Rosas de alegría, rosas de perdón

Rosas que no son rojas ni blancas, ni siquiera amarillas, más bien algo anaranjadas, de un salmón claro... Esta tonalidad puede simbolizar la ternura del amor ingenuo- Mirarlas en el jardín nos alegray nos motiva.

 

Se recomienda regalar para comunicar alegría y dulzura, ingenuidad y pureza de las intenciones; y serían apropiadas para que las regalen los que sienten un amor algo inocente, pero genuino.

 

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Gabriela Mistral concluye su poema “Doña Primavera” con dos estrofas entonadas como una oración, un rezo para la estación del renacer, la primavera,-que hace resurgir la vida incluso entre las más frías piedras, en riscos y valles, el monte y la ciudad, en avenidas y callejas, en amplias terrazas y pequeños balcones-, le canta una plegaria para que nos ayude a vivir una vida mejor: de más belleza y alegría, de perdón, regalando flores de amistad y esperanza a quienes más las anhelan, e incluso a quienes puede sobrarles tanto que hasta la rechazan.

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Doña Primavera

de manos gloriosas,

haz que por la vida

derramemos rosas:

 

Rosas de alegría,

rosas de perdón,

rosas de cariño

y de exultación.

Done