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Alegorías de De la Fosse bajo el Domo

Sintiéndolo mucho, queridos contactos, continúo "dando la vara" con la serie de París (aún estoy en la cuarta jornada de siete...).

 

El mismo día en que visitamos la catedral de Saint Denis y que nos pateamos media ciudad (pasando por el Puente de los Enamorados) andando, decidimos entrar en Los Inválidos, ya que la vez anterior solo lo llegamos a ver por fuera y nos quedamos con las ganas de contemplar su interior.

 

Pues bien. A partir de las 17:00 horas, la entrada es algo más barata que el resto del día, por lo que decidimos aprovechar la "oferta". Sin embargo, prácticamente todo cierra a las seis (torpes nosotros que no nos dimos cuenta del detalle), o lo que es lo mismo, a las 17:30 porque te van echando literalmente de las salas. ¡Por Dios, si queda media hora! Da igual. Te echan. Así que nada, a verlo todo deprisa y corriendo y a dejarte medio complejo sin visitar.

 

Sin duda alguna, entrar en la iglesia merece la pena. Fue construida con posterioridad a los edificios principales. Luis XIV, el monarca reinante en el momento, quiso que soldados y rey pudieran acudir a la misma misa, pero sin que el soberano se mezclase con el resto, para lo cual, se decidió erigir dos iglesias separadas, pero con continuidad arquitectónica.

 

Como podréis adivinar, la maravilla que contemplamos en la imagen corresponde a la Iglesia del Domo, la del monarca y toda la realeza. Desde esa misma posición, pero echando la vista hacia abajo, veríamos el sarcófago de Napoleón Bonaparte (que viene a ser como una matriosca), situado en la cripta, a seis metros de profundidad. No muy lejos de aquí, también está el de Pepe Botella, algo más humilde y sin tantas cajas dentro de otras cajas (por eso decía lo de la matriosca).

 

En resumidas cuentas, todo ello imponente, tanto por dentro, como por fuera.

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Uploaded on October 2, 2010
Taken on July 27, 2010