Antonio Ventaja
Momia con retrato de El Fayum (Dama de Kemet).Vendas, estuco y madera. Época romana (150-200 d. C.). Museu Egipci de Barcelona
Este sarcófago contiene la momia de la llamada “Dama de Kemet” (“kemet” es el nombre con el cual los antiguos egipcios nombraban a su tierra: “tierra negra”, “tierra fértil”). Pertenece, por su tipología, a los del tipo “retrato de El Fayum”, a tenor de su datación (en torno al 150 d. C. según las pruebas del carbono 14), y por el retrato sobre madera incrustado en el vendaje.
La momia, parcialmente esqueletizada, se corresponde a una mujer de entre 17 y 20 años de edad, y los estudios interdisciplinares realizados revelan que ante la ausencia de enfermedades y traumatismos que justifiquen su muerte, la Dama de Kemet pudo fallecer a causa de un "mal parto". Asimismo, esas mismas prueban indican, por su complejo nivel de momificación, que la joven pudo pertenecer a una familia pudiente, y que, además, el retrato dispuesto en su mortaja se corresponde con bastante verosimilitud a su fisonomía.
La iconografía divina representada en el estuco de su vendaje hace referencia al ciclo de la vida.
En el Egipto de los siglos I, al IV d. C, la sociedad estaba compuesta por egipcios que aún conservaban su religión y sus complejas costumbres funerarias, por gente de origen griega, que desde la implantación de la dinastía Ptolemaica eran parte integrante de la sociedad egipcia sobre todo en la zona del Delta, y romanos, los nuevos dirigentes.
Por ésta mezcla de culturas, a cual más interesante, los Retratos de El Fayum son el crisol en donde se fusionaron rasgos culturales, sociológicos, religiosos y artísticos del momento.
Los romanos por su parte aportaron algo muy importante: su costumbre religiosa de veneración de los antepasados en forma de fieles retratos de los mismos (las “imagines maiorum”). Ello permitió que estos ciudadanos del Imperio se hicieran el retrato en vida y muy probablemente lo expusieran en casa hasta que llegara la triste hora de usarlo en los funerales.
Se conocía la existencia de éstas momias desde el siglo XVII ya que Petro Della Valle, viajero italiano, hace referencia a ellas en 1615. En el siglo XIX circularon por toda Europa y todos los museos del mundo querían adquirir uno de éstos fabulosos ejemplos de pintura de la Antigüedad.
Sería Petrie (Sir William Matthew Flinders Petrie) el que en 1880 realizara la excavación sistemática de la necrópolis de Hawara, aunque el descubrimiento de estas momias no queda circunscrito a esa zona, caso de esta Dama de Kemet, cuya procedencia es del yacimiento de El-Hibeh, a unos 20 km al sur de Heracleópolis, en el Medio Egipto.
Momia con retrato de El Fayum (Dama de Kemet).Vendas, estuco y madera. Época romana (150-200 d. C.). Museu Egipci de Barcelona
Este sarcófago contiene la momia de la llamada “Dama de Kemet” (“kemet” es el nombre con el cual los antiguos egipcios nombraban a su tierra: “tierra negra”, “tierra fértil”). Pertenece, por su tipología, a los del tipo “retrato de El Fayum”, a tenor de su datación (en torno al 150 d. C. según las pruebas del carbono 14), y por el retrato sobre madera incrustado en el vendaje.
La momia, parcialmente esqueletizada, se corresponde a una mujer de entre 17 y 20 años de edad, y los estudios interdisciplinares realizados revelan que ante la ausencia de enfermedades y traumatismos que justifiquen su muerte, la Dama de Kemet pudo fallecer a causa de un "mal parto". Asimismo, esas mismas prueban indican, por su complejo nivel de momificación, que la joven pudo pertenecer a una familia pudiente, y que, además, el retrato dispuesto en su mortaja se corresponde con bastante verosimilitud a su fisonomía.
La iconografía divina representada en el estuco de su vendaje hace referencia al ciclo de la vida.
En el Egipto de los siglos I, al IV d. C, la sociedad estaba compuesta por egipcios que aún conservaban su religión y sus complejas costumbres funerarias, por gente de origen griega, que desde la implantación de la dinastía Ptolemaica eran parte integrante de la sociedad egipcia sobre todo en la zona del Delta, y romanos, los nuevos dirigentes.
Por ésta mezcla de culturas, a cual más interesante, los Retratos de El Fayum son el crisol en donde se fusionaron rasgos culturales, sociológicos, religiosos y artísticos del momento.
Los romanos por su parte aportaron algo muy importante: su costumbre religiosa de veneración de los antepasados en forma de fieles retratos de los mismos (las “imagines maiorum”). Ello permitió que estos ciudadanos del Imperio se hicieran el retrato en vida y muy probablemente lo expusieran en casa hasta que llegara la triste hora de usarlo en los funerales.
Se conocía la existencia de éstas momias desde el siglo XVII ya que Petro Della Valle, viajero italiano, hace referencia a ellas en 1615. En el siglo XIX circularon por toda Europa y todos los museos del mundo querían adquirir uno de éstos fabulosos ejemplos de pintura de la Antigüedad.
Sería Petrie (Sir William Matthew Flinders Petrie) el que en 1880 realizara la excavación sistemática de la necrópolis de Hawara, aunque el descubrimiento de estas momias no queda circunscrito a esa zona, caso de esta Dama de Kemet, cuya procedencia es del yacimiento de El-Hibeh, a unos 20 km al sur de Heracleópolis, en el Medio Egipto.