mañana,

cuando en la dentadura

sientas un arma.

Sientas un fuego

correr dientes abajo

buscando el centro.

 

Vuela niño en la doble

luna del pecho.

Él, triste de cebolla.

Tú, satisfecho.

No te derrumbes.

No sepas lo que pasa

ni lo que ocurre.

 

MIGUEL HERNANDEZ

 

 

Recomiendo ver en grande.

 

I recommend seeing big

 

Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios y favoritos. Un saludo.

 

 

 

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Uploaded on September 6, 2020
Taken on August 28, 2009