SALZBURGO (Austria)

LA ÚLTIMA PAREJA DE EXPLORADORES

 

 

Begoñita leía poco, pero leía. Y mientras leía, imaginaba, mucho, demasiado.

Y según fuera el personaje de la novela, se metía de tal manera en el

protagonista ¡que lo bordaba!, ya fuera una aristócrata o una casquivana.

Y se emocionaba una barbaridad.

Y se montaba auténticas películas en su cabeza.

 

-¿Nos fugamos, Julián?

-Aún no lo sé; De momento tengo ya preparada la maleta con lo

imprescindible, pero antes, tengo que hablar con mi padre, querrá

saber dónde vamos y qué será de nosotros.

-Me parece bien, tenemos que cubrirnos las espaldas, Julián.

 

Ya era de noche cuando salieron a hurtadillas por el jardín de la casa.

Y por un momento se sintieron audaces, valientes… aventureros.

 

Al llegar a la estación, lloraban de emoción.

Sonreían, se besaban…y se consolaban.

 

-¿Y si es una estupidez por nuestra

parte?

-Nada es una estupidez con diecisiete años, Begoñita,

ya verás lo felices que vamos a ser;

(Esto último lo dijo sin mucha convicción).

Ala, a dormir, que nos quedan ocho horas de viaje.

Y en un visto y no visto se quedaron fritos con el traqueteo del tren.

 

Amanecieron en Salzburgo con un voraz apetito, y mientras desayunaban,

tomaron una categórica resolución, se amarían toda la vida.

Y mientras les brotaban cientos de chispas en los ojos, se comieron la boca como si no hubiera un mañana.

 

En ocasiones, todo en esta vida es un complejo viaje al infinito.

 

Y ahora una canción de Amy MacDonald : This is the life.

www.youtube.com/watch?v=iRYvuS9OxdA

 

 

Done