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CASTILLO DE LA MOTA.
MEDINA DEL CAMPO (Valladolid).
Una pequeña historia para leer en verano.
JUANA I de Castilla, conocida como JUANA LA LOCA.
Desde la torre del homenaje miraba embelesada los pájaros recién
salidos del nido y sus primeras evoluciones en el aire.
¡Cómo le gustaría ser pájaro y volar bien lejos…..!
Se aburría.
Encerrada por orden de su padre Fernando el Católico y después por su hijo Carlos I, la reina permaneció en total cuarenta y siete años recluida (un año en el castillo de la Mota y cuarenta y seis años en el Palacio Real de
Tordesillas) y eso da mucho de sí para volverse uno
completamente loco, de pensar en demasiadas cosas, casi siempre malas y casi siempre desagradables.
Raramente alguien venía a verla.
Pocos, casi nadie.
Siempre quiso ser monja, pero sus padres los Reyes Católicos tenían otros planes para ella y el más inmediato era casarla con el Archiduque Felipe de Austria “ El Hermoso “.
Así que con diecisiete años se fue a los Países Bajos para contraer matrimonio.
Al verlo Juana se dijo: “es guapo el condenado”. Fue tal el flechazo que saltaron todos los protocolos y se casarón de forma precipitada.
Los dos primeros días no salieron de la alcoba, una cama con dosel fue testigo de las urgencias de los dos jóvenes esposos.
La ocasión merecía la pena.
Lo que no sabía Juana es que sería una tortuosa historia de amor.
Luego vendrían los hijos, las infidelidades de él, los celos de ella, las intrigas, las razones de estado…..
Engañada por su padre, por su marido, por su propio hijo Carlos, la cosa no presagiaba nada bueno.
Y encontró refugio en la melancolía, en la ira, en la rabia y claro, la salud se resiente una barbaridad y al final pasa lo que pasa.
Y en lo más alto de la torre un claro rayo de luz penetró en la
oscuridad de su cabeza.
Y se dijo, hay que joderse, has podido ser todo y todo
se quedó en nada.
Reina de Castilla, de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Navarra, de Nápoles, de Sicilia, de Cerdeña, condesa de Barcelona, señora de Vizcaya, duquesa de Borgoña y aquí estás, más sola que la una.
Una auténtica pena.
Juana I de Castilla reposa junto a su marido Felipe el Hermoso en la catedral de Granada.
Y colorín, colorado…….
Y ahora una canción de La Unión “ Fueron los celos”.
www.youtube.com/watch?v=5drDpCNYFog
CASTILLO DE LA MOTA.
MEDINA DEL CAMPO (Valladolid).
Una pequeña historia para leer en verano.
JUANA I de Castilla, conocida como JUANA LA LOCA.
Desde la torre del homenaje miraba embelesada los pájaros recién
salidos del nido y sus primeras evoluciones en el aire.
¡Cómo le gustaría ser pájaro y volar bien lejos…..!
Se aburría.
Encerrada por orden de su padre Fernando el Católico y después por su hijo Carlos I, la reina permaneció en total cuarenta y siete años recluida (un año en el castillo de la Mota y cuarenta y seis años en el Palacio Real de
Tordesillas) y eso da mucho de sí para volverse uno
completamente loco, de pensar en demasiadas cosas, casi siempre malas y casi siempre desagradables.
Raramente alguien venía a verla.
Pocos, casi nadie.
Siempre quiso ser monja, pero sus padres los Reyes Católicos tenían otros planes para ella y el más inmediato era casarla con el Archiduque Felipe de Austria “ El Hermoso “.
Así que con diecisiete años se fue a los Países Bajos para contraer matrimonio.
Al verlo Juana se dijo: “es guapo el condenado”. Fue tal el flechazo que saltaron todos los protocolos y se casarón de forma precipitada.
Los dos primeros días no salieron de la alcoba, una cama con dosel fue testigo de las urgencias de los dos jóvenes esposos.
La ocasión merecía la pena.
Lo que no sabía Juana es que sería una tortuosa historia de amor.
Luego vendrían los hijos, las infidelidades de él, los celos de ella, las intrigas, las razones de estado…..
Engañada por su padre, por su marido, por su propio hijo Carlos, la cosa no presagiaba nada bueno.
Y encontró refugio en la melancolía, en la ira, en la rabia y claro, la salud se resiente una barbaridad y al final pasa lo que pasa.
Y en lo más alto de la torre un claro rayo de luz penetró en la
oscuridad de su cabeza.
Y se dijo, hay que joderse, has podido ser todo y todo
se quedó en nada.
Reina de Castilla, de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Navarra, de Nápoles, de Sicilia, de Cerdeña, condesa de Barcelona, señora de Vizcaya, duquesa de Borgoña y aquí estás, más sola que la una.
Una auténtica pena.
Juana I de Castilla reposa junto a su marido Felipe el Hermoso en la catedral de Granada.
Y colorín, colorado…….
Y ahora una canción de La Unión “ Fueron los celos”.
www.youtube.com/watch?v=5drDpCNYFog