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Quienes ambicionan las ganancias rápidas y un equilibrio exacto de esfuerzos y recompensas pueden sentir impaciencia ante un estudio que no puede, en el estado actual de nuestro conocimiento, llegar a certezas, y que alienta lo que puede considerarse una pérdida de tiempo, como es el ocuparse de la reflexión no concluyente sobre problemas insolubles. No puedo suscribir esta opinión. En absoluto. Cierto tipo de filosofía es una necesidad incluso para los más irreflexivos, y en ausencia de conocimiento es casi seguro que será una filosofía tonta. Consecuencia de ello es que la especie humana se divide en grupos rivales de fanáticos, cada grupo firmemente persuadido de que su propia rama del absurdo es verdad sacra, mientras que el otro bando sostiene una herejía condenable. Arrianos y católicos, cruzados y musulmanes, protestantes y papistas, comunistas y fascistas, todos ellos han llenado de luchas inútiles etapas prolongadas de los últimos 1.600 años, cuando un poquito de filosofía habría mostrado que ambas partes de todas estas disputas carecían de buenas razones para creerse en lo justo.

Bertrand Russell

 

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