HACIA EL PORVENIR
Para ti, Rez González, por confiarme tu poema. Gracias.
Ciega me viene,
con mi pañuelo en sus ojos,
con mi perfume en sus fosas.
Confianza ciega para llevarte al fin del mundo
a mi lado en cien caballos negros;
música y humo.
Ciega el amor,
como luces fijas mirando al infinito,
esta noche las estrellas guiarán tu vuelo y el mío.
Ciego, oscuro, redondo,
como el cielo en la noche es tu pelo;
pájaros de acero sobrevuelan nuestros cuerpos.
Vino, rosas y poemas,
un techo donde vivir,
y para comer, un huerto.
Te he traído al fin del mundo
sólo para darte un beso.
Ciegos a oscuras,
las luces que nos alumbran,
se apagan.
Son las señas del destino,
las que siempre me muestran tu cara.
Ciego del amor,
dame la mano,
tengo miedo.
No me dejes solo en este camino,
me ha costado tanto entrar
que sin ti no puedo seguirlo.
REZ GONZÁLEZ
HACIA EL PORVENIR
Para ti, Rez González, por confiarme tu poema. Gracias.
Ciega me viene,
con mi pañuelo en sus ojos,
con mi perfume en sus fosas.
Confianza ciega para llevarte al fin del mundo
a mi lado en cien caballos negros;
música y humo.
Ciega el amor,
como luces fijas mirando al infinito,
esta noche las estrellas guiarán tu vuelo y el mío.
Ciego, oscuro, redondo,
como el cielo en la noche es tu pelo;
pájaros de acero sobrevuelan nuestros cuerpos.
Vino, rosas y poemas,
un techo donde vivir,
y para comer, un huerto.
Te he traído al fin del mundo
sólo para darte un beso.
Ciegos a oscuras,
las luces que nos alumbran,
se apagan.
Son las señas del destino,
las que siempre me muestran tu cara.
Ciego del amor,
dame la mano,
tengo miedo.
No me dejes solo en este camino,
me ha costado tanto entrar
que sin ti no puedo seguirlo.
REZ GONZÁLEZ