Elegancia y sobriedad
El Puente románico sobre el río Arga, mandado construir, según la tradición, por una reina desconocida es de grácil figura y una hermosa esbeltez, siendo uno de los puentes medievales más importantes de Europa.
Es uno de los ejemplos de arquitectura civil más interesantes del Camino de Santiago en Navarra y punto de encuentro de peregrinos que han tejido a lo largo de los siglos miles de historias y leyendas.
Las aguas del río Arga, que discurre bajo la imponente arcada del centenario puente, susurran los más sorprendentes relatos a los viajeros que se dejan cautivar por su murmullo. Sólo hay que prestar atención y podrá escuchar la pintoresca leyenda del "txori".
Tuvo 3 torres defensivas, dos en sus extremos y otra central, en la que se ubicaba la imagen renacentista de la Virgen del Puy o del Txori.
En torno a esta virgen existe una leyenda que cuenta que la imagen recibía la visita de un pajarillo ("txori" en euskera), que la cuidaba y acicalaba quitándole las telarañas de sus alas y lavándole la cara con agua que recogía en el Arga. Dicen que el día que aparecía el "txori" se echaban las campanas al vuelo y se celebraban fiestas religiosas.
Elegancia y sobriedad
El Puente románico sobre el río Arga, mandado construir, según la tradición, por una reina desconocida es de grácil figura y una hermosa esbeltez, siendo uno de los puentes medievales más importantes de Europa.
Es uno de los ejemplos de arquitectura civil más interesantes del Camino de Santiago en Navarra y punto de encuentro de peregrinos que han tejido a lo largo de los siglos miles de historias y leyendas.
Las aguas del río Arga, que discurre bajo la imponente arcada del centenario puente, susurran los más sorprendentes relatos a los viajeros que se dejan cautivar por su murmullo. Sólo hay que prestar atención y podrá escuchar la pintoresca leyenda del "txori".
Tuvo 3 torres defensivas, dos en sus extremos y otra central, en la que se ubicaba la imagen renacentista de la Virgen del Puy o del Txori.
En torno a esta virgen existe una leyenda que cuenta que la imagen recibía la visita de un pajarillo ("txori" en euskera), que la cuidaba y acicalaba quitándole las telarañas de sus alas y lavándole la cara con agua que recogía en el Arga. Dicen que el día que aparecía el "txori" se echaban las campanas al vuelo y se celebraban fiestas religiosas.