A cielo abierto
A cielo abierto nos deja
la crisis un mal regalo,
ahora que ya tenemos
la Navidad aquí al lado.
Lo malo no es ver el cielo
que es ese humano lugar
refugio de quien confía
algún día alcanzar.
Lo malo es ver debajo
casi todo esquilmado,
donde sólo el agua encuentra
un lugar como reposo,
más no se puede tomar.
¡Qué malo es tener sed,
tener el agua en un cuenco
y no poderla beber!
Y así, entre crisis y esperanza,
miramos cómo en el cielo
brilla una luz sencilla
que nos anuncia gozosa
el nacer de un nuevo día,
y pone color en el suelo
al calor de una mirada.
Muchos caminos se abren,
todos tuvieron su vida,
y hoy a cielo abierto esperan,
entre tanto laberinto,
una confiada salida.
A cielo abierto
A cielo abierto nos deja
la crisis un mal regalo,
ahora que ya tenemos
la Navidad aquí al lado.
Lo malo no es ver el cielo
que es ese humano lugar
refugio de quien confía
algún día alcanzar.
Lo malo es ver debajo
casi todo esquilmado,
donde sólo el agua encuentra
un lugar como reposo,
más no se puede tomar.
¡Qué malo es tener sed,
tener el agua en un cuenco
y no poderla beber!
Y así, entre crisis y esperanza,
miramos cómo en el cielo
brilla una luz sencilla
que nos anuncia gozosa
el nacer de un nuevo día,
y pone color en el suelo
al calor de una mirada.
Muchos caminos se abren,
todos tuvieron su vida,
y hoy a cielo abierto esperan,
entre tanto laberinto,
una confiada salida.