En cualquier lugar...
Catedral de Salamanca
Bóvedas
Igual que de entre las quimeras de un sueño,
irguiéndose sobre desconcertantes torturas,
se alza el nuevo día: asi salen los nervios
de la bóveda desde el confuso capitel.
Y dejan dentro, apretadas y enigmáticamente
enredadas, criaturas que baten las alas;
su vacilación y la brusquedad de las cabezas
y aquellas fuertes hojas cuya savia se eleva.
Como estallido de cólera, volcándose al final
en un gesto rápido, que se apelotona
y se mantiene afuera... todo corriendo hacia arriba,
lo que una y otra vez vuelve a caer con la tiniebla,
frío, trayendo, como la lluvia, preocupaciones
para mantener este antiguo crecimiento.
Rainer Maria R.
En cualquier lugar...
Catedral de Salamanca
Bóvedas
Igual que de entre las quimeras de un sueño,
irguiéndose sobre desconcertantes torturas,
se alza el nuevo día: asi salen los nervios
de la bóveda desde el confuso capitel.
Y dejan dentro, apretadas y enigmáticamente
enredadas, criaturas que baten las alas;
su vacilación y la brusquedad de las cabezas
y aquellas fuertes hojas cuya savia se eleva.
Como estallido de cólera, volcándose al final
en un gesto rápido, que se apelotona
y se mantiene afuera... todo corriendo hacia arriba,
lo que una y otra vez vuelve a caer con la tiniebla,
frío, trayendo, como la lluvia, preocupaciones
para mantener este antiguo crecimiento.
Rainer Maria R.