…No profane mi palacio un fementido traidor…
*
*
* Detalle de la parte superior de las dependencias del Castillo de los Condes de Cabra en la ciudad de Cabra de Córdoba, (La Igabrum tartesso-romana). Centro geográfico de Andalucía.
* El Castillo de Cabra, entendido como tal, data del siglo IX de nuestra era. Hasta sus murallas llegó, en el siglo XI, El Cid Campeador batallando en favor del Rey Moro de Sevilla. Aquí le mesó las barbas al Conde, hecho este que fue recogido en El Cantar de Mio Cid.
En el siglo XIII fue propiedad de Doña Leonor de Guzmán, la famosa amante del Rey Alfonso XI, (El Justiciero) con quien tuvo diez hijos.
Desde el siglo XV hasta finales del XIX, pasó a poder de los Condes de Cabra.
A comienzos del XX, fue vendido a las monjas Escolapias quienes lo convirtieron en Colegio, y así continúa hasta el día de hoy.
Actualmente está considerado dicho Castillo y sus dependencias como Bien de Interés Cultural.
.
* Me parece muy conveniente traer aquí al recuerdo aquellos versos del poeta cordobés, Ángel de Saavedra, Duque de Rivas tan ilustrativos en esta ocasión:
Hola, hidalgos y escuderos
de mi alcurnia y mi blasón,
mirad, como bien nacidos,
de mi sangre y casa en pro.
Esas puertas se defiendan,
que no ha de entrar, ¡vive Dios!,
por ellas, quien no estuviere
más limpio que lo está el sol.
No profane mi palacio
un fementido traidor,
que contra su rey combate
y que a su patria vendió.
Pues si él es de reyes primo,
primo de reyes soy yo;
y conde de Benavente,
si él es duque de Borbón.
Llevándole de ventaja,
que nunca jamás manchó
la traición mi noble sangre,
y haber nacido español.
(ÁNGEL DE SAAVEDRA. Un castellano leal.)
…No profane mi palacio un fementido traidor…
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* Detalle de la parte superior de las dependencias del Castillo de los Condes de Cabra en la ciudad de Cabra de Córdoba, (La Igabrum tartesso-romana). Centro geográfico de Andalucía.
* El Castillo de Cabra, entendido como tal, data del siglo IX de nuestra era. Hasta sus murallas llegó, en el siglo XI, El Cid Campeador batallando en favor del Rey Moro de Sevilla. Aquí le mesó las barbas al Conde, hecho este que fue recogido en El Cantar de Mio Cid.
En el siglo XIII fue propiedad de Doña Leonor de Guzmán, la famosa amante del Rey Alfonso XI, (El Justiciero) con quien tuvo diez hijos.
Desde el siglo XV hasta finales del XIX, pasó a poder de los Condes de Cabra.
A comienzos del XX, fue vendido a las monjas Escolapias quienes lo convirtieron en Colegio, y así continúa hasta el día de hoy.
Actualmente está considerado dicho Castillo y sus dependencias como Bien de Interés Cultural.
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* Me parece muy conveniente traer aquí al recuerdo aquellos versos del poeta cordobés, Ángel de Saavedra, Duque de Rivas tan ilustrativos en esta ocasión:
Hola, hidalgos y escuderos
de mi alcurnia y mi blasón,
mirad, como bien nacidos,
de mi sangre y casa en pro.
Esas puertas se defiendan,
que no ha de entrar, ¡vive Dios!,
por ellas, quien no estuviere
más limpio que lo está el sol.
No profane mi palacio
un fementido traidor,
que contra su rey combate
y que a su patria vendió.
Pues si él es de reyes primo,
primo de reyes soy yo;
y conde de Benavente,
si él es duque de Borbón.
Llevándole de ventaja,
que nunca jamás manchó
la traición mi noble sangre,
y haber nacido español.
(ÁNGEL DE SAAVEDRA. Un castellano leal.)