Eneas Pedro
Castillo de Alba y Aliste - Zamora
www.facebook.com/groups/historicoscastillos/
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Manuel Gómez Melero visitó el castillo de Alba de Aliste a comienzos del siglo XX y dejó esta visión del lugar: "El sitio para fortaleza primitiva resulta excelente, con el río al oeste, en el hondo de espantosos tajos, un arroyo ciñéndose de este a oeste, y acceso único hacia el sur por un breve istmo".
"Virgilio Sevillano acentuó, años más tarde, la fuerza del paisaje calificándolo de dantesco y comparable a los "arribes" del Duero.
El embalse de Ricobayo inundó parte del agresivo paisaje de rocas cortadas sobre el cauce del Aliste. A pesar de eso, la silueta del viejo castillo continúa mostrando una sorprendente belleza, los restos de las torres, aún erguida, se resiste a morir, vigiladas por el azor, los lienzos rotos de las murallas gimen con el viento contándose en un singular horizonte de rocas, agua, colinas y encinares que ofrecen una visión difícil de olvidar.
Alba de Aliste (1190-1564) de Manuel Gómez Ríos.
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Manuel Gómez Melero visitó el castillo de Alba de Aliste a comienzos del siglo XX y dejó esta visión del lugar: "El sitio para fortaleza primitiva resulta excelente, con el río al oeste, en el hondo de espantosos tajos, un arroyo ciñéndose de este a oeste, y acceso único hacia el sur por un breve istmo".
"Virgilio Sevillano acentuó, años más tarde, la fuerza del paisaje calificándolo de dantesco y comparable a los "arribes" del Duero.
El embalse de Ricobayo inundó parte del agresivo paisaje de rocas cortadas sobre el cauce del Aliste. A pesar de eso, la silueta del viejo castillo continúa mostrando una sorprendente belleza, los restos de las torres, aún erguida, se resiste a morir, vigiladas por el azor, los lienzos rotos de las murallas gimen con el viento contándose en un singular horizonte de rocas, agua, colinas y encinares que ofrecen una visión difícil de olvidar.
Alba de Aliste (1190-1564) de Manuel Gómez Ríos.