matparedes
¿Últimos pasos de un ciclo?
Incertidumbre. Creo que esa palabra caracteriza en buena medida la parte final de este proceso de práctica profesional. El colegio queda en el mismo estado en el que se encontraba al principio: en toma. Aunque es mucho lo que ha sucedido en estos meses, como para pensar que se trata de la misma situación.
No habría podido imaginar que tan solo un par de días luego de la imposición de un retorno a la "normalidad" por parte de la municipalidad de Concepción a los establecimientos municipales, el colegio volvería a amanecer tomado por los estudiantes. Como medida de protesta ante la normalidad impuesta. Como medida de libertad y rebeldía ante un intento de retomar las actividades cotidianas e ignorar el estado de crisis, revolución y despertar social que sucedía en las calles de Concepción y del resto de Chile.
Vuelta a la contradicción de siempre en mi caso. Por un lado, esto me parecía genial, fue una especie de golpe sorpresivo que nos anonadó a todos ese día jueves 7 de noviembre a las 8.00 horas de la mañana. El día anterior habíamos sostenido reuniones con los profesores y directivos, esforzándonos por reprogramar clases, contenidos y evaluaciones pendientes, con miras a terminar el año "de la mejor manera posible". Los estudiantes deliberaban en asambleas durante los recreos, mientras que en los tiempos de clase se palpaba un desánimo y un desinterés por los contenidos curriculares que se reflejaba directamente en la feroz inasistencia de esos días: cinco estudiantes en la sala. Muchos apoderados tenían miedo de enviar a sus hijos al colegio en medio de todo el "caos social", donde las violentas represiones de carabineros y militares dañaban a montones de personas que simplemente transitaban por la calle en un momento desafortunado. Ni hablar de las personas que intentaban ejercer su derecho a manifestarse. Esas fueron y son las más abusadas, retratadas como delincuentes por los discursos mediáticos.
No sé si habrá servido de algo el haber pasado como contenido esa distinción de los tipos de discurso y las intenciones que podían tener los emisores para expresarse de determinadas formas. Muchos estudiantes captaron la poderosa manipulación que existía en diversas áreas que empleaban el lenguaje, por medio de ese discurso "objetivo", que presentaba los hechos como verdades gracias al distanciamiento (y encubrimiento) de la tercera persona. Me sorprendió que pese a ello, "buenos estudiantes" hayan respondido en la evaluación de contenidos "que la noticia era un género caracterizado por su objetividad y por su neutralidad, que relataba los hechos tal cual habían sucedido".
Lamentablemente esa es la definición obligada para las pruebas estandarizadas, es algo que les hicimos saber. Me parece muy afortunado que eso haya quedado al descubierto en estos días, aunque aún haya motones de personas que sigan creyendo en la veracidad de noticieros, en las distintas "verdades" sobre las que se sostiene este "sistema", donde el "sistema educativo" es uno más entre tantos eslabones que sustentan al poder.
Me quedo con la incertidumbre y la duda de siempre. Todo este despertar me ha parecido fantástico, un verdadero proceso de crecimiento y cambio social. A la vez he quedado asqueado de la violencia represiva con que los distintos detentadores de poder han "hecho frente" a esta situación. También he quedado asqueado de ver tantas personas condicionadas, dentro y fuera del colegio, que realmente creen en los estratégicos discursos de vandalismo y guerra social, presentados con "objetividad".
También me pregunto: ¿Volverá todo a la "normalidad? ¿Es posible realizar algún tipo de aporte? ¿Cuál es la dirección "adecuada" para una nueva enseñanza, que permita un desarrollo más libre y completo de los nuevos seres humanos? ¿Es acaso "la verdad" una tierra sin caminos? ¿Hasta cuándo vetarán los plurales inclusivos bajo una rancia autoridad normativa? ¿Encontraré trabajo de profesor?
Hoy es momento de firmar papeles y despedirme con gratitud de las personas que acompañaron mi práctica profesional en el Colegio Brasil. Me voy contento de haber compartido desde la dimensión humana. Mantengo mis dudas de siempre ante la "sacralización" de los contenidos impuesta silenciosamente por nuestro "querido" sistema. ¿Sirven acaso para validarse cuando uno tiene miedo de lo nuevo?
¿Últimos pasos de un ciclo?
Incertidumbre. Creo que esa palabra caracteriza en buena medida la parte final de este proceso de práctica profesional. El colegio queda en el mismo estado en el que se encontraba al principio: en toma. Aunque es mucho lo que ha sucedido en estos meses, como para pensar que se trata de la misma situación.
No habría podido imaginar que tan solo un par de días luego de la imposición de un retorno a la "normalidad" por parte de la municipalidad de Concepción a los establecimientos municipales, el colegio volvería a amanecer tomado por los estudiantes. Como medida de protesta ante la normalidad impuesta. Como medida de libertad y rebeldía ante un intento de retomar las actividades cotidianas e ignorar el estado de crisis, revolución y despertar social que sucedía en las calles de Concepción y del resto de Chile.
Vuelta a la contradicción de siempre en mi caso. Por un lado, esto me parecía genial, fue una especie de golpe sorpresivo que nos anonadó a todos ese día jueves 7 de noviembre a las 8.00 horas de la mañana. El día anterior habíamos sostenido reuniones con los profesores y directivos, esforzándonos por reprogramar clases, contenidos y evaluaciones pendientes, con miras a terminar el año "de la mejor manera posible". Los estudiantes deliberaban en asambleas durante los recreos, mientras que en los tiempos de clase se palpaba un desánimo y un desinterés por los contenidos curriculares que se reflejaba directamente en la feroz inasistencia de esos días: cinco estudiantes en la sala. Muchos apoderados tenían miedo de enviar a sus hijos al colegio en medio de todo el "caos social", donde las violentas represiones de carabineros y militares dañaban a montones de personas que simplemente transitaban por la calle en un momento desafortunado. Ni hablar de las personas que intentaban ejercer su derecho a manifestarse. Esas fueron y son las más abusadas, retratadas como delincuentes por los discursos mediáticos.
No sé si habrá servido de algo el haber pasado como contenido esa distinción de los tipos de discurso y las intenciones que podían tener los emisores para expresarse de determinadas formas. Muchos estudiantes captaron la poderosa manipulación que existía en diversas áreas que empleaban el lenguaje, por medio de ese discurso "objetivo", que presentaba los hechos como verdades gracias al distanciamiento (y encubrimiento) de la tercera persona. Me sorprendió que pese a ello, "buenos estudiantes" hayan respondido en la evaluación de contenidos "que la noticia era un género caracterizado por su objetividad y por su neutralidad, que relataba los hechos tal cual habían sucedido".
Lamentablemente esa es la definición obligada para las pruebas estandarizadas, es algo que les hicimos saber. Me parece muy afortunado que eso haya quedado al descubierto en estos días, aunque aún haya motones de personas que sigan creyendo en la veracidad de noticieros, en las distintas "verdades" sobre las que se sostiene este "sistema", donde el "sistema educativo" es uno más entre tantos eslabones que sustentan al poder.
Me quedo con la incertidumbre y la duda de siempre. Todo este despertar me ha parecido fantástico, un verdadero proceso de crecimiento y cambio social. A la vez he quedado asqueado de la violencia represiva con que los distintos detentadores de poder han "hecho frente" a esta situación. También he quedado asqueado de ver tantas personas condicionadas, dentro y fuera del colegio, que realmente creen en los estratégicos discursos de vandalismo y guerra social, presentados con "objetividad".
También me pregunto: ¿Volverá todo a la "normalidad? ¿Es posible realizar algún tipo de aporte? ¿Cuál es la dirección "adecuada" para una nueva enseñanza, que permita un desarrollo más libre y completo de los nuevos seres humanos? ¿Es acaso "la verdad" una tierra sin caminos? ¿Hasta cuándo vetarán los plurales inclusivos bajo una rancia autoridad normativa? ¿Encontraré trabajo de profesor?
Hoy es momento de firmar papeles y despedirme con gratitud de las personas que acompañaron mi práctica profesional en el Colegio Brasil. Me voy contento de haber compartido desde la dimensión humana. Mantengo mis dudas de siempre ante la "sacralización" de los contenidos impuesta silenciosamente por nuestro "querido" sistema. ¿Sirven acaso para validarse cuando uno tiene miedo de lo nuevo?