Antonio Ventaja
Virgen de los Ángeles (1385). Pere Serra. Museu Nacional d´Art de Catalunya
Discípulos de Destorrents, los componentes de la familia Serra dominarán la segunda mitad del XIV con una pintura delicada y refinada que más tarde será desplazada por los nuevos planteamientos de Borrasá o Huguet.
Esta espléndida tabla central y los dos cuerpos de predela con santos (que en su día debían de flanquear un sagrario) son las únicas partes conservadas de un retablo.
Dedicado a la Virgen María, fue pintado para una de las capillas de la girola de la catedral de Tortosa, probablemente hacia la década de los años ochenta del siglo XIV. El compartimento de la Virgen con el Niño rodeados de ángeles músicos es una versión de gran delicadeza y refinamiento de un tipo iconográfico que gozó de una fortuna inmensa en la época.
En esta bella pintura, la Virgen está sentada en un trono rodeada de ángeles músicos. Sostiene al Niño y retiene con delicadeza el hilo atado al pájaro que Jesús tiene en la mano. María lleva una túnica dorada y un manto azul oscuro con dibujos que representan pájaros rodeados de guirnaldas (rasgo característico de las Vírgenes de Serra). La bella línea de su manto, su pose, sus rasgos, sus manos graciosas, el afectuoso Niño, los exquisitos ángeles así como el colorido, hacen de la Virgen de Pere Serra un claro exponente de los estrechos vínculos que lo unían con la pintura de Siena.
Virgen de los Ángeles (1385). Pere Serra. Museu Nacional d´Art de Catalunya
Discípulos de Destorrents, los componentes de la familia Serra dominarán la segunda mitad del XIV con una pintura delicada y refinada que más tarde será desplazada por los nuevos planteamientos de Borrasá o Huguet.
Esta espléndida tabla central y los dos cuerpos de predela con santos (que en su día debían de flanquear un sagrario) son las únicas partes conservadas de un retablo.
Dedicado a la Virgen María, fue pintado para una de las capillas de la girola de la catedral de Tortosa, probablemente hacia la década de los años ochenta del siglo XIV. El compartimento de la Virgen con el Niño rodeados de ángeles músicos es una versión de gran delicadeza y refinamiento de un tipo iconográfico que gozó de una fortuna inmensa en la época.
En esta bella pintura, la Virgen está sentada en un trono rodeada de ángeles músicos. Sostiene al Niño y retiene con delicadeza el hilo atado al pájaro que Jesús tiene en la mano. María lleva una túnica dorada y un manto azul oscuro con dibujos que representan pájaros rodeados de guirnaldas (rasgo característico de las Vírgenes de Serra). La bella línea de su manto, su pose, sus rasgos, sus manos graciosas, el afectuoso Niño, los exquisitos ángeles así como el colorido, hacen de la Virgen de Pere Serra un claro exponente de los estrechos vínculos que lo unían con la pintura de Siena.