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Granada. Generalife. Patio de la Acequia.

Sobre las pendientes del cerro del Sol, frente a la Alhambra, dominando la ciudad y los valles del Genil y del Darro, se alza esta villa de recreo de los reyes nazaritas, comunicada a través de jardines y pintorescos rincones con la Alhambra.

 

El nombre de Generalife significa jardín del alarife o arquitecto. La construcción primitiva se remonta a mediados del siglo XIII; la nueva dinastía, con el rey Abul-Wallid Ismail, lo remozó y decoró hacia 1319, añadiendo la torre-mirador sobre el Darro.

 

Tras la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos se llevaría a cabo una nueva remodelación, con inclusión de nuevos edificios y huertas. En tiempos de Felipe III se llevaría a cabo la galería de los Cipreses, y ya en el siglo XIX se realiza el mirador alto que sirve de paso a la Silla del Moro (Castillo de Santa Helena).

 

La parte más importante del Generalife es el llamado Patio de la Acequia, recorrido por un canal de surtidores y arropado por setos de arrayanes, cipreses, naranjos, etc, restaurado en 1922 pues se había convertido el recinto en capilla desde el siglo XVI. El patio queda cerrado por dos pabellones, siendo el meridional el más interesante. Por una escalera a la derecha se pasa al célebre Patio de los Cipreses, con árboles centenarios como el famoso ciprés de la sultana, que según la leyenda, fue testigo de los amoríos de un caballero abencerraje y la esposa de Boabdil.

 

Pero lo importante en el Generalife no son las edificaciones, ni los datos históricos, ni las leyendas. Lo que cuenta aquí es el agua, alma omnipresente en cada rincón. Repartida en fuentes, albercas y surtidores, se convierte aquí en protagonista y nos acompaña con su rumor durante toda la visita, complementando el efecto de los sugestivos y cuidados jardines, de abundantes y aromáticas flores.

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Uploaded on August 11, 2008
Taken on July 19, 2008