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En la espalda del destino reza un tatuaje; "Mírame a los ojos".

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Magistralmente editada por: willi.willi

Fotógrafo: Yo

Cámara cedida magistralemente también por: willi.willi

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Pueblanueva del Conde, Galicia, 24 de Agosto de 2007

 

Hola mi nombre es Horacio, Horacio Dos. Nací hace 27 años, exactamente no sé que día nací, es lo que tiene haber vivido prácticamente toda mi vida en un hospicio, registran tu nacimiento el día que te encuentran en la puerta de éste, sin tener en cuenta que igual ya llevabas 17 días en este mundo siendo feliz, hasta que te dejan al final de la escalinata del orfanato, y oyes unos golpes, con el tiempo averigué que los tres primeros golpes eran de unos nudillos aporreando un gran portón de madera y los siguientes siete u ocho golpes eran de unos zapatos corriendo a alguna parte, lejos de mi. Esa es toda la referencia que tengo de mi familia, unos pasos huyendo de mi, llevándose consigo mis 17 días de felicidad.

 

Bueno, la cuestión es que no se que día nací exactamente, así que he ido celebrando mi aniversario cada año en días diferentes, según mi estado de ánimo. Con 7 años aprendí que el ánimo tiene estados, y estadios, los hay como el verano, calurosos y con mucha luz, también como el otoño, se deshojan tus ilusiones, aunque también los hay como la primavera que vuelven a florecer nuevas esperanzas de colores vivos y de fuertes brotes, aunque siempre sin perder de vista que están condenados a marchitarse y morir. Estas y otras consideraciones las he ido elaborando con el paso de los años, aunque también tengo que decir que soy bastante cambiante, elaboro cientos de consideraciones, teorias, deducciones, reflexiones y todo tipo de expresiones individuales, en todas sus formas, pero siempre expresiones individuales, no me podría referir a estas expresiones de otra forma que no fuera "indivduales" ya que no me relaciono con mucha gente, convivo con ellos, intercambio mensajes frívolos pero sin ningún tipo de sentimiento que me empuje a entablar ninguna relación con los demás.

Estoy decepcionado con la mayoría de la gente, bueno más bien con su forma de haberme criado, de haberme educado, guiado, aconsejado, de como me han explicado que demonios será el futuro y de hacerme ver cuales son las raices de la vida, esas que sustentan al arbol de tronco llamado felicidad y del cual brotan ramas, llamadas familia, dinero, salud, fe, bienestar, destino............¡¡DESTINO!!, el destino me ha traido hasta aqui, en este momento y lugar, en el que escribo esta carta. La verdad es que en el fondo quiero y necesito a la gente, la necesito mucho, incluso la necesito para no relacionarme con ellos, pero les quiero, tengo la necesidad de saber que por el mundo puede existir alguien a quien pueda amar, alguien a la que pueda considerar mi amigo, alguien con quien me pueda aparear y formar una familia, alguien a quien pueda odiar o algo mucho peor, mostrarle mi indiferencia. En el fondo la gente no se ha portado mal conmigo, al menos creo que no lo ha hecho intencionadamente, supongo que me abandonaron en el orfanato por alguna circunstancia demoledora, al menos ese es mi consuelo, supongo también que me criaron en ese centro católico de la mejor manera que supieron, aunque en otra de mis reflexiones llegué a deducir que me engañaron inconscientemente, me vendieron términos intangibles, la fe, la felicidad, el destino, siempre he estado buscando palpar todos esos términos que según me decían me conducirían por el buen sendero de la vida, y aqui me encuentro, escribiendo esto, después de buscar durante años mi destino, el destino, es lo que más me ha impactado, lo he buscado sin cesar, creo haberlo encontrado, está delante mio, me ha llegado a confundir mucho, siempre que ocurría algo en mi vida, ya fuera importante o no, me decían que era el destino, yo no lo entendía, pensaba que todo lo que me ocurría era una consecuencia, consecuencias de tus actos y pensamientos, pero resulta que siempre han insistido en que era el destino, como si uno no tuviera nada que ver, así que decidí perseguir al destino con todas mis fuerzas. Siempre he tenido la sensación de verle la espalda al destino, que el día que le adelantara, el día que le pudiera mirar a los ojos, todo cambiaría, para bien, tendría fe, amigos, familia. Bien es cierto que soy muy cambiante y cambio de criterio con suma facilidad, siempre he buscado respuesta en los libros, las personas llegó un momento que no me convencian, bueno si lo hacían al principio, después perdían todo su crédito, pero para entonces yo ya me había topado con la decepción. Mi vida se podría enmarcar en una sacristia, hostias y más hostias. Aunque en el fondo no le echo la culpa a las personas, supongo que será el destino y supongo que mis circunstancias, "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo" eso lo dijo Ortega y Gasset, por aquel entonces estuve persiguiendo a mi circunstancia, quería salvarme, aunque después me di cuenta que la circunstancia no es algo que se pueda perseguir, en todo caso abandonar, pero para entonces yo me había dado otra solemne hostia.

 

Así que aqui me encuentro, en Pueblanueva del Conde, he recorrido más de 1000 kilómetros para conocer el Pueblo y las gentes que tan genialmente describió Torrente Ballester en su trilogía, y no me ha decepcionado, todo lo contrario, creo que es el momento más feliz de mi vida, por eso escribo esta carta, tengo pensado dejarla debajo de una gran piedra, para que el amenazante viento no se la pueda llevar, estoy seguro que algún día alguien la encontrará, por que también estoy seguro que alguien algún día encontrará en este lugar su destino, casi estoy completamente seguro de que esto sucederá, por que alguien aqui mismo, como yo, verá los azules ojos de su destino, yo se los he visto hace unos minutos, al final de este majestuoso acantilado, me ha mirado fijamente, me ha sonreido e incluso le he oido decir que me espera con los brazos abiertos, asi que concluyo esta carta esperando que quien la lea en el futuro sepa que quizás hubiera sido una de esas personas importantes en mi vida, por ejemplo mi mejor amigo.

 

 

Horacio Dos.

 

 

Pueblanueva del Conde, Galicia, 24 de Agosto de 2008.

 

Hola Esperanza, esta mañana salí como de costumbre a pasear con nuestro fiel labrador Tino, como todas las mañanas desde que nos mudamos a estas tierras, he estado paseando por estos preciosos acantilados, hoy he descubierto esta carta que Tino lleva anudada al cuello junto a esta otra que te escribo yo, después de leerla me he asomado al mismo acantilado que se asomó hace justo un año Horacio, y te resultará increible, pero he visto la misma azul mirada de mi destino, su sonrisa y sus brazos abiertos, después de tantos años buscándolo resulta que he tenido que encontrar un mapa emocional para encontrarlo.

Adiós Esperanza, gracias por todo, en unos minutos podré rodear con mi brazo el cuello de Horacio y entre carcajadas podré decirle "¿Qué tal todo amigo?"

 

Carlos Deza.

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Uploaded on September 11, 2008
Taken on September 6, 2008