JM 57
pretérito im - perfecto
ROMEO
– (Tomando la mano de Julieta.) Si con
mi diestra por demás indigna profano yo
ese santo sagrario, sea esta la dulce expiación:
mis labios, cual dos ruborizados peregrinos,
están prestos á suavizar con un
tierno beso este rudo contacto.
JULIETA.
– Buen peregrino, injusto en demasía
sois con vuestra mano, que en esto sólo
muestra respetuosa devoción; pues los
santos tienen manos á quienes tocan las manos
de los peregrinos, y enlazar palma con
palma es el ósculo de los piadosos
palmeros.
ROMEO.
– ¿No tienen acaso labios los santos y
también los piadosos palmeros?
JULIETA.
– Si tal, peregrino: labios que han
emplear en la oración.
ROMEO.
– ¡Oh! Siendo así, santa adorada, permite
que hagan los labios lo que hacen las
manos; ellos te ruegan, accede tú, no sea
que la fe se mude en desesperación.
JULIETA.
– Los santos no se mueven, aun cuando
accedan á las súplicas.
ROMEO.
– Entonces no te muevas mientras
recojo el fruto de mis preces. Así, mediante
vuestros labios, los míos quedan limpios
de pecado.
(La besa.)
pretérito im - perfecto
ROMEO
– (Tomando la mano de Julieta.) Si con
mi diestra por demás indigna profano yo
ese santo sagrario, sea esta la dulce expiación:
mis labios, cual dos ruborizados peregrinos,
están prestos á suavizar con un
tierno beso este rudo contacto.
JULIETA.
– Buen peregrino, injusto en demasía
sois con vuestra mano, que en esto sólo
muestra respetuosa devoción; pues los
santos tienen manos á quienes tocan las manos
de los peregrinos, y enlazar palma con
palma es el ósculo de los piadosos
palmeros.
ROMEO.
– ¿No tienen acaso labios los santos y
también los piadosos palmeros?
JULIETA.
– Si tal, peregrino: labios que han
emplear en la oración.
ROMEO.
– ¡Oh! Siendo así, santa adorada, permite
que hagan los labios lo que hacen las
manos; ellos te ruegan, accede tú, no sea
que la fe se mude en desesperación.
JULIETA.
– Los santos no se mueven, aun cuando
accedan á las súplicas.
ROMEO.
– Entonces no te muevas mientras
recojo el fruto de mis preces. Así, mediante
vuestros labios, los míos quedan limpios
de pecado.
(La besa.)