Antonio Roldán García
LOS PAISAJES Y EL AMOR
PODRÁS ROZAR LA LUNA SI SUBES A LA MONTAÑA
(A Jesús Roldán Ramírez que posó como modelo
de “San Sebastián” y tiene cuatro flechas clavadas.)
"Mi San Sebastián". Foto propia para ilustrar un corpus de cinco poemas del libro de poesía
LOS PAISAJES Y EL AMOR.
de Antonio Roldán García.
============================================
I
Nacido para un hemisferio en movimiento
tu energía te impele mi Jesús
a emprender la marcha sin posibilidad de retroceso
ni pabellón confortante de avituallamiento
Súbete en tu velocípedo
pues has de compartir junto a mí este recorrido
con tu joven masculinidad de renovado jacinto
y pedalearemos el paradigma de este menester
entre tramos de olivares y pespuntes de la sierra
Descansaremos al descampado
bajo la cúpula estrellada
contaremos las fugaces y trashumarán hasta tu lado
las Pléyades y Aldebarán
Sirio Orión y Casiopea para colarse
en tus ojos de nobleza y zurcir
tu sueño de futuro sobre el surco recostado
Cuando se vaya entreabriendo la mañana
y escuchemos el preludio de la alondra
en la sinfonía triunfal del periastro
tú solo blindado con mis alas
volarás a la cumbre de la montaña
y allí podrás rozar la luna con tus dedos
que ya se aleja por la rayura del alba
Ven después a contarme tu aventura
que hemos de retomar la carretera
Diana ha bruñido con su lija argentada
el manillar y los radios de las bicicletas.
II
Tric-trac tric-trac tric-trac
El vals sutil del ritmo acompasado
ha cedido a tus piernas su andaraje
Tric-trac tric-trac tric-trac
Mi sudor se acomoda a los pedales
y al maillot que se adhiere a mi costado
Tric-trac tric-trac tric-trac
Ya refulge el sol en tu visera
y tus cejas se fruncen al intento
Tric-trac tric-trac tric-trac
Yo sonrío en mi placer y acelero
y te observo tenaz en la carrera
Tric-trac tric-trac tric-trac
La luna que tocaste en tu hazaña
ha teñido de oscuro tu entrecejo
Tric-trac tric-trac tric-trac
La cruz de mis rodillas dobla el eco
de tu valiente gesta maniobrada
III
Nos detendremos a la vera de esta fuente
a la sombra del nogal que la protege
vamos a reponer las fuerzas gastadas
con el thalir y las galletas de los elfos
Cuéntame tus desvelos
háblame de tus proyectos y tu vida
de los amigos con los que despliegas la risa
el estudio la sintonía de tu último suspiro
porque si no te dañó el roce de la luna
podrás devorar el mundo entero
con el aura que asestó sobre ti su sortilegio
y el crescendo que yo acomode en tus espaldas
A la tarde llégate
al crepúsculo por donde Apolo se asoma
pues yo no pude a los veinte años
y ahora me vence el cansancio
de esta jornada de ciclista
Asciende allí
la claridad se licua en mistela
y es fácil recogerla en una vasija
A eso de la nueve el arrebol está bajito por el horizonte
gira la dirección hacia la nube
y colma el acuario que te solicito
IV
Cabe las hojas verdes
de este árbol desmesurado
prepararé algo de cenar tarareando las canciones
aquellas que tu madre musitaba mientras
te arrullaba entre sus brazos
“a este niño hay que enseñarle
a despertar con violines
y a dormirse con timbales”
Atenderé tu retorno
pletórico de alhajas que tremolan pedazos de cielo
y saciaré la sed con la corriente
de este manantío que nos ampara
“mi niño es un pensamiento
que aún tiene aroma de rosas
para vivir sin saberlo”
Ea mi Jesús
tú sube al venero que te llama
Asciende hasta la altura
Llena tu cantimplora de luz
Con astucia cambia de piñón a la cadena
para que no te atrape el olímpico remolino
Vuelve como el ungido regenerado de un signo zodiacal
que la noche no te acorrale en su luminaria
y no pueda atraparte con su magia
que hemos de dormir en la alfombra de esta tierra
ebrios del nimbo crepuscular
Entonces resplandeceremos
con armadura de luciérnagas
y el destello arrebatado a los espacios siderales
será hebra que nos hilvane en aureola
V
Amanecerás junto a mi mochila de viaje
y disfrutaré tu púber afeitado que acapara
el pentagrama de mi adagio
en un despertar de complicidad sonriente
Brotarán campanitas y celindas
en los rabillos del ojo
Arrecifes y delfines combatirán en la yerba
que crece paciente bajo al pretil rumoroso
del hontanar
Y podremos en singladura melodiosa cruzar la bóveda
milenaria del pueblo volando en bicicleta
extensamente lumínicos por el resplandor de las plumas
nuevo Ícaro no derrotado
El trayecto
verterá sobre los jarales
un torrente diáfano
y las aguas ocultas
rebosarán por las ojeras violetas del oriente
inundando el valle
por donde florecen las veredas
de besanas y olas y esmeraldas.
LOS PAISAJES Y EL AMOR
PODRÁS ROZAR LA LUNA SI SUBES A LA MONTAÑA
(A Jesús Roldán Ramírez que posó como modelo
de “San Sebastián” y tiene cuatro flechas clavadas.)
"Mi San Sebastián". Foto propia para ilustrar un corpus de cinco poemas del libro de poesía
LOS PAISAJES Y EL AMOR.
de Antonio Roldán García.
============================================
I
Nacido para un hemisferio en movimiento
tu energía te impele mi Jesús
a emprender la marcha sin posibilidad de retroceso
ni pabellón confortante de avituallamiento
Súbete en tu velocípedo
pues has de compartir junto a mí este recorrido
con tu joven masculinidad de renovado jacinto
y pedalearemos el paradigma de este menester
entre tramos de olivares y pespuntes de la sierra
Descansaremos al descampado
bajo la cúpula estrellada
contaremos las fugaces y trashumarán hasta tu lado
las Pléyades y Aldebarán
Sirio Orión y Casiopea para colarse
en tus ojos de nobleza y zurcir
tu sueño de futuro sobre el surco recostado
Cuando se vaya entreabriendo la mañana
y escuchemos el preludio de la alondra
en la sinfonía triunfal del periastro
tú solo blindado con mis alas
volarás a la cumbre de la montaña
y allí podrás rozar la luna con tus dedos
que ya se aleja por la rayura del alba
Ven después a contarme tu aventura
que hemos de retomar la carretera
Diana ha bruñido con su lija argentada
el manillar y los radios de las bicicletas.
II
Tric-trac tric-trac tric-trac
El vals sutil del ritmo acompasado
ha cedido a tus piernas su andaraje
Tric-trac tric-trac tric-trac
Mi sudor se acomoda a los pedales
y al maillot que se adhiere a mi costado
Tric-trac tric-trac tric-trac
Ya refulge el sol en tu visera
y tus cejas se fruncen al intento
Tric-trac tric-trac tric-trac
Yo sonrío en mi placer y acelero
y te observo tenaz en la carrera
Tric-trac tric-trac tric-trac
La luna que tocaste en tu hazaña
ha teñido de oscuro tu entrecejo
Tric-trac tric-trac tric-trac
La cruz de mis rodillas dobla el eco
de tu valiente gesta maniobrada
III
Nos detendremos a la vera de esta fuente
a la sombra del nogal que la protege
vamos a reponer las fuerzas gastadas
con el thalir y las galletas de los elfos
Cuéntame tus desvelos
háblame de tus proyectos y tu vida
de los amigos con los que despliegas la risa
el estudio la sintonía de tu último suspiro
porque si no te dañó el roce de la luna
podrás devorar el mundo entero
con el aura que asestó sobre ti su sortilegio
y el crescendo que yo acomode en tus espaldas
A la tarde llégate
al crepúsculo por donde Apolo se asoma
pues yo no pude a los veinte años
y ahora me vence el cansancio
de esta jornada de ciclista
Asciende allí
la claridad se licua en mistela
y es fácil recogerla en una vasija
A eso de la nueve el arrebol está bajito por el horizonte
gira la dirección hacia la nube
y colma el acuario que te solicito
IV
Cabe las hojas verdes
de este árbol desmesurado
prepararé algo de cenar tarareando las canciones
aquellas que tu madre musitaba mientras
te arrullaba entre sus brazos
“a este niño hay que enseñarle
a despertar con violines
y a dormirse con timbales”
Atenderé tu retorno
pletórico de alhajas que tremolan pedazos de cielo
y saciaré la sed con la corriente
de este manantío que nos ampara
“mi niño es un pensamiento
que aún tiene aroma de rosas
para vivir sin saberlo”
Ea mi Jesús
tú sube al venero que te llama
Asciende hasta la altura
Llena tu cantimplora de luz
Con astucia cambia de piñón a la cadena
para que no te atrape el olímpico remolino
Vuelve como el ungido regenerado de un signo zodiacal
que la noche no te acorrale en su luminaria
y no pueda atraparte con su magia
que hemos de dormir en la alfombra de esta tierra
ebrios del nimbo crepuscular
Entonces resplandeceremos
con armadura de luciérnagas
y el destello arrebatado a los espacios siderales
será hebra que nos hilvane en aureola
V
Amanecerás junto a mi mochila de viaje
y disfrutaré tu púber afeitado que acapara
el pentagrama de mi adagio
en un despertar de complicidad sonriente
Brotarán campanitas y celindas
en los rabillos del ojo
Arrecifes y delfines combatirán en la yerba
que crece paciente bajo al pretil rumoroso
del hontanar
Y podremos en singladura melodiosa cruzar la bóveda
milenaria del pueblo volando en bicicleta
extensamente lumínicos por el resplandor de las plumas
nuevo Ícaro no derrotado
El trayecto
verterá sobre los jarales
un torrente diáfano
y las aguas ocultas
rebosarán por las ojeras violetas del oriente
inundando el valle
por donde florecen las veredas
de besanas y olas y esmeraldas.