chema_santander
que mareo
Las escaleras de los Museos Vaticanos son una obra de arte más que añadir a la Capilla Sixtina, el Laocoonte u otras obras que a menudo pasan desapercibidas, porque todo el mundo sigue las flechas hacia la gran obra pictórica de Miguel Ángel. Esta increíble escalera que en un genial efecto óptico parece que no va a terminar nunca es obra de Donato d’Angelo Bramante. El efecto “infinito” lo consigue la doble hélice enrollada hacia la derecha. En realidad, cuando nos asomamos a la escalera, si nos fijamos, vemos que en realidad no es una sóla escalera, sino dos enroscadas. Una de ellas es para bajar y otra para subir.
que mareo
Las escaleras de los Museos Vaticanos son una obra de arte más que añadir a la Capilla Sixtina, el Laocoonte u otras obras que a menudo pasan desapercibidas, porque todo el mundo sigue las flechas hacia la gran obra pictórica de Miguel Ángel. Esta increíble escalera que en un genial efecto óptico parece que no va a terminar nunca es obra de Donato d’Angelo Bramante. El efecto “infinito” lo consigue la doble hélice enrollada hacia la derecha. En realidad, cuando nos asomamos a la escalera, si nos fijamos, vemos que en realidad no es una sóla escalera, sino dos enroscadas. Una de ellas es para bajar y otra para subir.