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Santa Inés (1635-1640). Massimo Stanzione. Museu Nacional d´Art de Catalunya

Stanzione (1585 – 1656) se convirtió en el maestro más reconocido del Nápoles de los años centrales del siglo XVII, a la vez que su pintura nutrió a numerosos discípulos y seguidores.

Sus obras comprendidas entre los años 1635 y 1645, como es el caso de esta Santa Inés, han sido consideradas como las más representativas de su estilo, cuando llevó a la maestría un naturalismo que se aleja del estilo recio de Ribera para aliarse con un clasicismo elegante y refinado.

Buen conocedor del caravaggismo que se practicaba en Roma, especialmente el de los franceses como Vouet, supo aliarlo con acierto al mundo boloñés y emiliano. Su estudio de la Antigüedad se completó con la admiración hacia Aníbal Carracci y, sobre todo, Guido Reni. Su pintura, además, se enriqueció con la llegada a Nápoles de Artemisa Gentileschi, con la que permanecería muy vinculado. Su sentido especial para los valores cromáticos sutiles y las líneas melodiosas, la gracia y el lirismo de sus figuras, le llevaron a que se le considerase el «Guido Reni napolitano».

 

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De familia noble, Inés sufrió martirio en el siglo III al no querer casarse con el hijo de un prefecto romano.

En la obra, siguiendo la iconografía que desde el Medievo la representa, la santa, unida a Jesucristo, aparece acompañada del cordero místico, símbolo del Mesías. La raíz de su nombre, Agnes, es la misma que para Agnus, "cordero" en latín; atributo de su pureza y sencillez.

Con un cuidado efecto escenográfico y el rostro extasiado de la santa, el pintor subraya el vínculo entre los dos protagonistas y simboliza la comunicación que tiene Inés con la divinidad.

Stanzione, no obstante, ha prescindido del halo y la hoja de palma, omisiones que son comunes en la pintura napolitana del siglo XVII. Aunque carece de los signos externos tradicionales de la santidad, su estado de santidad se evidencia en la cabeza levantada y los ojos hacia arriba, la boca abierta y la mano con los dedos extendidos sobre el corazón. El bloque de piedra que cierra una esquina de la composición es un dispositivo comúnmente utilizado en la pintura napolitana de este siglo. Sin embargo, en el caso de Santa Inés, el bloque de piedra también sirve para representar el altar en el que se coloca el Agnus Dei, o cordero de sacrificio.

 

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Uploaded on September 18, 2019
Taken on August 29, 2019