aire fuego tierra agua II - Marisa
No hay túnel que dure cien años, mi vida.
Mira como se arruga la tiniebla, la procesión de pálidas
se desbarranca, los funcionarios inauguran ruinas.
Y vos y yo fundamos aires buenos.
Donde estará la plata de mi río, solo barro y olitas
de minué. En los camalotes cantan las sirenas, pero
Ulises camionero no las oye, solo escucha la radio.
Llueve liquen en los decrépitos televisores,
Buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
Transmiten en cadena las cadenas.
El cemento se cansa de ser cobija de la Pampa.
Por los baches asoma la luz mala, resucitan cardos y
maíces, abran paso las luciérnagas curiosas que verán.
Viento sur, olor a transparencia, silbo de la
calandria, madrecita cantora del primer rayo de la aurora.
La sopa de los pobres llega al centro, y su vapor
al reino de los cielos.
Ventolina que barre tormentas, lavadero del alma,
nos deja serenitos, reciclando la pena en vasto amor.
Silbo de la calandria y vidalita de la esperanza.
Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al Sol,
al buen día meterlo en casa. Silba la calandria y
nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Estación claridad vamos llegando.
Viento Sur – Maria Elena Walsh
No hay túnel que dure cien años, mi vida.
Mira como se arruga la tiniebla, la procesión de pálidas
se desbarranca, los funcionarios inauguran ruinas.
Y vos y yo fundamos aires buenos.
Donde estará la plata de mi río, solo barro y olitas
de minué. En los camalotes cantan las sirenas, pero
Ulises camionero no las oye, solo escucha la radio.
Llueve liquen en los decrépitos televisores,
Buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
Transmiten en cadena las cadenas.
El cemento se cansa de ser cobija de la Pampa.
Por los baches asoma la luz mala, resucitan cardos y
maíces, abran paso las luciérnagas curiosas que verán.
Viento sur, olor a transparencia, silbo de la
calandria, madrecita cantora del primer rayo de la aurora.
La sopa de los pobres llega al centro, y su vapor
al reino de los cielos.
Ventolina que barre tormentas, lavadero del alma,
nos deja serenitos, reciclando la pena en vasto amor.
Silbo de la calandria y vidalita de la esperanza.
Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al Sol,
al buen día meterlo en casa. Silba la calandria y
nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Estación claridad vamos llegando.
Viento Sur – Maria Elena Walsh