Disnoia
Ganas de nada ni nadie
Y de repente se dio cuenta de que estaba en esa situación de la que escapaba. Estaba únicamente donde tanto tiempo añoraba a la par que temía volver a verse: La mas absoluta y vacía nada. Sentía cómo cada neurona le susurraba al oído las razones por las que todo este tiempo se había ido ganando volver a estar otra vez así.
De nuevo pues ahí, en esa jodida misma habitación, con esos jodidos mismos pensamientos de marginación, depresión, dolor físico y pánico. De nuevo, pender de un hilo deja de ser una expresión popular para convertirse en una realidad íntima. La paranoia vuelve a alzarse frente a la apatía y la total desgana. Ese vacío se acentúa y clava fuerte entre los segundos que sucumben huecos y toscos. ¿Es esto real? ¿De veras todo se ha tornado tan siniestro y tenue que casi puedo sentirlo surcar promiscuo mi subconsciente? …Sí. Creo que hacia años que nada había sido tan jodidamente real. Pues nunca nada había sido tan nostálgicamente asqueroso…
Ganas de nada ni nadie
Y de repente se dio cuenta de que estaba en esa situación de la que escapaba. Estaba únicamente donde tanto tiempo añoraba a la par que temía volver a verse: La mas absoluta y vacía nada. Sentía cómo cada neurona le susurraba al oído las razones por las que todo este tiempo se había ido ganando volver a estar otra vez así.
De nuevo pues ahí, en esa jodida misma habitación, con esos jodidos mismos pensamientos de marginación, depresión, dolor físico y pánico. De nuevo, pender de un hilo deja de ser una expresión popular para convertirse en una realidad íntima. La paranoia vuelve a alzarse frente a la apatía y la total desgana. Ese vacío se acentúa y clava fuerte entre los segundos que sucumben huecos y toscos. ¿Es esto real? ¿De veras todo se ha tornado tan siniestro y tenue que casi puedo sentirlo surcar promiscuo mi subconsciente? …Sí. Creo que hacia años que nada había sido tan jodidamente real. Pues nunca nada había sido tan nostálgicamente asqueroso…