Diamante entre diamantes
Patrimonio Cultural de la humanidad, La Habana vieja y sus reliquias te transportan en el tiempo. Cada rincón te lleva a esa ciudad de antaño, amurallada, con múltiples estilos arquitectónicos que reflejan la influencia de las colectividades que vivieron y sintieron este lugar. Es una invitación constante a la historia, las artes y al disfrute de sus calles, su música y esa gente linda que hacen de La Habana Vieja un lugar soñado.Una ciudad increíblemente bella, con el sabor de su historia y la alegría de su gente.
Una ciudad en vías de restauración, hay tanto por hacer y tan poco dinero...lo primero es comer.Unos palacetes que en su día tuvieron que ser una maravilla.
Lo que siento es que fueron pocos días en la Habana: está repleta de rincones deliciosos para disfrute de los que amamos la fotografía.
Un destino que recomiendo sin temor a equivocarme a todos los que deseen retroceder cincuenta años de un golpe y ver además todo el esplendor colonial del imperio que no supo conservar su poder y además dilapidó sus riquezas.
Hoy os dejo la belleza de este teatro, ya restaurado, por la Unesco y que como dijo Alejo Carpentier, el gran novelista cubano y aficionado a la arquitectura: " Un estilo sin estilo que, a la larga, por proceso de simbiosis, se amalgama, se erige en un barroquismo peculiar". Con estas palabras se refería al ornamentado y neobarroco Gran Teatro Alicia Alonso.
Diamante entre diamantes
Patrimonio Cultural de la humanidad, La Habana vieja y sus reliquias te transportan en el tiempo. Cada rincón te lleva a esa ciudad de antaño, amurallada, con múltiples estilos arquitectónicos que reflejan la influencia de las colectividades que vivieron y sintieron este lugar. Es una invitación constante a la historia, las artes y al disfrute de sus calles, su música y esa gente linda que hacen de La Habana Vieja un lugar soñado.Una ciudad increíblemente bella, con el sabor de su historia y la alegría de su gente.
Una ciudad en vías de restauración, hay tanto por hacer y tan poco dinero...lo primero es comer.Unos palacetes que en su día tuvieron que ser una maravilla.
Lo que siento es que fueron pocos días en la Habana: está repleta de rincones deliciosos para disfrute de los que amamos la fotografía.
Un destino que recomiendo sin temor a equivocarme a todos los que deseen retroceder cincuenta años de un golpe y ver además todo el esplendor colonial del imperio que no supo conservar su poder y además dilapidó sus riquezas.
Hoy os dejo la belleza de este teatro, ya restaurado, por la Unesco y que como dijo Alejo Carpentier, el gran novelista cubano y aficionado a la arquitectura: " Un estilo sin estilo que, a la larga, por proceso de simbiosis, se amalgama, se erige en un barroquismo peculiar". Con estas palabras se refería al ornamentado y neobarroco Gran Teatro Alicia Alonso.