Antonio MEDIAVILLA
DÍAS DE FORTUNA
De esos campeos inolvidables. Ha pasado ya un tiempo y todavía en cada hollar de bosque voy soñando con algo parecido y así llevo más de 4 años sin conseguirlo pero con la ilusión renovada en cada amanecer.
No hay ningún secreto en esta fotografía pero sí la conjunción de tantos pequeños hábitos aprendidos transitando bosques con la indomable fortuna. Madrugada de lluvia fina, que sin calarte así de primeras te permite moverte en silencio sobre el lecho de hojas de roble, el camuflaje integral de la cabeza a los pies, la vista y el oído en la instintiva alerta cuando uno se adentra en tierra de lobos, la quietud frecuente para hacer esperas y poder abarcar con los sentidos el paisaje que a menudo esconde lo mejor si vamos demasiado rápidos y claro, la visita de la esquiva suerte.
La fotografía es sin dudas muy mejorable en enfoque, en composición; solo yo sé todos los defectos que tiene pero este lobo a pesar de mi alerta se metió literalmente en mi zona de seguridad donde nunca pensé que lo hiciera. Sin tiempo de apoyar la cámara en el monopie, a pulso y con la funda de lluvia entorpeciendo la visión y manipulación de los parámetros de la cámara hasta llegar tan cerca que solo las dos cabezas ocupaban todo el visor. Entonces fue consciente del ruido del obturador y sin aparente alarma, dio media vuelta y se perdió en la trama del robledal.
La imagen tiene para mi un carácter icónico sacando a la luz el comportamiento depredador del lobo. La zona donde está tomada la fotografía es un hábitat de media montaña con abundancia de ciervo y jabalí, además de ganadería vacuna y caballar en extensivo. Llevo años disfrutando a través de rastros, señales y carroñas del sigiloso existir de esta manada como para conocer de su preferencia por las presas salvajes. A pesar de ello en la comarca el lobo sigue demonizado como azote y perdición de los ganaderos a la vez que se justifican batidas por otra supuesta superpoblación de jabalís donde también se extraen lobos. Por eso creo en el poder de esta imagen para ilustrar una realidad tozuda y ancestral, enfrentada a argumentos interesados de colectivos interesados amparados por acomodaticias administraciones.
DÍAS DE FORTUNA
De esos campeos inolvidables. Ha pasado ya un tiempo y todavía en cada hollar de bosque voy soñando con algo parecido y así llevo más de 4 años sin conseguirlo pero con la ilusión renovada en cada amanecer.
No hay ningún secreto en esta fotografía pero sí la conjunción de tantos pequeños hábitos aprendidos transitando bosques con la indomable fortuna. Madrugada de lluvia fina, que sin calarte así de primeras te permite moverte en silencio sobre el lecho de hojas de roble, el camuflaje integral de la cabeza a los pies, la vista y el oído en la instintiva alerta cuando uno se adentra en tierra de lobos, la quietud frecuente para hacer esperas y poder abarcar con los sentidos el paisaje que a menudo esconde lo mejor si vamos demasiado rápidos y claro, la visita de la esquiva suerte.
La fotografía es sin dudas muy mejorable en enfoque, en composición; solo yo sé todos los defectos que tiene pero este lobo a pesar de mi alerta se metió literalmente en mi zona de seguridad donde nunca pensé que lo hiciera. Sin tiempo de apoyar la cámara en el monopie, a pulso y con la funda de lluvia entorpeciendo la visión y manipulación de los parámetros de la cámara hasta llegar tan cerca que solo las dos cabezas ocupaban todo el visor. Entonces fue consciente del ruido del obturador y sin aparente alarma, dio media vuelta y se perdió en la trama del robledal.
La imagen tiene para mi un carácter icónico sacando a la luz el comportamiento depredador del lobo. La zona donde está tomada la fotografía es un hábitat de media montaña con abundancia de ciervo y jabalí, además de ganadería vacuna y caballar en extensivo. Llevo años disfrutando a través de rastros, señales y carroñas del sigiloso existir de esta manada como para conocer de su preferencia por las presas salvajes. A pesar de ello en la comarca el lobo sigue demonizado como azote y perdición de los ganaderos a la vez que se justifican batidas por otra supuesta superpoblación de jabalís donde también se extraen lobos. Por eso creo en el poder de esta imagen para ilustrar una realidad tozuda y ancestral, enfrentada a argumentos interesados de colectivos interesados amparados por acomodaticias administraciones.