Entre árboles se erguían.
Entre árboles se erguían
piedras que mirando al cielo
quieren seguir rindiendo
oraciones a los dioses
que allí tuvieron su asiento
y el pueblo las sostenía.
¡Quién no ha sentido en su alma
ese irrefrenable deseo
de mirar con fervor al cielo
y dejar que vuele un ruego,
desde esas inmensas columnas,
hacia el azul del firmamento!
Cada cual guarda una columna
desde la que mirar al cielo.
Entre árboles se erguían.
Entre árboles se erguían
piedras que mirando al cielo
quieren seguir rindiendo
oraciones a los dioses
que allí tuvieron su asiento
y el pueblo las sostenía.
¡Quién no ha sentido en su alma
ese irrefrenable deseo
de mirar con fervor al cielo
y dejar que vuele un ruego,
desde esas inmensas columnas,
hacia el azul del firmamento!
Cada cual guarda una columna
desde la que mirar al cielo.