SANTIAGO DE COMPOSTELA, Galicia, Museo de las Peregrinaciones.
Un suplemento de "La Voz de Galicia" publicaba ayer un reportaje titulado "Galicia tiene su propia ruta de San Martín", a raíz de la declaración como "Itinerario cultural" por el Consejo de Europa de "Los caminos de San Martín".
Serán más, pero cita hasta 20 templos bajo su advocación: El más importante, para mí, el de San Martín de Mondoñedo, siguiéndole la Catedral de Orense. El santo de Tours tuvo especial relevancia en el proceso seguido contra Prisciliano.
Otro importante San Martín está ligado a Galicia: San Martín de Dumio o de Braga, denominado "apóstol de los suevos" (s.VI), gran devoto a su vez del de Tours. En su epitafio escribió:
"Nacido en Panonia, llegué, atravesando los anchos mares y arrastrado por un instinto divino, a esta tierra gallega, que me acogió en su seno. Fui consagrado obispo en esta iglesia tuya, oh glorioso confesor San Martín, restauré la religión y las cosas sagradas, y habiéndome esforzado por seguir tus huellas, yo, tu servidor Martín, que llevo tu nombre, pero no tus méritos, descanso aquí en la paz de Cristo". (*)
Y, como los monjes del monasterio del que fue abad fueron a parar a San Martín de Mondoñedo, puede haber dudas de si este templo está dedicado a él, al obispo de Tours o incluso a ambos, pero esa devoción confesada en el epitafio los vincula.
Como digo, San Martín de Tours, cuya vida -aparte otros testimonios- hemos conservado por la obra de Sulpicio Severo (**), intervino en el proceso a Prisciliano. Había sido muy crítico con su obra, pero cuando el emperador Máximo lo condenó a muerte, fue su máximo defensor, pues no reconocía a los tribunales civiles jurisdicción sobre un tema que él consideraba eclesiástico y sabía bien de la falsedad de la acusación de practicar magia bajo la que se le condenó.
El Museo de las Peregrinaciones de Santiago conserva este frontal de altar, de escuela leridana, que le está dedicado y en el que se reflejan distintos hechos de su vida. Es una pieza que enriquece y completa el museo, con su belleza, riqueza iconográfica y delicadeza. Fue pintada en el último cuarto del siglo XIII.
(*) MARTÍN DE BRAGA, "Obras Completas", F.U.E., Madrid, 1990, p.11.
(**) SULPICIO SEVERO, "Obras Completas", Tecnos, Madrid, 1987.
SANTIAGO DE COMPOSTELA, Galicia, Museo de las Peregrinaciones.
Un suplemento de "La Voz de Galicia" publicaba ayer un reportaje titulado "Galicia tiene su propia ruta de San Martín", a raíz de la declaración como "Itinerario cultural" por el Consejo de Europa de "Los caminos de San Martín".
Serán más, pero cita hasta 20 templos bajo su advocación: El más importante, para mí, el de San Martín de Mondoñedo, siguiéndole la Catedral de Orense. El santo de Tours tuvo especial relevancia en el proceso seguido contra Prisciliano.
Otro importante San Martín está ligado a Galicia: San Martín de Dumio o de Braga, denominado "apóstol de los suevos" (s.VI), gran devoto a su vez del de Tours. En su epitafio escribió:
"Nacido en Panonia, llegué, atravesando los anchos mares y arrastrado por un instinto divino, a esta tierra gallega, que me acogió en su seno. Fui consagrado obispo en esta iglesia tuya, oh glorioso confesor San Martín, restauré la religión y las cosas sagradas, y habiéndome esforzado por seguir tus huellas, yo, tu servidor Martín, que llevo tu nombre, pero no tus méritos, descanso aquí en la paz de Cristo". (*)
Y, como los monjes del monasterio del que fue abad fueron a parar a San Martín de Mondoñedo, puede haber dudas de si este templo está dedicado a él, al obispo de Tours o incluso a ambos, pero esa devoción confesada en el epitafio los vincula.
Como digo, San Martín de Tours, cuya vida -aparte otros testimonios- hemos conservado por la obra de Sulpicio Severo (**), intervino en el proceso a Prisciliano. Había sido muy crítico con su obra, pero cuando el emperador Máximo lo condenó a muerte, fue su máximo defensor, pues no reconocía a los tribunales civiles jurisdicción sobre un tema que él consideraba eclesiástico y sabía bien de la falsedad de la acusación de practicar magia bajo la que se le condenó.
El Museo de las Peregrinaciones de Santiago conserva este frontal de altar, de escuela leridana, que le está dedicado y en el que se reflejan distintos hechos de su vida. Es una pieza que enriquece y completa el museo, con su belleza, riqueza iconográfica y delicadeza. Fue pintada en el último cuarto del siglo XIII.
(*) MARTÍN DE BRAGA, "Obras Completas", F.U.E., Madrid, 1990, p.11.
(**) SULPICIO SEVERO, "Obras Completas", Tecnos, Madrid, 1987.